
El Consistorio bilbaino ha aprobado este martes definitivamente el Estudio de Detalle que permitirá la construcción de una planta de biometanización de la fracción orgánica en el denominado ecoparque de Artigas. El acuerdo, adoptado con premura para no perder las ayudas europeas, ha sido refrendado en un pleno extraordinario por los votos de PNV y PSE, el rechazo de EH Bildu y la abstención de PP y Elkarrekin.
Desde la formación soberanista de izquierda se ha puesto en cuestión que el Gobierno municipal haya salvado el pertinente trámite urbanístico a través de la figura del Estudio de Detalle, que el edil Karlos Renedo ha definido como «atajo». «Es una herramienta urbanística más ágil, acorta los tiempos y depende del Ayuntamiento», ha explicado, con la «ventaja» de que no hace falta Evaluación de Impacto Ambiental.
«Nos parece que el Estudio de Detalle roza el larguero, ya que a nuestro entender instalar una planta de biometanización de casi 4.000 metros cuadrados construidos exige una modificación del Plan Especial de Artigas redactado en 2009 y ya obsoleto», ha manifestado Renedo.
Ha insistido en que el proyecto que lidera la Diputación de Bizkaia y el Ejecutivo de Lakua es una instalación de producción de energía. «Es un cambio de uso, y el Plan Especial es claro, el uso de valorización energética se hace en la zona de Arraiz, con una edificabilidad máxima de 22.500 metros cuadrados, y no es ampliable», ha sostenido.
El concejal delegado de Planificación Urbana, Asier Abaunza, ha defendido que «lo único que se está haciendo es sustituir unas instalaciones obsoletas de la planta de Arraiz, por unas instalaciones nuevas, que gestionen de una manera diferente los residuos orgánicos».
«Cerrar el círculo de la gestión»
Se trata, ha añadido el jeltzale, «de cerrar el círculo de la gestión de los residuos orgánicos que se gestionan en el ámbito de Arraiz-Artigas, generando un recurso renovable». La nueva instalación se levantará junto a la que existe de compostaje.
«Lo que se está planteando aquí es cómo aprovechar mejor o cómo gestionar mejor esa fracción del quinto contenedor, de la fracción orgánica que se recoge en los residuos sólidos urbanos, partiendo de la premisa, además, de que tenemos que mejorar esas cifras», ha insistido el responsable municipal.
Además, ha advertido de que, «en la medida en la que se vaya mejorando la separación, el volumen de fracción orgánica crecerá, y desde ese punto de vista es importante también disponer de sistemas que permitan gestionar de forma más adecuada esta fracción orgánica».
Abaunza ha preguntado a Renedo por qué no han presentado alegaciones y le ha acusado de mentir por decir que es necesaria una modificación del Plan Especial. El concejal del PNV le ha reprochado su voto en contra.
«Tampoco me sorprende que se opongan a esto, porque cuando estamos hablando de energías renovables siempre están a favor, pero cuando toca mojarse siempre es que no y da igual que sea fotovoltaica, eólica, hidráulica o que sea en este caso la biometanización de la fracción orgánica», ha criticado.
La planta contará con una capacidad de tratamiento de 50.000 toneladas de residuos orgánicos al año, que permitirán generar 7.000.000 Nm3 al año de biogás. Se estima que esta nueva instalación inyecte a la red, lo que equivale a 43,6 GWH/año. Gracias a esta nueva infraestructura, según los promotores, se logrará una inyección energética equivalente al consumo térmico de 8.700 hogares y se logrará reducir las emisiones de gases en un 95%.
Se prevé que la instalación ocupe una superficie de 8.300 metros cuadrados y conste de dos digestores de un volumen de 5.089 m3, 20 metros de diámetro y 17 metros de altura (digestor, es un contenedor hermético de residuos orgánicos para realización de proceso de digestión anaerobia para generar biogás). Además, se prevé un post – digestor común de 1.078 m3, 14 metros de diámetro y 8 metros de altura.
Desde el Gobierno municipal se defiende que se trata de «dar una salida» al creciente incremento de la recogida de residuos orgánicos, que a través de la biometanización se transformará en gas natural.
El metano que, una vez enriquecido, se puede inyectar a la red, permite, por una parte, reducir ese volumen de compost y se reducirán las emisiones que el propio vertedero y también los malos olores de esa fracción orgánica en Alonsotegi y Zorrotza.
Desde EH Bildu, precisamente, se cuestiona la construcción de una planta para procesar anualmente 50.000 toneladas cuando, según datos oficiales, en Bilbo se recogieron 3.659,9 toneladas de fracción orgánica en 2023 y se esperan alcanzar las 4.500 en 2026. Además, ha apuntado a que en todo Bizkaia se recoge en torno a 11.000 toneladas. «No podemos decir que esta planta responde a las necesidades de Bilbo», ha subrayado Renedo.
Afecciones
«Artigas no puede ser el patio trasero de Bilbo y Bizkaia», ha dicho, a la par que ha recordado «los posibles efectos secundarios de la biometanización, propios a cualquier proceso industrial, en este caso concreto, malos olores, posibles emisiones de gases tóxicos, y contaminación del aire o riesgos de accidentes».
El soberanista de izquierda ha destacado que «necesitamos un modelo equilibrado y descentralizado, buscando reducir los costes económicos y ambientales asociados al transporte de residuos donde las comarcas sean autosuficientes y el compost que se genera pueda ser reutilizado, pues ese es el objetivo principal del compost».
Renedo ha insistido en la «increíble falta de planificación». Mientras que la propuesta de una planta de biometanización se recoge en el plan del 2020, «se tiene que llamar un pleno extraordinario para no perder las subvenciones, pero, sin embargo, la licitación se realizó en octubre del 2024 y el contrato se firmó en febrero de este año». «Hay improvisación y falta de orden», ha concluido.
Desde Elkarrekin, su portavoz, Ana Viñals, no ha detectado «ningún impedimento grave» desde el punto de vista urbanístico, aunque sí ha cuestionado las afecciones respecto a los olores que puede generan o el tránsito de camiones a la instalación.
Esther Martínez, del PP, mantiene dudas sobre cómo se va a desarrollar este proyecto, clave en la gestión de los residuos en Bizkaia.
Detrás del proyecto se encuentra Metabarri SA, una sociedad conformada por PreZero (49%), una firma dedicada al negocio del tratamiento de residuos del grupo alemán Schwarz, propietario de la cadena de supermercados Lidl; Garbiker (26%), sociedad pública de la Diputación de Bizkaia; y el Centro para el Ahorro y Desarrollo Energético y Minero (Cadem), perteneciente del Ente Vasco de la Energía (25%)

El Patronato del Guggenheim abandona finalmente el proyecto de Urdaibai

Llaman a celebrar el 7 de febrero en Gernika la victoria popular frente al Guggenheim Urdaibai

Descubren un colosal «valle de los dinosaurios» en el Stelvio con miles de huellas fósiles

85 urte dituen Juaristi enpresaren egoera larriaz ohartarazi dute berriz langileek

