Natxo Matxin
Redactor, con experiencia en información deportiva

Pogacar no da tregua: también demuestra su superioridad en la cronoescalada de Peyragudes

El esloveno se ha vuelto a mostrar como el más fuerte en la cronoescalada de Peyragudes, con un tiempo estratosférico de 23 minutos, 36 segundos menos que Vingegaard, segundo. Poco antes de línea de meta, el danés ha doblado a Evenepoel, que conserva el podio por solo seis segundos sobre Lipowitz.

Pogacar no pierde oportunidad de dejar patente su gran superioridad.
Pogacar no pierde oportunidad de dejar patente su gran superioridad. (Jasper JACOBS | AFP PHOTO)

Hay un monologuista que destaca en el escenario del Tour y su nombre es Tadej Pogacar (UAE). El esloveno ha vuelto a dar otra lección de fuerza en la cronoescalada de Peyragudes, logrando la victoria parcial 102 de su carrera profesional y metiendo otros 36 segundos a Jonas Vingegaard (Visma).

El ciclista danés al menos ha recuperado sensaciones y ha doblado casi en línea de meta al gran perdedor de la jornada, un Remco Evenepoel (Soudal) que sigue sin encontrar el golpe de pedal que le gustaría. Mantiene su tercer puesto en la general, pero ya siente el aliento de Florian Lipowitz (Bora), que ha protagonizado otra gran etapa para colocarse a solo seis segundos del flamenco.

Lo cierto es que solo cuando han entrado en liza los corredores que están luchando por los puestos de honor la cosa se ha puesto interesante. Hasta entonces, el tiempo firmado por Lucas Plapp (Jayco) –24.58–, un especialista contra el crono en trayectos llanos, se ha mostrado como infranqueable, incluso para consumados escaladores.

Los casi once kilómetros de subida a la estación de esquí, sumado a las altas temperaturas, se les han atragantado a un buen número de especialistas. Los últimos 300 metros, con rampas del 18 %, han sido la guinda que ha acabado con las escasas fuerzas de más de uno.

Además, el hecho de que mañana haya que afrontar la jornada pirenaica más dura –habrá que ascender el Tourmalet, Aspin, Peyresourde y Superbagneres, nada menos– ha traído consigo que la gran mayoría de los participantes reservasen energías a la búsqueda de una oportunidad mejor para lucirse.

No ha sido el caso de los gallitos de la carrera, que se han batido el cuero en una de las cronoescaladas más duras de los últimos Tours, con 8,1 kilómetros de subida y una pendiente media del 7,6 %. Roglic ha sido el primero en romper las hostilidades cuando a las 17.17 ha superado el tiempo de Plapp (24.20). Para entonces, los registros de los pasos intermedios ya anunciaban que se iba a bajar de los 24 minutos previstos por la organización, a la espera de lo que hiciese el extraterrestre Pogacar.

El primero que ha parado el reloj por debajo de esa marca ha sido Vingegaard, con la motivación extra de recortar a Evenepoel los dos minutos de antelación con los que había salido el líder de Soudal. El escandinavo se ha exprimido al máximo para darle alcance y superarle prácticamente en línea de meta, un duro varapalo para el flamenco, que no acaba de cogerle el punto cuando la carretera se empina.

Sin embargo, de nada le ha servido su gran actuación ante su todopoderoso rival. Con una bicicleta ligera tradicional y un casco normal, además de doble plato, Pogacar les ha dejado claro al resto que en este deporte lo que hacen falta son piernas. Y él las ha tenido de sobra para volver a demostrar que está a otro nivel.