Iñaki  Iriondo
Cronista político

Se ha jubilado Txus Peña, la sombra leal y discreta de tres lehendakaris del PNV

Txus Peña, con jersey verde, en el traspaso de poderes entre Patxi López e Iñigo Urkullu en 2012.
Txus Peña, con jersey verde, en el traspaso de poderes entre Patxi López e Iñigo Urkullu en 2012. (IREKIA)

En junio de 2015 desde Moncloa llamaron por teléfono a Lehendakaritza, pero no buscaban a Iñigo Urkullu; el jefe de Gabinete de Mariano Rajoy, Jorge Moragas, quería hablar con Txus Peña, secretario de Presidencia. Objetivo: salvar la Alcaldía de Javier Maroto en Gasteiz. El tono de la conversación fue institucional y pedía que se respetara la lista más votada. Txus Peña le respondió que el lehendakari no tenía nada que decir en decisiones que correspondían únicamente al PNV.

Ese Txus Peña es uno de los hombres que más secretos conoce de la política institucional de la CAV y, a su vez, uno de los políticos más desconocidos por la ciudadanía, pese a haber estado más de 25 años en el núcleo del poder autonómico. Ha sido secretario de Presidencia con tres lehendakaris tan distintos como José Antonio Ardanza, Juan José Ibarretxe e Iñigo Urkullu, y eso supone haber coordinado la acción de Gobiernos de PNV-PSE, PNV-EA-PSE, PNV-EA-IU, PNV en solitario y PNV-PSE de nuevo. Se ha jubilado en enero, siendo sustituido por Manu Castilla, otra de las personas del círculo más cercano de Iñigo Urkullu.

Un consejero con bastante poder en algunos de esos Gobiernos recuerda a Peña como «una persona muy inteligente», un «profesional» de la actividad institucional y «muy leal con los lehendakaris con los que ha trabajado». Pero añade que «es tan profesional, en el mal sentido del término, que podría serle válido a cualquier partido político». Explica que «por lo que le he conocido, con Ibarretxe era independentista y con Urkullu un tibio autonomista».

Sostiene que «no es un hombre con una ideología definida. Es un peón cualificado del aparato del PNV, que tiene una buena pluma, que escribe bien y que ha servido a los lehendakaris para los que ha trabajado». Expone que «podría decirse que ha sido leal a cada lehendakari sin casarse con ninguno. Si ese lehendakari quería tal cosa pues se lo hacía, una especie de empresa a su servicio». Concluye que «creo que lo ha hecho bien».

Desde 1989, en Lehendakaritza

Txus Peña llegó a Lehendakaritza en 1989 como director de Estudios y pasó por otros puestos de responsabilidad hasta que José Antonio Ardanza lo nombró secretario general de Presidencia en 1995. Siguió en el cargo con Juan José Ibarretxe, y cuando la ilegalización de la izquierda abertzale y el pacto con el PP llevaron a Patxi López a Ajuria Enea, Peña encontró acomodo de nuevo en la Diputación Foral de Bizkaia.

La vuelta del PNV a Lehendakaritza supuso también el regreso de Peña, esta vez de la mano de Iñigo Urkullu.

Tras más de 25 años como mano derecha de tres lehendakaris, Txus Peña apenas se había expuesto ante el público hasta febrero de 2020, en la comisión de Zaldibar.

 

En esos 25 años apenas ha tenido exposición pública. Lo podían conocer los políticos más metidos en harina y los periodistas que frecuentan Lehendakaritza. Casi cada año, por diciembre, pasaba por el Parlamento para explicar en comisión los presupuestos de Lehendakaritza.

Quien no guarda buen recuerdo de Jesús Peña es Txema Urkijo, que fue asesor de la Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo, pero que ha escrito recientemente que en el funeral de Fernando Buesa y en la división que se produjo en las manifestaciones jugó un «penoso» papel «falto de sensibilidad y sobrado de intransigencia» en la interlocución con Gesto por la Paz, donde estaba Urkijo.

Ha tenido cargos como el de coordinador del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno Vasco-PCTI 2020 y participó en el Grupo Motor del Plan Estratégico Comarcal de Ezkerraldea y Meatzaldea. Pero apenas había protagonizado noticias hasta que Urkullu lo puso al frente de la mesa técnica de coordinación y seguimiento del derrumbe del vertedero de Zaldibar, del que se cumplen tres años, y que sepultó y mató a los trabajadores Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán.

Txus Peña ha sido también un fijo en las comisiones que el PNV nombraba para negociar las coaliciones de Gobierno. En 2016 estuvo en las conversaciones con EH Bildu y con PSE. Y a él y a Ekain Rico, del PSE, se les atribuye la mayor parte de la arquitectura del actual Ejecutivo de Iñigo Urkullu e Idoia Mendia.

Ahora lleva un par de semanas pudiendo disfrutar de la jubilación.