
¡Qué rico el sabor de la revancha! Hace solo dos años, Kansas City Chiefs se llevó la Super Bowl frente a Philadelphia Eagles por un apretado 38-35. Hoy ha venido la vuelta, y los campeones de la NFL en las dos últimas temporadas han sido aniquilados por un equipo que ya luce su segundo anillo, tras el que conquistaron en 2018. El marcador final (22-40) no refleja la diferencia entre ambas escuadras, ya que Kansas ha logrado un parcial de 16-0 en los minutos de la basura. La gesta de conseguir tres títulos seguidos tendrá que esperar.
Philadelphia ha impuesto su ley desde prácticamente el primer drive, cuando se ha jugado un cuarto down de dos yardas con un pase largo. El mensaje estaba claro, los Eagles iban a volar sin miedo.
La primera parte ha sido un festival verde, con 179 yardas ganadas, frente a las paupérrimas 23 de los Chiefs. El ataque de los campeones no ha existido, ha sido una caricatura, un pelele en manos de la defensa dirigida por el mítico Vic Fangio.
Patrick Mahomes se ha visto obligado a jugársela y se ha comido dos intercepciones, una de las cuales ha terminado en un retorno exitoso (pick six) del joven Cooper Dejean. Elegido como número 40 del último draft, en su primera temporada profesional se ha convertido en el primer jugador de la historia en anotar un touch down el día de su cumpleaños. Todo un regalo para sus 22 primaveras.
Si no puedes correr…
Al otro lado del campo, la defensa de Kansas sí ha encontrado la fórmula para minimizar los temidos daños por tierra de Hurts y Barkley, que también cumplía años, 28. Pero el quarterback de los Eagles ha sabido aprovechar la acumulación de rivales en la trinchera para usar a su compañero como cebo y jugar con sus receptores.
En la temporada regular Philadelphia fue el segundo equipo que más yardas ganó por tierra, y el antepenúltimo por aire, pero hoy Nick Siriani ha demostrado que también tiene plan B ofensivo.
Así, un pase de 27 yardas a Dotson ha sido la antesala de la primera anotación, convertida por Hurts mediante el imparable ‘tush push’ a una yarda. Y la tercera ha llegado con un lanzamiento de 12 yardas a A.J. Brown. Al descanso se ha llegado con un rotundo 0-24 y la sensación de que la final estaba decantada antes de lo deseado… salvo para los hinchas de Philadelphia, claro. Sólo ha habido antes una Superbowl con mayor diferencia al descanso, cuando en 1988 Washington Redskins dominaba 35-10 a Denver Broncos.
Sin milagros
La primera posesión de la segunda parte era para los Chiefs, y Mahomes se la ha pasado corriendo por su vida. Los milagros solo se dan en Lourdes, y muy de vez en cuando. Además, Philadelphia ha respondido con un drive casi perfecto, combinando pase y carrera y comiéndose casi siete minutos del reloj antes de sumar tres nuevos puntos (0-27).
Los Eagles han olido la sangre, y con el título en el bolsillo han querido darse un festín. Hurts ha lanzado desde el centro del campo para ponerla 50 yardas más lejos en las manos de Devonta Smith (0-34). Los Chiefs ya solo pensaban en que terminara el suplicio. Han tenido que pasar 43 minutos, casi tres cuartos completos, para ver su primera jugada de ataque en campo rival. Al menos les ha valido para salvar su honra con el touch down de Worthy a pase de Mahomes, que ha fallado la conversión de dos puntos (6-34).
El último cuarto estaba de sobra, salvo para que Philadelphia siguiera golpeando a Mahomes –ha encajado media docena de sacks y una pérdida de balón– y los Chiefs maquillaran la derrota, hasta el 22-40 definitivo.

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