Elkarrizketa
Eli Sarasola
Exfutbolista de Real Sociedad y Barcelona

«La Real se ha ganado la final y me gustaría que saliera a disfrutarla»

Debutó en Primera con la Real y estrenó su palmarés con el Barça. Antes había jugado en el Añorga y después lo hizo en el fútbol universitario estadounidense, el Ajax y el PSV hasta que hace cuatro años colgó los guantes. Eli Sarasola (Donostia, 1991) habla de presente, pasado y futuro.

Eli Sarasola, en Donostia.
Eli Sarasola, en Donostia. (Gorka RUBIO | FOKU)

Hace cuatro años colgó los guantes con ganas de alejarse un tiempo del fútbol. Pero el fundador de Vantage, al que había conocido en el PSV, le convenció de que conociese su empresa y allí se quedó. Con la suerte de que ahora puede trabajar desde Donostia, a donde ha regresado casi tres lustros después de salir de la Real para fichar por el Barcelona.

Hábleme de ese trabajo.

Nos dedicamos al entrenamiento individual y análisis de futbolistas profesionales, también árbitros y estamos entrando en otros deportes. Básicamente es qué hay que hacer para tomar la mejor decisión posible al recibir el balón, los requisitos para tomar una decisión informada. Exploración en el campo, posición corporal... Empezamos con entrenadores, luego añadimos el análisis de datos, ahora estamos empezando con Inteligencia Artificial...

No sé ni si existiría algo parecido cuando debutó en Primera con la Real.

Me extrañaría. Realmente tampoco son tantos años, pero las cosas han cambiado mucho en este tiempo.

Llegó a una Real que llevaba muy poco tiempo en la élite. Los títulos entonces eran las permanencias.

Sí, era el objetivo. Éramos todas de aquí, muchas chavalas jóvenes... Y con una ilusión tremenda. Yo he jugado en equipos con nombre y tal, pero mi sueño de niña era jugar en la Real. Cuando me retiré, la foto que puse en Instagram era de cuando tenía seis años con la camiseta de la Real. Todavía la tengo, me la llevé al último derbi del Reale Arena. Es que yo puedo decir que cumplí mi sueño.

[Real] «No se puede comparar a lo de hoy. No cobrábamos sueldo sino primas, así que imagínate cómo se celebraba cada victoria. Pero teníamos el lujo de Zubieta, lo pasábamos bien y hacíamos lo que nos gustaba»

¿Cómo era aquel sueño en el día a día?

No se puede comparar a lo de hoy. Además, yo llegué el año que bajó el equipo masculino, así que imagínate. No había pasta, llevábamos la ropa... No cobrábamos sueldo, cobrábamos primas. ¡Imagínate cómo se celebraba cada victoria! Y luego los viajes en bus, tantas horas... Pero nos reíamos mucho, lo pasábamos bien y hacíamos lo que nos gustaba. Y teníamos el lujo de Zubieta, que fuera de aquí y de Lezama eran unos campos terribles. Y sobre todo el grupo. Muy especial, muy sano... Jugábamos a fútbol porque nos gustaba jugar a fútbol.

Oigo a muchas veteranas comentar que conforme han mejorado los medios se ha perdido cierta pasión.

Puede ser. No digo que las chavalas hoy no la tengan, pero sí me da la sensación de que se va moviendo hacia lo que es el fútbol masculino. No es ‘quiero jugar a fútbol’, sino ‘quiero ser futbolista’. El Instagram, las fotos, las entrevistas, que te conozcan por la calle y, depende donde juegues, el dinero. Antes eso no existía, así que jugabas a fútbol exclusivamente porque querías jugar a fútbol y como muchas veces ibas contracorriente, había obstáculos..., quizá nos hacíamos más piña todas.

A cambio, se ha mejorado en muchísimos aspectos. No solo en la élite, sino desde la base, en los medios...

Eso es. La gente piensa que la igualdad es que las futbolistas cobren millones. Y no se trata de eso. De la misma manera que espera que se juegue como en la semifinal de Champions masculina. Es que en algunos países, las mujeres tenían prohibido jugar a fútbol hasta ayer, en Inglaterra las chicas no tenían acceso al fútbol en los colegios. No podemos pretender que nuestro fútbol esté donde está el suyo porque no tiene nada que ver, el nuestro empezó anteayer. La igualdad es tener unos medios mínimos dignos para poder dedicarme a esto, para la preparación física, para no lesionarme, para meter las horas extra que necesito para mejorar... Es que no chutan, no corren, no tal... Ya, pero es que en esta Liga igual hay dos o tres equipos en los que las jugadoras se ganan realmente la vida con esto. El resto está esdudiando, trabajando, tiene que pedir libre si tiene partido entre semana... Vamos mejorando, se están dando pasitos, pero todavía queda muchísimo por hacer.

[Barcelona] «Se hizo un proyecto nuevo y pronto ganamos la Copa, la primera Liga... En eso también tuvo mucho que ver que ya empezamos a hacer gimnasio, a estructurar las cosas... No era solo fichar jugadoras»

Usted dio un pasito en su carrera fichando por un Barcelona que empezaba a pelear arriba. Allí ganó sus primeros títulos.

