Maider Iantzi
Aktualitateko erredaktorea / redactora de actualidad

NanoGUNE impulsa la mejora en la industria textil creando nuevas propiedades y funcionalidades

El centro CIC NanoGUNE ha contactado con tiendas de ropa locales para saber qué necesitan para poder hacerlo. La tecnología desarrollada está dando muy buenos resultados, confiriendo a los tejidos nuevas propiedades impermeables, antimicrobianas, antiolor y protectoras a los rayos ultravioleta.

Natalia Chamorro, investigadora del grupo de Nanomateriales de CIC NanoGUNE.
Natalia Chamorro, investigadora del grupo de Nanomateriales de CIC NanoGUNE. (Maialen ANDRES | FOKU)

A comienzos del año 2021 el centro internacional ubicado en Donostia CIC NanoGUNE hizo un ejercicio de escucha y contactó con las tiendas de ropa locales para saber qué necesitaban para poder hacerlo. Como respuesta, están poniendo a prueba una tecnología que permite desarrollar fibras textiles multifuncionales. 

Se trata de modificar las fibras con recubrimientos e infiltraciones de unos pocos nanómetros que confieren a los tejidos nuevas propiedades hidrófobas o antimicrobianas, o mejoran la protección a rayos ultravioleta y su durabilidad. El proyecto, liderado por el grupo de Nanomateriales, está logrando muy buenos resultados. Nos lo cuenta la investigadora Natalia Chamorro.

La científica catalana, de 34 años, llegó a Donostia el verano de 2021 por esta investigación. Explica a NAIZ que la mejora para la industria textil no solo se da en el diseño y la moda. Las y los usuarios se fijan también en la tecnología. Por eso, la nanotecnología ha desarrollado durante las últimas décadas diferentes técnicas para modificar las propiedades de los materiales ‘a la carta’.

En el marco de un proyecto Elkartek, CIC NanoGUNE trabaja junto con el centro tecnológico Gaiker, que testea las propiedades finales de las telas tratadas, y la empresa textil Andromeda Moto, que proporciona las telas, básicamente tejanas. Chamorro defiende que «esta unión es necesaria para que la industria textil se reinvente».

Juntan dos técnicas

En la investigación, combinan dos técnicas, denominadas ‘deposición de capa atómica’ (ALD, por sus siglas en inglés) e ‘infiltración en fase vapor’ (VPI). Según explica la científica, en la primera hay una cámara donde introducen los textiles y los precursores, en este caso el óxido de titanio y el óxido de zinc. «Hacemos unas pulsaciones secuenciales hacia esta cámara, los precursores reaccionan y crean una motocapa atómica que va creciendo».

En la VPI hacen lo mismo, solo que cuando meten los precursores en la cámara dejan pasar un tiempo. «Esto permite que las partículas depositadas no solo recubran el material, sino que se infiltren en su estructura interna, haciendo que las propiedades químicas y físicas cambien muchísimo más».

De esta manera, mejoran tejidos comunes como el algodón, poliester o el nailon.

Resultados prometedores

A través del proyecto se está estudiando y perfeccionando esta técnica a pequeña escala, en el laboratorio, para su potencial aplicación en la industria. «Hemos observado una gran mejora en la impermeabilidad de ciertos tejidos, que han pasado de empaparse bajo la lluvia a repeler el agua. Asimismo, gracias al estudio de ciertas bacterias, hemos llegado a proporcionar a ciertos tejidos, como el algodón o el tejano, propiedades antimicrobianas. Esto es imprescindible para el ámbito sanitario».

Además, han logrado propiedades antiolor, que las usuarias y usuarios de las prendas buscan bastante, así como bloquear los rayos nocivos de ultravioleta, para que la ropa nos proteja la piel.

«Todas estas mejoras las hemos conseguido utilizando simultáneamente los dos precursores, el óxido de titanio y el óxido de zinc. Los dos nos sirven para lo mismo», remarca la investigadora.

En el punto de mira

Ahora empiezan a estudiar la transpirabilidad, que también han conseguido aumentar. «La transpirabilidad se busca muchísimo, también la durabilidad y la estabilidad del recubrimiento ante los procesos de lavado. Después de varios ciclos de lavados, observamos que las partículas siguen bien sujetas al textil, manteniendo así las nuevas y mejoradas propiedades que ofrecen a la tela».

 

Natalia Chamorro seguirá en el proyecto al menos un año más. (Maialen ANDRES/FOKU)



Esperan seguir investigando, ya que hay muchas más innovaciones interesantes para las prendas. Por ejemplo, que el tejido mismo se vaya recuperando y rehaciendo como la piel, o que conduzca electricidad, para que sea capaz de dar un estímulo para que un músculo se mueva. Además, se pueden crear dispositivos dentro de la tela para que regulen la temperatura.

Natalia Chamorro reivindica que la industria textil está ante «una gran oportunidad para crear nuevos y mejorados productos que satisfagan las demandas de las y los consumidores». Puede jugar un importante papel en el ámbito laboral (sanidad, bomberos...) y en el deporte. Por otro lado, está en el punto de mira por ser «un gigante que produce mucha ropa y hay que limitar».

Ella vino a NanoGUNE desde la Universidad Autónoma de Barcelona y trabajará en este proyecto al menos un año más. «Me gustaría seguir investigando. Quizá venga otra línea relacionada». Llegó a Donostia después de realizar una tesis sobre otro tema. «Fueron cuatro años dando el 100% al doctorado. Al acabar me encontré con muchas dudas. La investigación no está muy valorada ni pagada. Es muy competitiva y difícil, y mucha gente opta por ir a una empresa», comenta.