La portavoz de la Casa Blanca, Anne Kelly, afirmó a la cadena de televisión CBS que «la decisión se tomó para priorizar los intereses de EEUU después de que el Departamento de Defensa revisara nuestro apoyo y asistencia militar a otros países de todo el mundo».

Una fuente gubernamental citada por el mismo canal estadouniense aseguró que la medida responde a la preocupación por que las reservas militares estadounidenses estén cayendo demasiado.

El portal de noticias Politico había adelantado una medida que, según concretó, incluye la interrupción del envío de misiles para los sistemas de defensa aérea Patriot, munición de artillería de precisión, Hellfire y otros misiles que Ucrania lanza desde sus cazas F-16 y drones, si bien el Gobierno estadounidense no ha precisado qué tipo de armamento pretende dejar de suministrar al país europeo.

La decisión habría sido impulsada por el número tres del Pentágono, Elbridge Colby, quien tras el anuncio insistió en que «el Departamento de Defensa sigue ofreciendo al presidente (Trump) sólidas opciones para continuar la ayuda militar a Ucrania, en consonancia con su objetivo de poner fin a esta trágica guerra».

OPOSICIÓN Y TOTAL RECHAZO

A principios de marzo, tras una emboscada en el Despacho Oval del inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, y de su vicepresidente, JD Vance, al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, EEUU anunció la suspensión de la ayuda militar a Ucrania ya asignada por su predecesor, Joe Biden.

La pausa se levantó formalmente una semana después, cuando Kiev accedió a negociar un posible acuerdo de alto el fuego con Moscú, que sigue congelado por Rusia.

A finales de abril, Washington forzó a Ucrania a tragar con un acuerdo que otorga a EEUU la explotación de las reservas minerales de Ucrania, incluido el petróleo, el gas y las llamadas tierras raras.

En el marco de la reciente cumbre de la OTAN en La Haya, Trump prometió a Zelenski que analizaría la posibilidad de suministrarle defensas aéreas frente los ataques rusos.