Todos los grupos del Pleno del Ayuntamiento de Donostia han votado a favor de la moratoria de licencias de hospedaje durante un año en los barrios de Antigua-Ondarreta, Ategorria-Ulia, Centro, Gros e Ibaeta, mientras que la enmienda de EH Bildu que reclamaba que esta moratoria se extendiera a Amara Berri, Intxaurrondo Zaharra, Egia y Arriola, donde la vivienda también ha experimentado un notable incremento de precio debido a la presión turística, ha sido rechazada, ya que solo ha recibido el apoyo de la formación proponente y de Elkarrekin Donostia.

La jeltzale Nekane Arzallus, delegada de Urbanismo Sostenible, ha destacado que se trata de «una medida excepcional» y ha rechazado las acusaciones de que se trataba de una medidas electoralista a escasas semanas del inicio oficial de la campaña señalando que «se hace cuando se puede».

Arzallus ha subrayado los aspectos positivos que tiene el turismo para Donostia, «ya que trae riqueza», pero ha reconocido que tiene efectos negativos que, a su juicio, justifican la medida. Sin embargo, ha rechazado la extensión de la misma a otros barrios, tal y como proponía EH Bildu, ya que no percibe que en estas zonas haya números similares de afección turística.

EH Bildu alerta del alza del precio de la vivienda

Ricardo Burutaran, en nombre de EH Bildu, ha recordado que en todas las ocasiones en las que en el Pleno se ha alertado de los efectos que en el precio de la vivienda está provocando la turistificación, desde el equipo de gobierno se ha negado la evidencia. «Hoy lo reconocen, pero han votado varias veces en contra», ha insistido.

Frente a ello, el edil de EH Bildu ha mencionado el informe de la Diputación de Gipuzkoa que señalaba que casi 4.000 jóvenes han tenido que abandonar Donostia debido a la carestía de la vivienda.

Asimismo, ha acusado al equipo de gobierno de presentar esta medida ahora por interés electoral ante la preocupación de la ciudadanía por la turistificación.

En relación a la enmienda para extender la medida a otros barrios, Burutaran ha comparado el efecto de la turistificación en el precio de la vivienda con «una mancha de aceite que se extiende», por lo que ha destacado la necesidad de parar la saturación antes de que llegue.

La respuesta de Arzallus ha sido leer unas declaraciones de Juan Karlos Izagirre en 2015, cuando era alcalde de Donostia, en las que se felicitaba de los buenos datos del turismo frente a quienes habían pronosticado una debacle tras la llegada de EH Bildu al gobierno de las principales instituciones guipuzcoanas.

Elkarrekin Donostia: «Demanda de toda la legislatura»

Aitzole Araneta, portavoz de Elkarrekin Donostia, ha recordado que su grupo ha reclamado la moratoria de hospedaje durante toda la legislatura y ha acusado al equipo de gobierno de negar la evidencia de que la turistificación estaba afectando al precio de la vivienda. «Finalmente admiten que sí», ha destacado.

Araneta ha acusado a PNV y PSE de presentar esta iniciativa ahora por interés electoral un mes antes de la campaña, cuando dos tercios de la ciudadanía tienen posturas contrarias al crecimiento del turismo.

Por ello, ha calificado la moratoria de «medida necesaria que hemos defendido durante toda la legislatura», pero ha advertido de que se necesitan «medidas permanentes» y ha alertado de que lo aprobado hoy no compromete al equipo de gobierno que salga de las elecciones de mayo.

El PP también ve electoralismo

Borja Corominas, en nombre del PP, ha explicado que han votado a favor de la moratoria «como mal menor» y ha criticado al equipo de gobierno por «lanzar un mensaje negativo».

Corominas también ha acusado al equipo de gobierno de utilizar la moratoria electoralistamente «porque el PNV nunca se creído lo de la presión turística y ha votado en contra sistemáticamente de todas las mociones para regular el turismo».

PSE, contra la demonización del turismo

Marisol Garmendia (PSE) ha defendido que «estamos trabajando a favor del turismo sostenible y controlado, sin demonizarlo» y ha lamentado que el PP «se haya sumado a las posiciones más radicales de la izquierda más radical, pasándose de frenada y cayendo en la turismofobia».