49 días después de la muerte de Eneko Valdés en una intervención de la Ertzaintza en Astigarraga, el Departamento de Seguridad de Lakua ha hecho por primera vez una comunicación pública sobre el tema. En ella alega que el fallecido «presentaba un cuadro de lesiones autoinfligidas derivadas de su estado de exaltación».

La comunicación se produce después de los datos e imágenes aportados por NAIZ este miércoles y coincidiendo con una comparecencia pública de EH Bildu en la que insistido en la demanda de esclarecimiento y concretado que pedirá la comparecencia del consejero Josu Erkoreka. Aunque el Parlamento está disuelto por la convocatoria electoral, cabría realizarla en la Diputación Permanente.

La nota apenas aporta novedades respecto a lo trasladado por la Ertzaintza a la Comisión de Control y ya recogido por NAIZ. Sí llaman la atención tres pasajes de la misma.

Por un lado, Seguridad afirma que «la actuación policial fue pública: se desarrolló delante de numerosas personas residentes en el vecindario que han prestado declaración en calidad de testigos». Frente a esta versión, la familia destaca que se impidió a su compañera y una enfermera acceder al rellano en que Eneko Valdés era teóricamente asistido, creando un espacio de opacidad que pudo prolongarse hasta 40 minutos. En ese tiempo, su compañera escuchaba «gemidos de dolor».

En paralelo, el Departamento intenta negar que en la acción participaran efectivos del grupo Bizkor y, en consecuencia, que se utilizaran las pistolas Taser de las que están dotados. Frente a ello, NAIZ mantiene su versión, tanto por los testimonios de los que dispone como por la imagen que ilustra este artículo, en la que se aprecia uno de los vehículos propios de esas patrullas especiales Bizkor.

En tercer lugar, el Departamento dice no tener constancia de denuncia judicial por los hechos, pese a que el Juzgado de Instrucción número 5 de Donostia ha emprendido una investigación en la que por ejemplo ya ha reclamado información al Ayuntamiento de Astigarraga.

El Departamento sí coincide con la familia en que Eneko Valdés «no estuvo detenido en ningún momento». Y no aporta explicación alguna de por qué no dio cuenta de tan grave hecho, ni cuando se produjo ni cuando cuatro semanas después hubo un dictamen de la Comisión de Control. Es más, anticipa que no piensa dar más detalles «por respeto al hombre fallecido y sus personas allegadas».

Arzuaga: «Más dudas»

En este contexto, el parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga ha comparecido esta mañana en Donostia para informar de que la coalición ha reclamado la comparecencia del consejero de Seguridad en funciones, Josu Erkoreka, para que dé explicaciones sobre la muerte.

Arzuaga ha repasado las informaciones publicadas por NAIZ y ha tildado la intervención de «violenta y opaca. Violenta porque las fotos lo muestran, con marcas, heridas, moretones y huesos rotos. Y opaca porque no sabemos que pasó en esos 40 minutos».  

Ha recordado que EH Bildu ya ha pedido al Ararteko que investigue «hasta los últimos extremos» y que los allegados de Eneko Valdés han presentado una denuncia, a lo que hoy ha sumado la exigencia de que Erkoreka comparezca ante la Diputación Permanente.

«Solo la Ertzaintza sabe qué sucedió en ese descansillo durante 40 minutos, los responsables policiales deben dar una explicación, Erkoreka no puede seguir callado. No entenderíamos que los partidos del Gobierno rechazaran su comparecencia», ha remarcado Arzuaga, quien se ha preguntado «qué mas tiene que pasar» para entender que la función policial se debe abordar de otra manera y que para ello es necesario abrir un debate sobre el modelo de la Ertzaintza.

Preguntado por el comunicado emitido esta mañana por la propia Ertzaintza sobre esta muerte, Arzuaga ha opinado que se trata de «una nota preventiva que genera más dudas de las que aclara». El parlamentario de EH Bildu se ha concretamente al punto 8, en la que «se dice que no darán más datos por respeto a la familia», cuando «es la propia familia la que pide que se den todos los datos y detalles».