Soldados israelíes, apostados en las colas del hambre, a pocos cientos de metros de los puntos de distribución de alimentos fijados por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), recibieron la orden de sus comandantes de disparar sin motivo aparente contra los palestinos que acuden a por comida, reveló una investigación del diario ‘Haaretz’. El Ejército y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, desmintieron «rotundamente» lo publicado y acusaron al diario de mentir.

«Es una zona de matar», aseguró al diario un soldado bajo anonimato. «Donde estuve destinado, entre una y cinco personas morían a diario. Los tratan como una fuerza hostil: sin medidas de control de multitudes, sin gases lacrimógenos, solo el disparo de balas con todo lo imaginable: ametralladoras pesadas, lanzagranadas, morteros», relató.

Los centros de distribución abren entre media y una hora cada mañana, y no hay alimentos para todos. Según militares y soldados entrevistados que sirvieron en estos puntos, las fuerzas israelíes disparan contra quienes llegan antes de la apertura para impedir que se acerquen y después del cierre para dispersarlas.

Según el Ministerio de Salud de Gaza, desde el 27 de mayo, cuando la GHF comenzó a operar en la Franja, Israel ha matado a 549 personas en las colas del hambre y en zonas donde esperaban a los camiones de la ONU.

El Ejército israelí ha reconocido muchas veces haber realizado «disparos de advertencia». La GHF niega los ataques, pese a los vídeos y al relato de los heridos.

«Abrimos fuego temprano por la mañana si alguien intenta colarse a cientos de metros de distancia, y a veces simplemente cargamos contra ellos a corta distancia. Pero no hay peligro para las fuerzas», describió otro soldado a ‘Haaretz’. «Sabes que no está bien, que los comandantes aquí se están tomando la justicia por su mano. Pero Gaza es un universo paralelo», dijo otro.

Comisión internacional

Desde Gaza, Hamas reclamó a la ONU crear una comisión internacional para investigar las muertes en las colas del hambre, que elevó a 570, reclamó «el reinicio de la entrega de ayuda» a través de la Unrwa y las organizaciones humanitarias internacionales especializadas y consideró que lo publicado por ‘Haaretz’ supone «una nueva confirmación del verdadero papel de este mecanismo criminal como medio para un genocidio».

El Gobierno de Gaza resaltó que las confesiones de los soldados «revelan una ejecución masiva cerca de las trampas de la muerte». «Estos testimonios -añadió- constituyen una admisión documentada sobre la comisión de crímenes de guerra (…) contra los residentes de Gaza, sometidos a hambre y cerco desde hace meses» y «suponen una nueva prueba de que el Ejército de ocupación mantiene una política de exterminio bajo la cobertura falsa de la ayuda».

La Defensa Civil del enclave informó de que Israel mató ayer a al menos 62 personas en ataques, a diez de ellos les mataron los soldados cuando esperaban ayuda humanitaria.