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Se repiten los atascos en el Everest en una campaña con récord de permisos concedidos

La actual campaña primaveral en el Everest que está a punto de concluirse se recordará como una de las más mortíferas de la historia. La temporada arrancó con un récord de permisos concedidos (478, 78 más que en 2021) y terminará con 12 alpinistas muertos y tres desaparecidos.

Decenas de personas hacen cola en su ascensión al Everest.
Decenas de personas hacen cola en su ascensión al Everest. (@8000m_the)

La temporada de primavera en el Everest (8.848 metros) afronta sus últimos días y el número de fallecidos supera se sitúa por encima de las últimas campañas. A día de hoy, se han contabilizado 12 muertes y tres personas siguen desaparecidas.

Los años con más decesos fueron 2015 con 19 (por un terremoto); 2014 con 17 (16 por avalancha y 1 enfermedad); 1996 con 15 (3 por avalancha, 6 agotamiento, 2 mal de altura, 2 accidente); 2019 con 11 (6 por agotamiento, 3 mal de altura, 1 caída y 1 enfermedad) y 2016 con 11 (4 avalancha, 2 mal de altura, 2 caída, 2 agotamiento, 1 congelación).

La campaña arrancó con récord de permisos concedidos al llegarse a los 478 en 47 expediciones por los 408 registrados en 2021. Cabe recordar que como cada personas debe estar acompañada por una guía, se espera que más de 900 personas alcancen la cima este año. A día de hoy, se han contabilizado 600 cumbres. 

La cantidad de permisos concedidos ha dado lugar a que se repitan las colas que se vieron en 2019 cuando un gran número de alpinistas aguardaban en fila para alcanzar la cima del techo del planeta.

El costo de la ascensión varía entre los 45.000 y los 200.000 dólares (41.000 y 182.000 euros), según los servicios que se quieran. Este valor incluye el permiso oficial, que es de 11.000 dólares, viaje, seguro, equipo, material y los guías.

Yubaraj Khatiwada, director del departamento de turismo de Nepal, ha declarado a los medios que el Gobierno se está tomando en serio las muertes. En una entrevista telefónica con Bloomberg News, explicó que Nepal requiere que los escaladores tengan al menos 16 años. También deben presentar un certificado médico que diga que son médicamente aptos.

«La tasa de mortalidad es bastante alta esta temporada debido al clima y al cambio climático», remarca. «No hay otra razón. Estamos haciendo todo lo posible para reducir los riesgos, pero el alpinismo en sí mismo es arriesgado».

Doce muertes

Este año se registraron los tres primeros fallecimientos el 12 de abril cuando a Tenjing Sherpa, Lakpa Sherpa y Badure Sherpa se vieron afectados por una avalancha en la zona de la Cascada de Hielo del Khumbu. El médico estadounidense Jonathan Sugarman, de 69 años, murió durante su aclimatación en el Campamento II (1 de mayo). Phurba Sherpa perdió la vida en el campo 3 (16 de mayo). Un día después murió el escalador moldavo Victor Brinza en el Collado Sur.

La escaladora india Suzanne Leopoldina Jesus murió tras enfermar en el campamento base del Monte Everest. El chino Xuebin Chen, de 52 años, murió cerca de la Cumbre Sur por una caída (18 de mayo). El policía Ag Askandar Bin Ampuan Yaacub, de Malasia, falleció en el Collado Sur al caer enfermo (19 de mayo). El australiano Jason Bernard Kennison, de 40 años, perdió la vida el 21 de mayo. En 2006 había sufrido un accidente de trafico cuando un tren chocó contra el vehículo en el que iba al trabajo. Tuvo que aprender a caminar de nuevo y se propuso escalar el Everest.

El cocinero nepalí Ang Kami Sherpa murió en el campo 2, como resultado de una caída sufrida cuando descargaba material de un helicóptero (23 de mayo). Pieter Swart falleció mientras descendía del Campo IV tras sufrir mal de altura.

Además, el malasio Hawari Bin Hashim, de 33 años y el indio singapurense Shrinivas Sainis Dattatray siguen desaparecidos.

El escalador húngaro Suhajda Szilard también desapareció del escalón Hillary después de que intentara escalar en solitario el Everest sin oxígeno suplementario ni el apoyo de sherpas. Un equipo lo vio a 8.780 metros. Mostraba signos de vida, pero con signos de congelación y edema cerebral por el mal de altura.