
Catorce colectivos han denunciado públicamente este viernes «las condiciones de esclavitud» que sufren los trabajadores de las obras del TAV,. Se basan en los testimonios que han recabado de personas empleadas en el túnel de Monte Plano en Tafalla, aunque se repetirían «en el resto de túneles de estas obras en Euskal Herria», según una investigación del periodista Urko Apaolaza.
En la comparecencia ante los medios en la que han desvelado esas irregularidades, sus portavoces, Gorka Ovejero, Enea Andueza y Julio Villanueva, han detallado que los colectivos denunciantes son AHT Gelditu!, CGT, CNT, Contigo-Zurekin, EH Bildu, ELA, ESK, LAB, Haritu Red de apoyo mutuo, Iruñerriko Kontseilu Sozialista, Jardun Koordinakundea, Martes al Sol, Red de Autodefensa Laboral y SOS Racismo.
El sindicato LAB ha ido más allá y ha presentado una denuncia sobre estos hechos ante la Inspección Laboral de Nafarroa, aunque Villanueva ha señalado que fuera del herrialde se ha presentado también otras denuncias al respecto.
En concreto, los abusos que han relatado los trabajadores «llaman poderosamente la atención», ya que son numerosos y abarcan diversos aspectos. Así, hablan de «jornadas laborales extenuantes de 12 horas o más, llegando en algunos casos a las 18 horas».
También se comenta una «falta de control del horario laboral, de tal manera que las horas extras no se contabilizan ni se pagan». Al respecto, han puesto denunciado que se da «una falsedad de las nóminas», ya que, además, «se descuenta el alojamiento de los ingresos mensuales y no se tiene en cuenta los pluses de peligrosidad ni el trabajo nocturno».
«Gran consumo de drogas»
Asimismo, han denunciado una «falta de seguridad laboral total en un trabajo de gran siniestralidad». Una situación de riesgo que «se ve incrementada por el gran consumo de drogas por parte de la mayoría de los trabajadores, que se ven forzados a ello para aguantar el ritmo laboral. Este consumo se ve incentivado por las empresas», han asegurado a partir de lo comentado por los empleados.
Otra denuncia tiene que ver con que «no hay suministros de EPIs adecuados y en caso de accidente, los trabajadores se atienden ellos mismos, teniendo que ir al ambulatorio en sus propios coches». Incluso se dan «unas condiciones laborales de total insalubridad», ya que «a pesar de estar prohibidas, trabajan con máquinas diésel dentro de los túneles, con la consiguiente contaminación química y acústica». Y también han denunciado «la falta de herramientas de trabajo y el uso de maquinaria muy antigua».
Denuncian que no hay EPIs adecuadas, que las condiciones son de «total insalubridad» y que las jornadas de trabajo pueden llegar a 18 horas
A la hora de que se puedan detectar estas irregularidades, han señalado que «las inspecciones laborales son previamente avisadas a las empresas para que, en el día anunciado, puedan tomar las medidas oportunas con el fin de hacer el ‘paripé’ de que respetan la legalidad».
Asimismo han denunciado que se registran «abusos empresariales», como que «los trabajadores que reclaman sus derechos o promueven la sindicación son expulsados de inmediato», y que «las diferencias laborales según las subcontratas son muy grandes e incluso a la noche hay trabajadores sin papeles y sin contrato». Una situación que es propiciada por «el procedimiento de subcontratación», al mismo tiempo que «las constructoras se dotan de potentes servicios jurídicos que le dan ropaje legal a este tipo de actuaciones».
Además, han puesto de relieve «el trato vejatorio de corte racista y homófobo a los trabajadores racializados, con desprecios, humillaciones, insultos y amenazas constantes».
Esta situación laboral hace que se produzca «una renovación casi permanente de la plantilla, ya que hay poco trabajadores que aguanten ese tipo de trabajo durante mucho tiempo».
Finalmente, han denunciado «la chapucería y corrupción en las obras», ya que han asegurado que «se utiliza la mitad de fibra en la mezcla del hormigón de revestimiento del túnel, por lo que la seguridad del túnel queda en entredicho, mientras que otros elementos se ponen de más para poder cobrar sobrecostes. Las fugas de aceite de las máquinas son constantes y se ocultan bajo tierra».
Doce muertes laborales en las obras
Ante esta situación, los catorce colectivos firmantes han concluido que las condiciones laborales en la construcción del TAV «nos recuerdan a la esclavitud», ya que «se pone en peligro constante la vida y salubridad de los trabajadores». En este sentido, han recordado que «ya se han registrado doce muertes laborales en las obras del TAV en toda Euskal Herria».
Pero consideran que «infraestructuras megalómanas como la del TAV no serían posibles sin las condiciones de explotación de la clase trabajadora que las ejecuta y que el aparente ‘progreso’ del que presumen oculta esta cruda realidad», que «es una infraestructura del siglo XXI con las condiciones laborales del siglo XIX».
Por último, han denunciado «la responsabilidad de las administraciones, tanto estatales como autonómicas, en la ocultación de estas prácticas, ya que, aun siendo conscientes de ellas, siguen mirando para otro lado en total connivencia con las empresas».

El impacto medioambiental de la IA generativa, en cinco cifras

¿Quiénes son los grandes actores de la inteligencia artificial en el mundo?

El piso incendiado en Donostia estaba habitado por una mujer que guardó toneladas de basura

237 artistaren babesa jaso du Raimundo El Canastero taldeak, epaiketaren atarian
