
Solo en su última operación militar contra la Franja de Gaza, iniciada el pasado octubre, Israel ha matado a alrededor de 15.000 menores. Niños y adolescentes volvieron a ser ayer objetivo, tanto en ese enclave palestino, arrasado desde hace once meses, como en la Cisjordania ocupada, donde mantiene desde hace siete días una operación a gran escala con incursiones terrestres y ataques aéreos.
Francotiradores israelíes mataron de madrugada a un adolescente de 15 años e hirieron a su padre en el campamento de refugiados de Tulkarem, donde los soldados iniciaron un asalto la víspera tras atacarlo con drones.
En la misma localidad mataron en el suburbio de Danaba a dos milicianos de la Brigada de los Mártires de al-Aqsa, brazo armado de Al-Fatah, que tras estas muertes renovó su compromiso de «luchar hasta derrotar al ocupante».
Otra adolescente, Lujain Osama Muslé, de 16 años, murió por disparos de militares israelíes en Kafr Dan, cerca de Jenin, informaron las autoridades palestinas, que elevaron a 30 el número de personas a las que el Ejército israelí ha matado desde el inicio de la ofensiva en Cisjordania. La cifra asciende a 682 desde el 7 de octubre, ya sea a manos de soldados o de colonos.
«No sé lo que están buscando, más derramamiento de sangre», señaló a Efe por mensajería un vecino de Tulkarem, después de que las tropas israelíes regresaran a la ciudad el lunes.
«Es una agresión brutal e inhumana, en la que se está matando a nuestros niños, ancianos y mujeres a sangre fría mientras nadie mueve un dedo contra las prácticas y comportamientos de la ocupación», denunció el jefe del Comité Popular de Servicios del campamento de Tulkarem, Faisal Salama, en declaraciones a Wafa.
En Tulkarem y Jenin, las tropas israelíes, los blindados y, sobre todo, las excavadoras pesadas han causado un gran destrozo de casas y carreteras, provocando el corte de servicios de agua y electricidad.
El Ministerio de Sanidad de la Autoridad Palestina precisó que hasta la fecha han muerto 18 personas en Jenin; cinco en Tulkarem; cuatro en Tubas y tres en Hebrón. «Entre los mártires hay seis niños y dos ancianos», señaló.
Mientras, en los casi once meses de ofensiva contra la Franja de Gaza, las fuerzas sionistas continuaron con sus ataques a escuelas, edificios residenciales y niños, y mataron a al menos 33 personas en las últimas horas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras, está llevando a cabo una enorme campaña de vacunación contra la polio. Cerca de 160.000 niños de menos de 10 años ya han recibido la primera dosis pese a las dificultades de hallar un lugar seguro. Ayer, cinco niños resultaron heridos cuando las fuerzas israelíes atacaron un edificio residencial cerca del hospital de los Mártires de al-Aqsa en Deir el-Balah, poco después de que finalizara una de las «pausas humaritarias» en los combatespara facilitar la vacunación.
Otra escuela atacada en Gaza
Estos niños afrontan, además, un inicio de curso atípico, denunció el lunes la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa), en el que más de 600.000 no podrán asistir al colegio en medio del desplazamiento y los bombardeos.
Ayer mimos, el Ejército israelí atacó otro centro educativo, la escuela Numa de la ciudad de Gaza, en el norte de la Franja, causando al menos siete muertos y una treintena de heridos.
Con su habitual retórica, el Ejército señaló que «la Fuerza Aérea israelí llevó a cabo un ataque preciso contra los terroristas de Hamas que operaban dentro de un centro de mando y control en un complejo que anteriormente servía como Colegio Numa». Israel alega siempre que centros como escuelas, donde ahora se refugian miles de desplazados, son también usados por los combatientes. En sus incursiones en hospitales, el personal médico ha sido arrestado de forma arbitraria -muchos siguen desaparecidos- y se ha matado a cientos de civiles.
Además, en un bombardeo en el barrio Al-Tannour de Rafah, en el sur de la Franja, Israel mató ayer a cuatro mujeres de la familia Al-Arja, y dos refugiados palestinos perdieron la vida al ser bombardeada la tienda de campaña en la que se encontraban en Jan Yunis.
El número de personas que Israel ha matado desde el inicio de su brutal ofensiva en Gaza el pasado octubre se eleva ya a 40.819, en su mayoría mujeres y niños, mientras que hay más de 94.200 heridos. Se calcula que 10.000 cuerpos siguen aún bajo los escombros sin que hayan podido ser recuperados.
Desde el 7 de octubre de 2023, hasta 1,7 millones de personas, es decir más del 75% de la población de la Franja, han sido obligadas a desplazarse por todo el enclave, algunas más de una vez, según la Unrwa, en busca de un lugar seguro, que no lo hay.
La agencia de la ONU volvió a insistir en que el enclave palestino está al borde de la hambruna. Según la Unrwa, 1,1 millones de personas (la mitad de su población) «está experimentando una inseguridad alimentaria catastrófica» debido a la ofensiva militar y a las restricciones al acceso a la ayuda humanitaria.
Recorte de licencias sin impacto para Israel
El ministro británico de Defensa, John Healey, subrayó ayer que la suspensión de 30 de las 350 licencias de venta de armamento a Israel «no tendrá un impacto material» sobre la capacidad del país para defenderse e incidió, por si había duda, en que Londres sigue siendo «una aliado firme» de Tel Aviv.
Londres anunció el lunes la suspensión debido al riesgo de que sean utilizadas para vulnerar el derecho internacional humanitario e inmediatamente el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, se mostró «decepcionado» por una decisión que llegó, dijo, «cuando luchamos una guerra en siete frentes, una guerra que fue lanzada por una organización terrorista salvaje, sin provocación». El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tildó ayer de «vergonzosa» la decisión e insistió en que «no cambiará su determinación de derrotar a Hamas». «Aún mantiene secuestrados a más de 100 rehenes, incluidos cinco ciudadanos británicos. En lugar de apoyar a Israel, una democracia compañera que se defiende contra la barbarie, la decisión equivocada de Reino Unido solo envalentonará a Hamas», escribió en X. Desde su oficina reiteraron que sus tropas están llevando a cabo una guerra «justa con medios justos y tomando medidas sin precedentes para mantener a los civiles fuera de peligro y respetando el derecho internacional».

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