Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby

«Mismos cabrones de siempre»

John Benjamin Toshack saluda en el estadio de Anoeta, en la temporada 2003-2004.
John Benjamin Toshack saluda en el estadio de Anoeta, en la temporada 2003-2004. (Imanol OTEGI | FOKU)

Me gusta utilizar el fútbol para explicar cualquier otro aspecto de la vida. Casi todo el mundo conoce lo básico de este deporte y por ello entiende las metáforas que se le presentan. No soy el único. La revista ‘Panenka’ puso en marcha una campaña titulada ‘Si te lo explican con fútbol, lo entiendes’, que constaba de cortos vídeos en los que presentaba situaciones cotidianas explicadas con lenguaje balompédico.

«Si un lateral brasileño, que es millonario, baja a defender aunque no le guste, ¿tú por qué no puedes bajar la basura aunque no te guste?», le espetaba una mujer al caradura de su pareja en uno de ellos. En otro se compara una de esas máquinas de abdominales que se compran de calentón en internet con un central ucraniano –se refiere a Chyhrynskyi– por el que el Barcelona pagó un pastizal pero que saltó muy pocas veces al campo.

Estamos en vísperas de elecciones y uno escucha las conversaciones en los bares o lee las redes sociales. «La vida está fatal, los sueldos son una mierda, no hay quien se compre una vivienda, es imposible aparcar en el barrio, se están cargando el pequeño comercio, han talado los árboles del parque, me dan cita en el especialista para dentro de tres meses…». Son solo unas pinceladas, botones de muestra.

Y me acuerdo de John Benjamin Toshack, el galés que entrenó a la Real Sociedad, y también al Real Madrid. Fue en su época merengue cuando, tras empatar en el campo del Salamanca en un mal partido, declaró, con su peculiar acento y su célebre socarronería, que «los lunes pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos, y el sábado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabrones de siempre».

El domingo tendremos la oportunidad de bajar al vestuario y ser nosotros quienes hagamos la alineación.