
Más de 1.000 aficionados han arropado este martes al Baskonia en su entrenamiento a puertas abiertas en el Buesa Arena antes de recibir a Zalgiris Kaunas y Gran Canaria en Gasteiz.
Al ser festividad escolar por Carnaval, muchas familias se han acercado al recinto gasteiztarra para seguir de cerca el final de la sesión preparatoria del equipo de Pablo Laso.
Kamar Baldwin ha sido el único ausente de un entrenamiento en el que sí ha participado Markus Howard, recuperado tras recibir un golpe el pasado viernes ante el Partizan.
El entrenamiento ha acabado con ejercicios de tiro y algunos lanzamiento de medio campo donde la mayor ovación se la ha llevado Sander Raieste, el primero en anotar desde lejos.
Tras el entrenamiento, los aficionados han bajado a la pista para pedir fotos y autógrafos de los jugadores.
Chima Moneke, Markus Howard y Tadas Sedekerskis han sido los más solicitados. Precisamente este último, capitán del equipo, ha señalado que deben tener «menos desconexiones durante los 40 minutos» para poder ganar los partidos.
El canterano azulgrana, que ha puesto en valor el buen momento del Zalgiris, ha remarcado que «tanto en Belgrado como en Andorra» el Baskonia compitió pero no lo hizo durante todo el choque. «El equipo tendría que centrarse en esto», ha incidido.
A pesar de las dos semanas de parón, el capitán ha reconocido que tampoco han podido entrenar mucho todos juntos porque varios se fueron con sus selecciones nacionales. «Siempre es complicado, llevo dos lesiones esta temporada, que no son lesiones muy graves, sino musculares, pero luego tienes que volver a coger el ritmo y coger las sensaciones», ha señalado sobre su puesta a punto tras su problemas físicos.
«Tengo muchas ganas de aportar al equipo, volver a ser el Tadas que estaba antes de la lesión, pero a veces el cuerpo te frena y hay que tener paciencia, estar tranquilo y cada día dar un pasito hacia adelante», ha explicado.
Sobre las lesiones que han sufrido varios compañeros ha reconocido que no acaban de tener la plantilla completa para entrenar y para trabajar, lo que «saca un poquito de ritmo», ha analizado sobre las lesiones que han sufrido varios compañeros.
«Es el último tramo de la temporada, vamos a poner todas las ganas, todo el carácter y yo creo que todos juntos con nuestra afición podemos levantar la cabeza», ha asegurado antes de confesar que para él no es especial medirse al Zalgiris, más allá de que es un equipo de su país. «Espero que se vayan tristes», ha bromeado.

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