Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

60 años de ‘La gran evasión’, espectáculo y tragedia en el campo Stalag Luft III

John Sturges reclutó a tres de sus siete magníficos (Steve McQueen, James Coburn y Charles Bronson) para que participaran en una de las grandes referencias del cine espectáculo, ‘La gran evasión’. Su trama se basó en el caso real que aconteció en el campo de concentración Stalag Luft III.

Steve McQueen durante el rodaje de 'La gran evasión'.
Steve McQueen durante el rodaje de 'La gran evasión'. (UNITED ARTIST)

‘La gran evasión’ está considerada como uno de los clásicos más indiscutibles de la historia del cine norteamericano. Contribuyó a inmortalizar la figura de Steve McQueen a lomos de su flamante Triumph y marcó un antes y un después en el subgénero de fugas y evasiones.

Todo comenzó mucho antes de que el cineasta John Sturges diera su primer golpe de claqueta, la noche del 24 de marzo de 1944. Mientras la luz de los focos del campo de prisioneros Stalag Luft III, situado en la ciudad de Zagan, en la actual Polonia, recorría un perímetro vigilado por vallas, torres armadas con ametralladoras y patrullas alemanas. En este campo, construido a prueba de fugas, solo podían ser internados prisioneros de guerra, pero no civiles.

Aquella noche, 76 aviadores aliados que se encontraban presos allí organizaron una de las fugas más sonadas de la historia, la que en 1963 inspiraría a Hollywood una de las películas bélicas más famosas de todos los tiempos.

La trama de ‘La gran evasión’ se basaba en el libro homónimo que el escritor australiano Paul Brickhill escribió en 1944.

Brickhill fue abatido en Túnez mientras pilotaba un caza Spitfire durante la contienda mundial. Tras ser capturado por el ejército alemán, fue encerrado en el campo de concentración Stalag Luft III, en el que fue testigo directo de los preparativos de la espectacular fuga que narró en su novela.

McQueen y su moto

Con un reparto estelar que incluía a Steve McQueen, James Garner, Charles Bronson, James Coburn, Richard Attenborough, James Donald, Donald Pleasence, David McCallum, Gordon Jackson, Angus Lennie, Hannes Messemer, John Leyton, Lawrence Montaigne y Nigel Stock, John Sturges plasmó en la gran pantalla la fuga más grande de todos los tiempos, la de un campo alemán de prisioneros de alta seguridad del cual su comandante, el coronel Von Luger, aseguraba que era imposible escapar.

Steve McQueen, James Coburn y Charles Bronson junto al director, John Sturges. (UNITED ARTIST)

La película, a pesar de tratarse de uno de los mejores ejemplos de reparto coral, ya que todos los grandes actores que participaron en ella tuvieron un tiempo similar de protagonismo en pantalla, siempre será recordada por la interpretación de Steve McQueen y su espectacular huida en moto a través de territorio alemán.

McQueen, a sabiendas de que ‘La gran evasión’ podía ser el título que le catapultase definitivamente al estrellato, exigió que se realizaran diversos cambios en la historia con el fin de lograr un mayor protagonismo.

El actor siempre se preguntaba: «¿Por qué este tipo de películas, como ‘La gran evasión’, no pueden tratar sobre un solo tipo y por qué ese tipo no puedo ser yo?».

Por su parte, el guionista Riley Burnett –que fue despedido a instancias del propio intérprete– dijo de McQueen que «era un bastardo. Un tercio de la película descansaba sobre su personaje y cuando llegó quería cambiarlo casi todo. Una locura. Es más, el personaje de Steve se basa en un prisionero británico, Bill Ash, que ni siquiera consiguió escapar».

Entre las aportaciones de Burnett que finalmente permanecieron en la historia destacan diversos toques para atraer la atención del público estadounidense, aunque en la realidad la mayoría de los prisioneros del campo fueron británicos o canadienses, el escritor decidió crear los personajes de McQueen –con su inconfundible guante y pelota de béisbol–, James Coburn, Charles Bronson y James Garner.

Sobre el detalle del béisbol, Coburn afirmó que «Steve era el tío menos atlético del mundo. Si le lanzabas una pelota, lo más probable es que no la cogiera y le tocara ir corriendo a cogerla».

La escena de la huida en moto de McQueen por Alemania también contó con su correspondiente leyenda. Aunque no utilizó dobles para llevar a cabo esta secuencia, sí que es verdad que a la hora de rodar la toma del salto, los productores, un tanto inquietos por los posibles percances físicos y, sobre todo, legales en los que podía incurrir el actor al rodarla, decidieron utilizar un especialista.

El elegido fue Bud Elkins, encargado de una tienda de motocicletas en Los Ángeles y gran amigo del actor. De hecho, se convirtió en su doble oficial a lo largo de su carrera. Ejemplo de dicha relación fue la no menos mítica persecución automovilística de ‘Bullitt’.

Como singularidad y para lanzar un guiño cómplice a su amigo, McQueen exigió interpretar al soldado alemán que perseguía a su personaje en moto. Es decir, que el actor terminó persiguiéndose a sí mismo.

Steve McQueen a lomos de su mítica Triumph. (UNITED ARTIST)

Un castigo ejemplar y experiencias personales

En realidad, tan solo tres de los 76 hombres que lograron escapar pudieron salvarse: Bram Van Der Stok, Per Bergsland y Jens Müller.

Los que no murieron en el intento fueron arrestados y fusilados por orden de Adolf Hitler para que sirvieran de escarmiento frente a futuros intentos de evasión.

Otro dato curioso radicó en que la mayoría de los miembros veteranos del reparto contaban con experiencias reales como prisioneros de guerra en la Segunda Guerra Mundial: Donald Pleasance estuvo en un campo alemán, Hannes Messemer fue recluido en un campo soviético y Til Kiwe y Hans Reiner fueron hechos prisioneros por los estadounidenses.

Por su parte, Charles Bronson, quien encarna al ‘Rey de los túneles’ en el filme, no tuvo muchos problemas para adaptarse a su papel, ya que había sido minero en su juventud.

De hecho, C. Wally Floody, el verdadero ‘Rey de los túneles’ que se encargó de dirigir la construcción real, estuvo presente en el rodaje como consejero. Floody explicó que los exteriores donde se rodó la película eran muy parecidos a los de la zona de Zagan, lugar donde se desarrollo la verdadera evasión.

Ilustración que recrea el túnel en Stalag Luft III.

Otro de los elementos que relacionamos directamente con el filme es su inolvidable banda sonora, compuesta por el maestro Elmer Bernstein, quien ya había trabajado con Sturges en la no menos conocida ‘Los siete magníficos’.