Sí, fue el principio de un proyecto. Hicieron limpia, bajaron, y se empezó a crecer poco a poco. Fichajes, gente de la casa... y pronto empezaron a llegar las victorias. La Copa Catalunya, que no se suele acordar nadie pero le ganamos al Espanyol por primera vez, la Copa, la primera Liga... También tiene mucho que ver que ahí ya empezamos a hacer gimnasio, a estructurar las cosas, parece una tontería pero también nos empezaron a seguir cuando nos bajaba la regla... No era solo fichar jugadoras.

Recuerdo que cuando ese Barcelona iba por su cuarta Liga, Xavi Llorens me decía que es difícil motivar a un equipo que ha ganado mucho, que en ese plano le superan sus rivales, que tienen más hambre. Eso debería valer ahora también, pero es que este equipo siempre quiere más. 

Recuerdo cuando ganamos la primera Liga y lo apoteósico que fue aquello. Y me imagino que cuando la volvieron a ganar después de algunos años, también sería así. Pero el otro día estuve viendo cuando ganaron esta Liga y era como ‘ah, qué bien’. Entiendo que no es igual. Pero al mismo tiempo siempre tienen objetivos, ahora el póker de títulos, así que imagino que las finales las afrontarán como si no hubieran ganado nunca.

Si en motivación andan a tope, físicamente son atletas y técnicamente se acaban los adjetivos... ¿Cómo se les pilla?

Es muy difícil. En 2019 contra el Atlético me preguntaban antes y decía ‘se puede, con intensidad y tal, se puede totalmente’. Ahora no sé si se puede. Es verdad que a noventa minutos puede pasar cualquier cosa. Pero mira, yo trabajo con una jugadora del Chelsea, que es el único equipo que les ha ganado, y me dijo que nosotras defendimos muy bien pero ellas jugaron el peor partido de la temporada. Se tienen que alinear las estrellas. Porque piensas que si les presionas bien arriba están muy incómodas, pero eso significa dejar espacios atrás, así que o lo haces perfecto o te estás pegando un tiro en el pie.

[La final] «Que el Barcelona le golee es una posibilidad por la que la Real no puede dejar de tomarse este partido como lo que es: un premio. Se lo han ganado y a mi me gustaría que salieran a disfrutarlo. A darlo todo, a competir y a disfrutar»

Las once debajo del larguero tampoco funciona.

Yo no soy entrenadora ni lo seré nunca. Pero yo no iría a aparcar el bus atrás. Porque a mí me gusta el fútbol. Si me dices voy a aguantar... no, no, es que además no tienes nada que perder. Quiero decir que el partido ya se lo da todo el mundo ganado al Barcelona, pues sal con valentía. Y si te meten siete... A mí me metió siete el Athletic en mi debut en Superliga y no es divertido, pero es una posibilidad por la que no pueden dejar de tomarse este partido como lo que es: un premio a esta temporada, que ha sido un poquito más complicada en Liga, pero en la que han llegado a la final después de ganar al Atlético y al Levante. Se lo han ganado y a mí me gustaría que salieran a disfrutarlo. A darlo todo, a competir y a disfrutar. Y si haciéndolo así se acaba perdiendo, sea con el resultado que sea, desde luego yo no les voy a echar nada en cara.

Da la sensación de que la final nos llega dos meses tarde.

Yo creo que siempre llegan un poco tarde porque a final de temporada ya... Es verdad que ha tenido una dinámica muy negativa, que está en una posición un poco baja... Pero yo creo que vamos a ver a un equipo diferente aunque solo sea porque es una final.

¿Qué ha podido pasar para que la tendencia a la baja de la temporada pasada no solo no se haya frenado sino que se haya prolongado? ¿Toca cambio de ciclo?

A veces se necesitan cambios, aunque yo creo que Natalia [Arroyo] ha hecho un buen trabajo. Hemos jugado la Champions, que no es tontería. Igual la gente pensaba que se fuera a rendir siempre a ese nivel, pero ese segundo puesto fue algo excepcional. ¿Que la Real tiene que estar de la mitad de tabla para arriba? Por supuesto. Y quizá, supongo que la decisión de Natalia también es porque no tiene que ser agradable ver que estás trabajando duro para que no salgan los resultados. Puede ser que los ciclos acaben, sin más.

Precisamente por ese cambio de ciclo, con relevo en el banquillo, muchas jugadoras que acaban contrato, el partido de La Romareda puede ser especialmente relevante. ¿Le preocupa lo que pueda pasar?

Digamos que da un poco de respeto. Pero quiero confiar en que el club haya estudiado bien el proyecto que quiere ahora. Porque los equipos no son ‘hala, ponemos a alguien aquí y ya está’, sino pensar en la dinámica de los siguientes tres a cinco años. ¿Qué va a pasar? No tengo ni idea. ¿Estoy nerviosa? Pues un poco sí, por si de repente se nos desbarajusta todo. Pero espero que el club tenga un buen proyecto y que las jugadoras confíen en él. Y si el proyecto puede empezar con la alegría de ganar esta Copa, seguro que además nos va mucho mejor, así que otro motivo más para animar a tope el sábado.