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Buzos estadounidenses sabotearon los Nord Stream con ayuda noruega, según un Pulitzer

El periodista y ganador de un premio Pulitzer Seymour Hersh ha acusado este miércoles a la Marina de Estados Unidos de estar detrás de las explosiones registradas en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 en septiembre de 2022.

Imagen de una de las fugas detectadas en el gasoducto Nord Stream.
Imagen de una de las fugas detectadas en el gasoducto Nord Stream. (AFP)

Seymour Hersh, periodista ganador de un premio Pulitzer, ha afirmado este miércoles en su página web que los responsables del sabotaje a los gasoductos Nord Stream en setiembre del pasado año son buzos de la Marina estadounidense, que habrían colocado explosivos durante las maniobras 'Baltops 22' de la OTAN.

Así, ha acusado a las autoridades noruegas de activar dichas cargas meses después. «Tres meses después destruyeron tres de los cuatro ramales del gasoducto», ha indicado en su página web.

Según el relato del periodista, el 26 de septiembre un avión de la Marina noruega lanzó una boya hidroacústica que detonó los artefactos explosivos. Así, ha explicado que la decisión de hacerlos estallar se tomó nueve meses después de un «debate secreto» por parte de las agencias de seguridad nacional estadounidense.

Seymour Hersh, en una foto de 2004. (Wikipedia Commons)

Hersh, que ganó el Pulitzer en 1970 por su trabajo sobre la masacre de My Lai a manos de una unidad militar del Ejército de Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, señala que la Casa Blanca tacha estas acusaciones de «falsas» y «totalmente ficticias».

El pasado 26 de septiembre, Nord Stream 2 AG, operadora del gasoducto homónimo ruso, anunció una fuga de gas por causas desconocidas en una de las dos tuberías de la infraestructura cerca de la isla danesa de Bornholm.

Posteriormente, las autoridades informaban de que dos ramales del gasoducto paralelo Nord Stream 1 también habían sufrido daños. Alemania, Dinamarca y Suecia lo admitieron implícitamente como un acto de sabotaje tan solo ocho meses después del inicio de la invasión rusa de Ucrania.

El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia catalogó las explosiones de ataques terroristas y el 30 de septiembre desveló que tenía pruebas que apuntaban a la implicación de países occidentales.