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KEM-MOC denuncia el récord de beneficios del BBVA «por financiar la industria de la guerra»

Con motivo de la celebración ayer de la Junta de Accionistas del BBVA, un grupo de activistas pertenecientes a KEM-MOC ha llevado a cabo una acción frente a la sede de dicho banco en Bilbo para denunciar que sus beneficios de 2022 provienen, en gran parte, de «financiar la industria de la guerra».

Acción del KEM-MOC antes la sede del BBVA en Bilbo.
Acción del KEM-MOC antes la sede del BBVA en Bilbo. (Oskar MATXIN/FOKU)

Un grupo de activistas de KEM-MOC ha denunciado ante la sede del BBVA en Bilbo que esta entidad obtuvo en 2022 un récord de beneficios por «financiar la industria de la guerra».

Según han señalado a través de un comunicado, simbolizando que «los beneficios del BBVA están manchados de sangre», un ‘alto ejecutivo’ del banco ha acudido a la sede a recoger los beneficios, pero se ha encontrado con una «alfombra” de muerte y sangre que le ha salpicado por todo el cuerpo aunque ha intentado limpiarse con sus billetes de 500 euros».

Mientras tanto, otras activistas sostenían una pancarta que decía ‘BBVAaren irabaziak odolez blai’ y #LaGuerraEmpiezaAqui.

KEM-MOC señala que este acto representa «las dramáticas consecuencias que para un gran número de personas tienen las actividades en las que este banco está involucrado».

Con esta acción «llamativa y simbólica» las activistas han denunciado que «el BBVA ha destinado al menos 5.421 millones de euros en los últimos años a la financiación de la industria armamentística. Entre las principales empresas financiadas destacan General Dymamics, Leonardo, Indra, Airbus, Aecom, Honeywel, Navantia o Maxam, empresas que producen aviones militares, tanques, submarinos, misiles, municiones y armas nucleares».

Las activistas señalan que «la guerra es un crimen contra la humanidad. Además de provocar el sufrimiento de personas que poco o nada tienen que ver con las causas e intereses que generan las guerras, suponen una violación flagrante de los derechos humanos y fuerzan el desplazamiento de millones de ellas».

Añaden que cada euro «que se despilfarra en las guerras se detrae de necesidades sociales inmediatas como la sanidad, la educación o los servicios sociales, destinos imprescindibles en la situación de crisis y dificultad en la que nos encontramos desde hace años».

Y recuerdan que «aunque si bien es cierto que son muchos los bancos que participan en el negocio de la guerra, existen alternativas, hoy en día muy extendidas, como la banca ética».