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El Congreso aprueba la ley para disolver asociaciones franquistas que el PP quiso tergiversar

El Pleno del Congreso ha aprobado este jueves definitivamente la ley para disolver asociaciones franquistas eliminando los cambios que fueron introducidos en el Senado por la mayoría absoluta del PP, que planteó en su lugar una reforma del Código Penal para cambiar franquismo por «entorno de ETA».

Apologías franquistas en el Valle de los Caídos.
Apologías franquistas en el Valle de los Caídos. (Alejandro Martínez Vélez | Europa Press)

El Pleno del Congreso ha aprobado este jueves definitivamente la ley para disolver asociaciones franquistas, en los mismos términos en que estaba iniciativa, después de que el PP hubiera intentado tergiversarla totalmente en el Senado.

El PSOE y sus socios de investidura han rechazado las enmiendas llegadas del Senado, que solo han contado con el respaldo del PP, Vox y UPN, por lo que la ley ha sido aprobada en su versión original concebida por el PSOE.

La proposición de ley orgánica, que había sido aprobada ya en primera instancia en el Congreso, de donde pasó al Senado, pretende reformar la ley orgánica reguladora del derecho de asociación para incluir como causa de disolución la apología del franquismo, adaptando así esta normativa a la Ley de Memoria Democrática.

En el debate de este jueves en el pleno del Congreso, donde ha habido alusiones al «caso Koldo», el PSOE y sus socios han acusado al PP de no ser contundente contra el franquismo y le han reprochado que haya utilizado su mayoría absoluta en el Senado para tratar de cambiar absolutamente el espíritu de la norma.

El PP recurrió de nuevo al «trilerismo parlamentario» para intentar dar la vuelta como un calcetín a esa norma convirtiéndola en una ley contra «el entorno de ETA». Esta maniobra fue apoyada por UPN.

El texto modificado en el Senado, y ahora descartado, excluía la apología del franquismo como causa de disolución de una asociación y pedía poder declarar ilegales aquellas asociaciones que mediante el uso de la violencia, la amenaza o la incitación a la violencia promuevan cualquier régimen totalitario, independientemente de su ideología.