Ariane Kamio
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‘Tardes de soledad’: arte para algunos, horror para otros

Albert Serra aterriza en Sección Oficial con ‘Tardes de soledad’, una película sobre la tauromaquia plasmada a través del torero Andrés Roca Rey, en una búsqueda del arte que se encuentra a través de imágenes muy crudas.

Albert Serra posa ante los medios gráficos en las terrazas del Kursaal.
Albert Serra posa ante los medios gráficos en las terrazas del Kursaal. (Maialen Andres | FOKU)

La polémica está servida. ‘Tardes de soledad’ es una película sobre la tauromaquía que se introduce en el plano más íntimo de un torero y de sus faenas en el ruedo. Para algunos será, sin duda, una búsqueda artística sin parangón. Pero, antes de su llegada a la Sección Oficial, la cinta ya ha sido salpicada por la polémica tras la petición de grupos animalistas de que fuera censurada en el certamen.

El hilo conductor de este documental es el torero peruano Andrés Roca Rey, y la cámara lo ‘persigue’ de forma tan discreta como íntima desde su preparación en el hotel, hasta su vuelta tras concluir la corrida. Como actores secundarios, los miembros de su cuadrilla.

«El objetivo fue buscar, olvidarse los a prioris, y buscar con la cámara lo que con los ojos humanos no puede captarse. Buscar esas atmósferas, esa pátina de fantasía que tiene la película, la plasticidad. El método de trabajo fue igual que las películas de ficción. Normalmente, doy alguna indicación, aquí casi ni eso. Nos limitamos a ir aprendiendo y redescubriendo cosas. Los diálogos de la cuadrilla son cosas que aparecieron casi casi en el montaje. De golpe tienes una cosa que puede estructurar la película, como sus conversaciones. Intenté buscar una visión libre y la más honesta posible», ha señalado en rueda de prensa Albert Serra, autor de cintas como ‘Pacifiction’, estrenada en 2022 en el Festival de Cannes. 

Uno de los aspectos más impactantes durante el metraje, que se prolonga cerca de dos horas, es la calidad del sonido, a través de la cual se capta, por ejemplo, la respiración de los toros o las conversaciones más íntimas durante una corrida. «Lo máximo que teníamos era el sonido directo, que es de lo más grande en la película. Ahora tenemos micrófonos inalámbricos, puedes tenerlo con una duración de 5 horas. Sin esto, no existiría una buena parte de la película. La verdad de lo que se oye esta ahí gracias a eso. Hay un trabajo de sonido, una fantasía sonora, efectos raros, cosas conceptuales, que no son estrictamente realistas, pero gran parte del sonido es por la tecnología digital. Esto es la clave de todo», ha asegurado.

Preguntado por la polémica que ha suscitado la cinta, Serra ha indicado que su objetivo ha sido captar la «expresividad» y la «viveza» que se mueven en ese mundo. «Hay cierta fascinación por el tema, y un cierto aprecio por el protagonista. Pero no por eso se renuncia a hacer una película de arte, que no está al servicio de una causa, sino al servicio del cine. Lo que la gente piense sobre este tema es muy externo. Me interesa lo que la gente piensa sobre la película. Si no, con un tema como este no harías nada si tienes que estar escuchando lo que piensa la gente», ha sentenciado.