Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Más estrellas que en el firmamento

ASTEROID CITY
EEUU 2023. 104’. Dtor.: Wes Anderson. Guion.: Wes Anderson y Roman Coppola. Prod.: Wes Anderson/ Focus Features. Int.: Scarlett Johansson, Tom Hanks. Fot.: Robert D. Yeoman. Mús.: Alexandre Desplat.

Steve Carell, Aristou Meehan y Liev Schreiber compartiendo plano.
Steve Carell, Aristou Meehan y Liev Schreiber compartiendo plano. (NAIZ)

​Un autor se repite a sí mismo si es fiel a su estilo, pero hay un momento en el que la crítica empieza a cansarse de ver siempre variaciones sobre la misma película. Es lo que ha pasado en Cannes con Wes Anderson y ‘Asteroid City’ (2023), su onceavo largometraje recibido ya con frialdad y sin el entusiasmo de otras veces. Podía pasar con cualquiera de sus estrenos, como les ocurre a todos los creadores personales que quieren mantener el pulso con la industria de Hollywood haciendo películas de gran presupuesto sin renunciar a sus señas de identidad. La batalla de Anderson, sin embargo, estaba centra en la calificación por edades y, como productor, peleó para que en los Estados Unidos no le pusieran la restrictiva ‘R’, ya que quería ganarse al público familiar, y no paró hasta que fuera autorizada.

‘Asteroid City’ (2023) puede proyectarse sin problemas en una sesión infantil, porque al fin y al cabo su temática lo es. Trata de un concurso escolar sobre observación de fenómenos astronómicos que reúne a colegiales y padres en la ciudad desértica de Asteroid City, donde se producirán fenómenos extraños que provocarán una cuarentena y retendrán a los visitantes. Sí, es una marcianada, y la presencia de Tom Hanks parece conectar con el cine de Spielberg en torno a los mundos alienígenas que pudieran imaginarse en la tierra.

Claro que Tom Hanks es tan solo un nombre más dentro del multiestelar reparto, como si Anderson quisiera batir récords y conseguir la mayor concentración de celebridades en un cartel. A la hora de la verdad el público puede sentirse decepcionado, porque no pasan de ser breves cameos que permiten entretenerse jugando a reconocer al interminable desfile de rostros.

No dejan de ser meras marionetas en el teatrillo de Anderson, esta vez construido mediante diaporamas en un Chinchón reconvertido en Monument Valley. El planteamiento estético puede sobre cualquier dramaturgia.