Ainara Lertxundi
GARAren edizio taldeko kidea / Miembro del equipo de edición de GARA
Elkarrizketa
David Cantero
Coordinador general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en los Territorios Palestinos Ocupados

«Están racionando los medicamentos y las incubadoras, algunas han tenido que apagarlas»

Desde Jerusalén, David Cantero, coordinador general de MSF en los Territorios Palestinos Ocupados, denuncia a NAIZ, la situación «terrorífica» en Gaza y, específicamente, en los hospitales. La entrevista ha sido realizada poco antes de que Israel cortara las líneas móviles y de internet.

David Cantero, coordinador general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en los Territorios Palestinos Ocupados.
David Cantero, coordinador general de Médicos Sin Fronteras (MSF) en los Territorios Palestinos Ocupados. (MÉDICOS SIN FRONTERAS)

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 40% de fallecidos son niños; 23 de los 45 hospitales de la Franja de Gaza están funcionando parcialmente; mil pacientes requieren de diálisis; 30 bebés prematuros están en incubadoras y 2.000 gazatíes necesitan tratamiento oncológico. ¿Cómo es la situación?

La situación en general es catastrófica y en los hospitales, terrorífica. Los datos cambian día a día, yo diría incluso que hora a hora. Los datos que teníamos hace un rato puede que tampoco sean válidos ahora; no es difícil saber realmente la cantidad de los hospitales que están funcionando, el número de incubadoras en activo o el personal que está pudiendo trabajar.

Lo que sí sabemos es que los hospitales están completamente sobrepasados. Nuestros colegas se juegan la vida diariamente para llegar a estos hospitales y seguir trabajando, sabiendo que incluso dentro tampoco están seguros. Nos cuentan historias totalmente dantescas; de operaciones en los pasillos, en el suelo...

Uno de nuestros cirujanos nos comentaba de una amputación parcial a un niño en el suelo. Se la tuvieron que hacer con sedación parcial ante la mirada su madre. Al lado estaba su hermana, a quien también debían operar. Los hospitales se han quedado sin analgésicos y sin morfina para realizar las sedaciones. Quedan horas de fuel, desde hace días están trabajando con generadores.

«Uno de nuestros cirujanos nos comentaba de una amputación parcial a un niño en el suelo. Se la tuvieron que hacer con sedación parcial»

Están ya racionando los medicamentos y las incubadoras. Algunas, incluso, han tenido que apagarlas. Los datos de menores y neonatos en incubadoras son inferiores a los que teníamos hace unos días. Se hablaba de 120 bebés en 120 incubadoras; hoy –por ayer– la OMS está dando números más pequeños. Eso quiere decir que ya están haciendo lo que dijeron que tendrían que hacer en caso de escasez de fuel. Han tenido que tomar una decisión imposible de tomar; priorizar ciertas incubadoras y la vida de ciertos bebés. Lo mismo ocurre con los respiradores.

Si se para la electricidad, será el colapso total del servicio de salud. Bebés y personas que necesitan respiradores artificiales morirán en cuestiones de minutos en sus camas. Todos los enfermos que dependen de aparatos eléctricos están en peligro.

MSF opera en distintos escenarios de guerra, de catástrofes, de crisis humanitarias, de epidemias… ¿Pero, se han enfrentado a una situación así?

Es difícil comparar unas crisis humanitarias con otras, pero esta tiene varias especificidades. Una de ellas, que desgraciadamente vemos en otros lugares, es que esta crisis no ha comenzado el 7 de octubre. La ocupación israelí en los territorios palestinos se remonta a hace 70 años.

En el caso de Gaza, la población lleva 16 años sufriendo un bloqueo. Antes de este conflicto, entre el 70 y 80% de la población vivía bajo el umbral de la pobreza y dependía de la asistencia humanitaria para la supervivencia.

Otro aspecto a tener en cuenta es que los gazatíes no tienen ningún sitio adonde ir, están completamente atrapados, han sido desplazados de manera forzosa y en masa del norte al sur siguiendo las instrucciones del Ejército israelí. Pero en su trayecto al sur han sido bombardeados.

Los bombardeos son diarios y constantes. Estamos asistiendo a bombardeos indiscriminados en el sur de Gaza. No hay un solo lugar seguro. Todas las fronteras están selladas. Es aberrante. Nadie está seguro en Gaza, ni siquiera el personal sanitario dentro de las estructuras de salud.

«Es necesario un alto el fuego ya para que las poblaciones tengan un respiro y pueda entrar la ayuda humanitaria de manera incondicional, fluida y masiva»

Según los últimos datos que tenemos, 60 estructuras de salud han sido atacadas o dañadas, 68 trabajadores sanitarios han muerto, 28 sufrido heridas y decenas de ambulancias han sido objetivo israelí.

