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Edimburgo

El jefe de la Policía de Escocia admite que el cuerpo es «institucionalmente» racista y sexista

El jefe de la Policía de Escocia, Iain Livingstone, ha admitido este jueves que el racismo y el sexismo «institucionales» generan «gran preocupación» en los altos mandos del cuerpo policial, cuya credibilidad ha quedado minada tras un informe que revela casos de impunidad y mal comportamiento.

Agentes de la Policía escocesa, durante el operativo en que detuvieron a Peter Murrel, marido de Nicola Sturgeon, que posteriormente quedó en libertad sin cargos.
Agentes de la Policía escocesa, durante el operativo en que detuvieron a Peter Murrel, marido de Nicola Sturgeon, que posteriormente quedó en libertad sin cargos. (Andy BUCHANAN | AFP)

«Reconocer públicamente que estas cuestiones existen en nuestra organización es esencial para nuestro compromiso de defender la igualdad y convertirnos en un servicio policial verdaderamente antirracista», ha dicho en rueda de prensa Iain Livingstone, jefe de la Policía de Escocia, después de que un informe revelara que varios agentes fueron «castigados» por presentar quejas ante comportamientos sexistas o racistas.

Livingstone, que dejará el cargo el próximo 10 de agosto, se convierte así en el primer alto cargo policial en Reino Unido en denunciar que «el racismo, el sexismo, la misoginia y la discriminación institucionales existen», si bien ha descartado que ello implique que todos los agentes en plantilla de la Policía sean racistas o sexistas.

«Los prejuicios y el mal comportamiento policial, como han puesto de relieve los tribunales, así como informes de conducta, exámenes independientes y nuestros propios funcionarios en los últimos años, son motivo de gran preocupación», ha reiterado, según un comunicado de la Policía de Escocia.

El informe se refiere específicamente a los casos de Rhona Malone y Sheku Bayoh. La exoficial Malone recibió casi un millón de libras esterlinas de la policía de Escocia el año pasado tras un caso de discriminación sexual en lo que ella describió como «cultura absoluta de club de chicos».

Bayoh, por su parte, que fue inmovilizado por seis policías, murió bajo custodia policial en Kirkcaldy hace ocho años. La investigación sobre las circunstancias de su muerte está en curso en Edimburgo «para determinar si la raza fue un factor».

Sien embargo, el malestar entre la población y las fuerzas policiales del país se hizo latente a raíz del caso del exagente de la Policía Metropolitana de Londres David Carrick, quien fue condenado a cadena perpetua por violar a decenas de mujeres mientras estaba en el cargo.

El caso de Carrick, conocido dentro de la Policía Metropolitana de Londres como 'David el Bastardo', dejó en entredicho la credibilidad de este otro cuerpo, puesto que el agente continuó en activo pese a la quincena de investigaciones internas en su contra.

Pero no es el único caso. El agente Wayne Couzens fue condenado a cadena perpetua por la violación y asesinato en marzo de 2021 de Sarah Everard, un caso que conmocionó a la sociedad británica. Un año después, las críticas por el racismo y el machismo de la institución provocaron la renuncia de la comisaria jefa, Cressida Dick.