5 de agosto, día de La Blanca. Día grande de las fiestas de Gasteiz, una ciudad con dos caras que han quedado al descubierto esta madrugada. Un alma pagana, representada por aquellos gaupaseros que han apurado hasta el amanecer, y una divina, que a las 7.00 ha recorrido Alde Zaharra en el Rosario de la Aurora.
La procesión ha marcado el inicio de una jornada protagonizada por las neskas y los blusas, que este sábado se han calzado las abarcas para tomar las calles al ritmo marcado por las txarangas. Han pasado revista ante la hornacina de la Virgen Blanca, patrona de la capital alavesa, y se han sacado la foto de familia antes de perderse por las calles de Alde Zaharra y el Ensanche, donde han coincidido con la comparsa de gigantes y cabezudos.
Estos últimos se han dedicado a correr tras los más pequeños, más interesados en esquivar los golpes que en prestar atención a una agenda marcada por los actos deportivos y culturales: herri kiolak, bolos, bertso-saioa, kalejira de trikitalis... Actos comedidos, propicios para el vermut de mediodía, que han tomado intensidad a media tarde, con la ida de neskas y blusas al Iradier Arena, una plaza de toros libre de tauromaquia.
Batasuna ha abierto la kalejira de las cuadrillas inscritas en la Federación, y media hora después ha comenzado la marcha de las cuadrillas de la Comisión de Blusas y Neskas, encabezadas por Hegotarrak.
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