Natxo Matxin
Redactor especializado en deporte. Osasuna

Osasuna quiere, 71 días después, reencontrarse con el triunfo en El Sadar

Osasuna quiere volver a reencontrarse, 71 días después, con una victoria en El Sadar. Entre medio, seis derrotas, un triunfo a domicilio ante el colista y el reciente empate con regusto amargo en el derbi de San Mamés.

Osasuna quiere darle continuidad a lo que se vio durante la primera hora de San Mamés.
Osasuna quiere darle continuidad a lo que se vio durante la primera hora de San Mamés. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

Desde el 4 de marzo Osasuna no suma los tres puntos en El Sadar, 71 días en los que la escuadra navarra ha vivido más sombras que luces, con seis derrotas, un triunfo a domicilio en Almería y el empate de este pasado sábado en Bilbo.

El conjunto rojillo quiere volver a reencontrarse con la victoria ante su gente este martes ante el Mallorca (19.30), y precisamente la mejor manera de hacerlo es dándole continuidad a las cosas buenas que se vieron en San Mamés y evitando los errores que le costaron dejarse dos puntos en el último momento.

Aquel último triunfo en propio estadio se produjo en otro derbi, frente al Alavés, con solitario gol de Ante Budimir, quien regresa a una convocatoria después de fracturarse varias costillas ante el Valencia.

El ariete croata querrá redimirse del grave error que cometió ante los ches en un penalti postrero, pero su concurso en el encuentro dependerá de las necesidades del equipo, toda vez que Raúl ha mostrado buenas prestaciones en las últimas oportunidades de que está disponiendo.

También recupera el técnico osasunista, Jagoba Arrasate, a varias piezas importantes en su esquema, como son los casos de Moncayola, Unai García y Moi Gómez, aunque pierde, por sanción, a Pablo Ibáñez.

En la lista, bastante más numerosa que las de los últimos compromisos, también repiten algunos futbolistas del filial, como J. More –debutó el sábado con el primer equipo–, Svensson y Stamatakis.

Osasuna está liberado de presión clasificatoria para este duelo, no así el Mallorca, quien todavía no ha logrado la permanencia matemática e intentará repetir el episodio de la campaña anterior, cuando se salvó en la última jornada venciendo en El Sadar.

Desde luego, su dinámica foránea no le acompaña mucho a repetir objetivo, pues el cuadro balear solo ha ganado en Balaídos como única victoria a domicilio en todo lo que se lleva de curso.

Además, cuenta con bajas importantes, tanto en ataque como en defensa. Tanto Muriqi como Valjent no estarán sobre el césped del campo iruindarra, con lo que pierde un considerable poderío aéreo.

«Más manejo y fluidez»

En este sentido, Arrasate ha destacado que en San Mamés el equipo se asoció muy bien, pese a medirse ante un Athletic que presiona arriba, una situación diferente a la que se van a encontrar ante el Mallorca, más proclive al juego directo. «Tenemos que ser capaces de interpretar lo que requiere el partido», ha señalado.

«Necesitamos disponer de más manejo y fluidez para mover la estructura defensiva del Mallorca, que es de las mejores, pues es un equipo que recibe muy pocos goles y suele perder por la mínima», ha incidido.

En este sentido, ha remarcado la necesidad «de atacar bien, sin exponernos, para que las distancias no sean grandes, porque ellos saben correr al espacio y tienen buenos pasadores en medio campo».

Ha recordado, además, que en el encuentro de la primera vuelta «fueron muy superiores porque no supimos interpretar los marcajes a sus carrileros e interiores y eso hay que corregirlo».

También los fallos que se cometieron en San Mamés, aunque ha diferenciado entre el 1-2 y el 2-2. «El primero es un error de concepto y el segundo parece más una desgracia», ha tildado.

También se ha quejado del lance entre Yuri y Rubén García, que pudo suponer un penalti a favor de los rojillos. «Me parece muy claro y resulta extraño que no se revisase», ha declarado con cautela.

Por último, se ha referido al argumento utilizado en las últimas jornadas de acabar bien la temporada para iniciar del mismo modo la siguiente. «El vestuario es el primero que sabe que eso es así y para mí es muy importante acabar bien», ha concedido.