NAIZ

AFP alerta de que «sin una intervención inmediata, los últimos reporteros en Gaza van a morir»

La agencia de noticias AFP ha mostrado su «angustia» por la «terrible situación» que atraviesan sus empleados en Gaza y el «dramático deterioro» de sus condiciones de vida a causa de los ataques israelíes y las restricciones a la entrada de ayuda, lo que ha ahondado la crisis humanitaria.

Periodistas protestan por el hambre en el distrito Rimal de Ciudad de Gaza el pasado 19 de julio.
Periodistas protestan por el hambre en el distrito Rimal de Ciudad de Gaza el pasado 19 de julio. (Omar AL-QATTAA | AFP)

La agencia francesa de noticias AFP ha denunciado en un comunicado que sus colaboradores gazatíes (entre ellos redactores, fotógrafos y videográfos) corren el riesgo de morir de hambre si no hay una «intervención inmediata» en la Franja de Gaza, donde la crisis humanitaria se sigue agravando por el poco acceso que tienen a comida y agua.

«Desde hace meses asistimos impotentes al dramático deterioro de sus condiciones de vida. Su situación es ahora insostenible, a pesar de su valentía ejemplar, su compromiso profesional y su resiliencia», advierte en un comunicado, en el que subraya que la vida de sus colaboradores palestinos en Gaza «está en peligro».

El mensaje ha sido publicado después de que la Asociación de Periodistas de AFP (SJD, por sus siglas en francés) publicara un comunicado en el que denuncia las condiciones de vida de los periodistas de este medio en la Franja de Gaza y advirtiera de que uno de ellos se encuentra en riesgo de morir de hambre.

«Desde que se fundó AFP en agosto de 1944, hemos perdido a periodistas en conflictos, hemos tenido heridos y prisioneros en nuestras filas, pero ninguno de nosotros recuerda haber visto morir a un colaborador de hambre», añade la agencia.

«Nos negamos a enterarnos de sus muertes en cualquier momento y es insoportable», agrega.

La agencia de noticias francesa también detalla las condiciones en las que están viviendo sus colaboradores en la devastada Franja, donde las bombas israelíes no paran de caer. En la actualidad detalla que tiene en el enclave un periodista de texto freelance, tres fotógrafos y seis freelance dedicados a grabar vídeo desde la salida de su personal de Gaza entre enero y abril de 2024.

Cita la situación de Bashar, de 30 años, que trabaja para AFP desde 2010, y quien «durante más de un año ha vivido en la más absoluta indigencia» y que sufre problemas intestinales graves.

«Bashar vive en las ruinas de su casa en Ciudad de Gaza. El domingo por la mañana informó de que su hermano mayor había muerto de hambre. Ahlam, por su parte, sobrevive en el sur del enclave y confirma que el mayor problema que tiene es la falta de comida y agua», alerta la nota.

La prensa internacional, prohibida

Los periodistas gazatíes se han convertido en los únicos ojos y narradores de la masacre israelí dentro de la Franja de Gaza, que ha matado ya a más de 59.000 personas, y donde el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha vetado su entrada a la prensa internacional desde que comenzó su invasión en octubre de 2023.

«Aunque estos periodistas reciben un salario mensual de la AFP no hay nada que comprar, o a precios desorbitados. Vemos que su situación empeora. Son jóvenes y las fuerzas los abandonan. La mayoría ya no tiene la capacidad física para desplazarse por el enclave. Sus desgarradores gritos de socorro ahora son cotidianos», indica.

«Junto a otros, son los únicos que informan de lo que pasa en la Franja de Gaza. La prensa internacional tiene prohibido entrar a este territorio desde hace cerca de dos años».

AFP ha instado a «las autoridades israelíes a que permitan su evacuación inmediata con sus familias», al tiempo que ha resaltado que «la labor de los periodistas independientes palestinos es crucial para informar al mundo». «Sin una intervención inmediata, los últimos reporteros en Gaza van a morir», advierte.

Las bombas israelíes han matado a más de 200 periodistas desde el inicio de la ofensiva. Según Reporteros Sin Fronteras, el enclave palestino se ha convertido en el lugar más letal del mundo para ejercer el periodismo en 2025.