
El Sevilla ha recuperado la «ilusión» tras una campaña aciaga. En plena feria de abril el presidente José Castro y el vicepresidente Jose María del Nido Carrasco recalcaban en una entrevista que «todo ha cambiado» en seis partidos. José Luis Mendilibar ha caído de pie en el conjunto andaluz. Ha cosechado cuatro victorias y dos empates que le han alejado del descenso en Liga y disputará las semifinales de la Europa League contra la Juventus. A falta de ocho jornadas están a ocho puntos del Athletic y miran hacia arriba.
Según incidían los responsables institucionales, «el equipo ha cambiado, se han recuperado jugadores y el entrenador ha ordenado al equipo porque la plantilla era buena y ahora lo está demostrando».
Mendilibar se hizo cargo del Sevilla tras la destitución del argentino Jorge Sampaoli a finales de marzo y su llegada levantó escepticismo. El gesto de Monchi, director deportivo del club, tapándose el rostro en su presentación dio la impresión de que no tenían demasiada confianza.
Sin palabras grandiloncuentes, desde la sencillez y la humildad que transmite con su chándal, Mendilibar ha demostrado su categoría como técnico. Ha firmado hasta final de curso y, a la espera de cómo termine la temporada, se ha empezado a hablar sobre su continuidad.

La campaña anterior Mendilibar no consiguió enderezar el rumbo del Alavés y tampoco logró la permanencia en su última campaña en el Eibar. A sus 62 años, en Sevilla se ha encontrado con una plantilla compuesta por grandes jugadores, la mayoría internacionales y con muchos títulos a sus espaldas. Conocía a varios de ellos como el portero Dmitrovic, Jordán y Bryan Gil de su paso por el conjunto armero, pero su principal mérito ha sido recuperar para la causa a jugadores como Rakitic, Ocampos o Lamela. Se ha ganado al vestuario con su estilo natural y un mensaje comprensible y directo. Jugar en campo contrario, apretar tras pérdida y defensa adelantada. Esas son sus principales premisas.
El Sevilla atraviesa el mejor momento de la temporada y el delantero marroquí Youssef En Nesyri también está en racha. Lleva 17 goles esta campaña y la mayoría han llegado tras la deslumbrante participación con su selección en el Mundial. Habitual en las alineaciones, ha hecho cinco goles en lo que va de mes.
El conjunto andaluz ha marcado más de dos goles en cada partido con Mendilibar y arrasó al Manchester United en el Sánchez Pizjuán (3-0). En la ida en Old Trafford le sonrió la fortuna para sacar un empate en los últimos minutos después de verse superados durante todo el partido (2-2). En Sevilla se aferran a su idilio con la Europa League y los entrenadores vascos después de ganar en la última década tres títulos con Unai Emery y otro con Julen Lopetegi.
Las acciones a balón parado son otro de los puntos fuertes del actual Sevilla. Cinco de los ocho goles en Liga han sido en jugadas de estrategia. Así firmaron el triunfo contra el Villarreal en el descuento. Mendilibar explicaba que contando con buenos lanzadores y rematadores altos, se centran en poner la pelota en el área lo más rápido posible y sin dar toques de sobra.
Reencuentro en San Mamés
Mendilibar dirigió al Athletic hace casi veinte años de manera efímera. Fueron cuatro meses y apenas nueve jornadas de Liga. Su andadura se torció desde el inicio. Después de quedarse a las puertas del ascenso con el Eibar en Segunda, arrancó la pretemporada con el Athletic en julio y cayó eliminado a las primeras de cambio en la Intertoto ante el Cluj rumano. El equipo no cuajó y la directiva le sustituyó al ocupar puestos de la zona baja de la clasificación.
No ha ganado nunca en San Mamés como entrenador, aunque ha cosechado tres empates en las últimas cuatro visitas realizadas con el Eibar. En el banquillo de enfrente se reencontrará con Ernesto Valverde y su segundo Jon Aspiazu. Los tres coincidieron en el Sestao Sport que dirigía Irureta a mediados de los ochenta.

No es su único vínculo con el club rojiblanco. Curtido como jugador en la Cultural de Durango, Mendilibar recaló en Lezama en 1979 con 18 años y estuvo durante tres campañas en el Bilbao Athletic. Jugó algún amistoso, pero no consiguió debutar con el primer equipo. Fue un jugador de calidad, técnico y rápido, aunque algo frío.
«Como futbolista fui un membrillo», ha llegado a decir para añadir que «por eso me gustan los futbolistas con carácter». En una de sus últimas colaboraciones en Relevo del mes de marzo, explicaba que Javier Clemente le dijo que era «un jugador con condiciones de futbolista de Primera y no vas a pasar de Segunda B». Según asumía, «tuvo su parte de acierto» ya que no pasó de jugar nueve años en Segunda y «la verdad, es que era un poco acojonadillo. No tenía la confianza suficiente en mí. La tenían más los que me veían jugar que yo mismo».

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