Pablo Ruiz de Aretxabaleta
Aktualitateko erredaktorea, nazioarteko informazioan espezializatua / Redactor de actualidad, especializado en información internacional

La banda de Abu Shabab, asaltantes que Israel tolera como ariete del caos

Yasser Abu Shabab, un conocido salteador al que medios palestinos vinculan al Estado Islámico, se beneficia de la tolerancia para asaltar camiones de ayuda en el sur de Gaza por parte del Ejército israelí, que agudiza el caos y promueve una fuerza rival frente a las autoridades locales.

 

Camiones con ayuda humanitaria entran en Rafah desde el cruce de Kerem Shalom.
Camiones con ayuda humanitaria entran en Rafah desde el cruce de Kerem Shalom. (Eyad BABA | AFP)

En la catástrofe que supone el bloqueo de la ayuda que ha impuesto Israel a la Franja de Gaza y que ha provocado el hambre que está matando a decenas de personas, sobre todo niños, surge otro elemento que se suma a la inhumanidad sionista: las bandas que asaltan los escasos camiones de suministros que Israel ha empezado a permitir.

No se trata ya de asaltos de la población desesperada, sino de una fuerza mafiosa utilizada por el propio Ejército israelí.
Entre estas bandas asciende el liderazgo de Yasser Abu Shabab, un conocido contrabandista y salteador, que se beneficia de la tolerancia del Ejército, y al que medios palestinos vinculan al Estado Islámico (ISIS).

Según la agencia palestina Quds News Network (QNN), Abu Shabab actúa en el sur de la Franja de Gaza, que Israel ocupa y controla férreamente. Allí, entre el este de Rafah y el cruce de Kerem Shalom, intercepta los camiones de ayuda humanitaria, ataca a los transportistas, saquea su contenido y luego lo vende a precios desorbitados.

También actúan con prácticas mafiosas; exigen dinero para ofrecer «protección». De hecho, se presentan, uniformados, como una fuerza para «asegurar la entrega de la ayuda».

Él mismo publicó imágenes de su milicia organizando el tráfico de camiones.

Acciones en la zona militarizada

QNN señaló que Abu Shabab se coordina con el Ejército israelí y que ha establecido su base en una zona que Israel controla.

También medios como 'The Washington Post', “Financial Times” o “Haaretz”, han dado cuenta de las actuaciones de estas bandas.

Las zonas de actuación de los asaltantes se encuentran a metros de los puestos militares israelíes. Hamas señala que su base se encuentra a unos 700 metros del paso fronterizo de Kerem Shalom, donde cualquier movimiento es estrechamente vigilado y los asaltos no habrían pasado desapercibidos, lo que evidencia la permisividad israelí.

El objetivo es, por un lado, agudizar la extrema situación que padece la población de Gaza saboteando la distribución de ayuda después de haberla bloqueado durante tres meses. Por otro lado, promover una fuerza que rivaliza con las autoridades locales e impulsa una situación caótica.

Al mismo tiempo, Israel aprovecha los asaltos para acusar a Hamas de robar la ayuda y justificar así sus planes de reparto militarizado.

Abu Shabab lidera un grupo de un centenar de hombres y ya era conocido por sus actividades. Pertenece a la tribu beduina Tarabin, presente en el Sinaí, el sur de Gaza y el desierto del Néguev.

Uno de los mayores incidentes se produjo el 18 de noviembre pasado, cuando un convoy de 109 camiones fue violentamente saqueado, según la Unrwa: 98 se perdieron y sus conductores fueron obligados a punta de pistola a descargar la ayuda. El asalto, según la organización, se produjo después de que el Ejército de Israel cambiara «en el último momento» la hora y la ruta del convoy, obligándolo a internarse en una ruta desconocida.

Castigos

En los últimos meses las fuerzas de seguridad palestinas han ejecutado a varios colaboradores o llevado a cabo castigos como disparos en las piernas contra estos grupos. El pasado enero, la Policía de Gaza llevó a cabo varias redadas en la que mató a once supuestos colaboradores con el Ejército israelí. Entre ellos estaba la mano derecha de Yasser Abu Shabab.

El 9 de diciembre, los Comités Revolucionarios y Tribales de Gaza anunciaron que retiraban su apoyo a Abu Shabab. Más adelante, el 8 de enero, también un colectivo de familias de la ciudad sureña de Jan Yunis lanzó un comunicado en contra del líder de la banda: «Una facción canalla ha seguido alineándose con la ocupación en su guerra salvaje contra nuestro indefenso pueblo palestino, dirigida por el individuo conocido como Yasser Abu Shabab», denunciaron entonces.

Este apoyo a bandas de gánsteres se suma a los ataques contra fuerzas policiales y de seguridad que pueden controlar el caos. Así, el pasado 23 de mayo, un dron israelí mató a seis palestinos –cinco efectivos de la policía gazatí y un voluntario– que custodiaban un convoy con medicamentos y comida, en Deir Al Balah.

La eliminación de los policías locales deja un vacío para que estas bandas actúen y para que la población desesperada asalte los camiones con ayuda. Israel aprovecha para justificar así sus planes de reparto militarizado.

Tras el bombardeo del convoy se produjo el asalto a al menos quince camiones cargados con ayuda.

Ayer, un almacén del Programa Mundial del convoy de Alimentos ( PMA) de la ONU también fue saqueado el miércoles por una muchedumbre de palestinos en Deir el Balah.