«Va a haber una suelta general de terroristas en prisión y va a haber una consulta también en el País Vasco. Ese es el precio que Sánchez está dispuesto a pagar». Con esas palabras ha aterrizado el expresidente del Gobierno español José María Aznar en Bilbo, donde ha participado en un acto electoral junto al presidente del PP de la CAV, Carlos Iturgaiz, la candidata a la Alcaldía de Bilbo Esther Martínez, y la aspirante a diputada general, Raquel González.

El presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, fue el primero de los ‘pesos pesados’ en recalar en la capital vizcaina, aunque su recepción por parte de los simpatizantes distó mucho de los vítores que le brindaron, hace apenas tres días, a Isabel Díaz Ayuso, que cierra de manera simbólica la lista electoral en Bilbo.

La presidenta de la Comunidad de Madrid llegó abanderando el discurso de la ilegalización de EH Bildu –que secundó Vox, pero no su partido–, y Aznar no ha querido quedarse atrás en esta particular competición por ver quién suelta el mayor exabrupto para levantar el ánimo a una parroquia cada vez más menguada por estos lares.

Según ha criticado, los pactos y las políticas que practica el Gobierno español están en manos de «minorías extremistas», por lo que ha acusado al «partido de Sánchez» de dejar de ser un «baluarte constitucional» para convertirse en un «problema constitucional» para el Estado.

Por ello, ha aseverado que «el único baluarte constitucional, el único baluarte democrático, el único baluarte de las libertades en España, le guste más a unos o le guste más a otros, se llama Partido Popular».

«Un país es tanto más fuerte, cuanto más fuertes son sus instituciones, es tanto más competitivo, cuantas instituciones son más sólidas y representan a todos, por lo que tenemos que fortalecer la nación española y rearmar al Estado español, porque una democracia y una nación como España tiene derecho a defenderse si es atacada por los que intenta acabar con ella», ha manifestado.