Se está cometiendo una flagrante violación de las normas de la guerra, que se llaman Derecho Internacional Humanitario. En aplicación de estas normas, la población civil, el personal de salud, las estructuras sanitarias y las ambulancias deben ser respetadas. Eso no lo estamos viendo en Gaza.

El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, ha advertido en rueda de prensa del riego inminente de enfermedades porque las calles se están inundando de aguas residuales.

Es clave la entrada de combustible en las plantas desalinizadoras para producir agua potable. En Gaza estas plantan funcionan con combustible, así que si no entra en las próximas horas, van a dejar de funcionar y el agua potable dejará de ser accesible.

La entrada de fuel es imprescindible no solo para los hospitales, sino para la producción de agua potable y la distribución de esta mínima e irrisoria ayuda humanitaria que está entrando. Sin fuel dejará de haber agua potable y sin agua potable empezarán las epidemias y esto será aún peor. Sabemos que las basuras no se están recogiendo. Todo esto es una bomba que ya ha explotado y seguirá haciéndolo, por lo que las consecuencias para la salud serán aún peores.

La cifra de fallecidos en veinte días supera los 7.000, de ellos más de 3.000 niños.

La mitad de la población de la Franja de Gaza es menor de 18 años. La gran mayoría de víctimas son mujeres y niños. Queremos insistir en este hecho. Repito, son civiles lo que están muriendo. Tienen que parar estos bombardeos indiscriminados contra la población civil.

Pedimos a todas las partes que paren este baño de sangre. Es necesario un alto el fuego inmediato para que las poblaciones tengan un respiro y pueda entrar la ayuda humanitaria de manera incondicional, fluida y masiva. Hasta la fecha solo han entrado unas decenas de camiones. No son suficientes.

Si queremos aliviar las necesidades de la población, tienen que entrar centenares y centenares de camiones diarios. Antes del conflicto, en un día normal, cientos de camiones entraban a la Franja de Gaza. Imaginemos a una población que lleva tres semanas sujeta a un bloqueo total, sin agua, sin comida, sin electricidad. Las necesidades humanitarias son apabullantes.

¿Cómo valora que se esté poniendo en cuestión los números de víctimas proporcionados por el Ministerio de Salud de Gaza, que ante estos cuestionamientos ha hecho un público un documento de 212 páginas con los nombres y apellidos de las víctimas?

Como organización humanitaria no nos corresponde valorar estas declaraciones respecto al número de víctimas, pero lo que nuestros equipos en el terreno nos cuentan es que las víctimas se cuentan por miles y que estas son civiles; de esto es de lo que tenemos que hablar. Los bombardeos son totalmente indiscriminados, sin ningún respeto al Derecho Internacional Humanitario.

«Imaginemos a una población que lleva tres semanas sujeta a un bloqueo total, sin agua, sin comida, sin electricidad. Las necesidades humanitarias son apabullantes»

En los últimos 16 años, Gaza ha sido una jaula humana, pero hoy esa jaula humana está más cerrada que nunca.

Con la actual, la población ha sufrido cinco guerras. ¿Qué consecuencias va a dejar esto?

MSF lleva trabajando en la Franja desde los años 80. Uno de los ejes de nuestro trabajo era la salud mental porque, además del bloqueo, es una población que ha sufrido recurrentes guerras. El poso que eso había dejado era terrible y las necesidades de salud mental tocaban a toda la población, a casi 2,2 millones de personas. Tras una situación como esta, las necesidades en salud mental van a ser todavía más acuciantes y no creo que se dé abasto para dar asistir a toda una población que está siendo masacrada de manera indiscriminada durante tanto tiempo.

El foco está en Gaza, pero en Cisjordania la tensión va en aumento. Desde el 7 de octubre se ha habido miles de detenciones y se han incrementado los ataques de colonos.

Desde MSF veníamos alertando del incremento de la tensión en Cisjordania. 2003 ha sido un año récord en cuanto a número de muertos, de heridos, de desplazamientos forzosos y de ataques por parte de colonos.

«Lo que nuestros equipos en el terreno nos cuentan es que las víctimas se cuentan por miles y que estas son civiles; de esto es de lo que tenemos que hablar»

Desde el 7 de octubre hemos observado un incremento de todos estos indicadores y, sobre todo, del número y virulencia de las agresiones de colonos. Las poblaciones con las que trabajamos en el sur de Hebrón nos cuentan que estos ataques, antes semanales, ahora son a diario. Cada noche, los colonos están violentando a los palestinos, les están destruyendo sus casas, les están cortando el agua y los están asesinando de manera impune.

Usted está Jerusalén. ¿Cómo se sobrellevan las noticias que le llegan de sus compañeros en Gaza?

No me gusta hablar de nosotros, pero lo resumiría en una frase: tanto nuestros trabajadores de salud como el resto se están jugando la vida diariamente para llegar a los hospitales y atender al mayor número de personas posible.