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Berlín fuerza que la UE retrase la decisión sobre el fin de los coches de gasolina y diésel

Los países de la Unión Europea han vuelto este viernes a aplazar la votación del acuerdo para que a partir de 2035 solo puedan comercializarse vehículos que no emitan CO2, después de que la víspera Alemania exigiera más garantías para motores de combustión que usen combustibles sintéticos limpios.

Motor de combustión en marcha.
Motor de combustión en marcha. (Getty)

Hace dos semanas el Parlamento Europeo votó a favor de prohibir la venta de coches de gasolina y diésel a partir de 2035, lo que parecía el paso previo para que la UE lo asumiera, casi como un trámite. Sin embargo, en el camino han aparecido obstáculos de Alemia y el proceso se dilata.

Los países de la Unión Europea han vuelto este viernes a aplazar la votación del acuerdo para que a partir de 2035 solo puedan comercializarse en la UE vehículos que no emitan CO2, después de que la víspera Alemania exigiera más garantías para los motores de combustión que usen combustibles sintéticos limpios.

Los embajadores de los Veintisiete han decidido hoy posponer la decisión sobre el objetivo de emisiones de los automóviles para 2035, que los ministros comunitarios tenían previsto tomar el 7 de marzo, «a una reunión posterior del Consejo», y agregaron que volverán a tratar esta cuestión «a su debido tiempo», señaló un portavoz de la presidencia de turno sueca.

El pasado junio, cuando los ministros de los Veintisiete debían fijar su posición antes de entrar a negociar con el Parlamento Europeo, la fecha de 2035 había generado una pequeña crisis política en el Gobierno de coalición de Berlín, donde las sensibilidades de ecologistas y liberales difieren.

Finalmente, Alemania aceptó esa fecha, pero -con el apoyo de Italia- consiguió el compromiso de que la Comisión Europea prepararía en 2026 una propuesta para que se puedan matricular aún vehículos con motor de combustión a partir de 2035, siempre que utilicen combustibles sintéticos de cero emisiones contaminantes.

Se trata de los combustibles producidos con agua y CO2, con lo que no emiten dióxido de carbono adicional y no tienen huella de carbono.

«Tecnológicamente neutral»

La Comisión, que se define como «tecnológicamente neutral», no entra en el tipo de motor que deben tener los vehículos, pero el desarrollo actual de la tecnología invita a pensar que el parque móvil estará dominado por vehículos eléctricos o de hidrógeno, desplazando al motor de combustión.

Los combustibles sintéticos de cero emisiones «hasta hora no parecen muy realistas porque parecen prohibitivos en términos de costes», dijo entonces el vicepresidente de la Comisión Europeo para el Pacto Verde, Frans Timmermans.

Con esa cláusula, el pacto entre las veintisiete capitales salió adelante y el Consejo de la UE alcanzó un acuerdo con el Parlamento Europeo que fue aprobado por el pleno de la Eurocámara el 14 de febrero.

Además de Alemania, Italia se ha posicionado en contra del texto, pese a que en una votación anterior se había pronunciado a favor, cuestionando que se priorice la electricidad para impulsar los coches y no se consideran otras alternativas que podrían, dicen, lograr el mismo objetivo como los biocombustibles.

El texto, no obstante, podría en principio salir adelante con el voto en contra de Italia si Alemania votase a favor.

Alemania quiere que Bruselas se comprometa de una manera más explícita sobre la viabilidad de los motores con combustibles sintéticos más allá de 2035.