​No parece que la secuela de ‘¡Shazam!’ (2019) vaya a arrasar en la taquilla mundial, por lo que de momento no se sabe a ciencia cierta si la franquicia tendrá continuidad o no. Pero el curso de los acontecimientos ha querido que sea el primer estreno de la nueva era del DCU o universo DC, que tiene ahora a James Gunn y Peter Safran como jefazos.

En vista de que al catalán Jaume Collet-Serra y a Dwayne Johnson no les ha ido muy bien con ‘Black Adam’ (2022), tratan de sacar rendimiento a las primeras críticas, sobre todo a las favorables, para allanar el camino de la competencia con Marvel-Disney, siempre más solvente en el humor y la parodia que DC-Warner.

Aun así, es justo reconocer que el sueco David F. Sandberg, que viene del terror, sí es un director dotado de sentido de la comicidad y el entretenimiento, y que ha sabido dar a las dos entregas una conexión con el público familiar. No en vano el grupo protagónico es infantil, una familia dotada con el poder de sus alter-egos superheróicos, y ese tipo de transformación funciona, puesto que tales superhéroes no dejan de ser una proyección imaginaria de la niñez que ha crecido con personajes de cómics. El pequeño Billy Batson, y sus hermanos adoptivos, cambian las camisetas de los Goonies por trajes de superhéroes de aspecto adulto, pero con corazón de patio de recreo.

Al chico protagonista y su familia encontrada les toca enfrentarse con enemigo femenino de altura, nada menos que a las hijas de Atlas, que están interpretadas por las carismáticas actrices Helen Mirren, Lucy Liu y Rachel Zegler. Todo esto engrandece el reparto, que vuelve a contar en ‘¡Shazam! La furia de los dioses’ (2023) con Zachary Levy, Jack Dylan Grazer, Adam Brody, Megan Good y, cómo no, con Djimon Hounsou, que sigue siendo el mago que concede los poderes extraordinarios unidos a la palabra del título. Al escucharla la acción se dispara, y surgen nuevos monstruos en la batalla de los efectos especiales.