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El Juzgado ordena a las clarisas de Urduña que abandonen el convento de Belorado

La jueza de Primera Instancia e Instrucción de Briviesca (Burgos) ha dado la razón a la Iglesia Católica en su demanda de desahucio contra las exmonjas de Belorado y Urduña y las condena a abandonar el monasterio burgalés.

Las religiosas, en una de sus comparecencias judiciales en Burgos.
Las religiosas, en una de sus comparecencias judiciales en Burgos. (Europa Press)

Las ocho exmonjas clarisas ligadas al convento de Urduña deberán desalojar el monasterio burgalés de Belorado. Una sentencia les aboca a dejarlo «libre y expedito y a disposición» del Arzobispado de Burgos (que lidera el vasco Mario Iceta), «con apercibimiento de lanzamiento si no lo hacen voluntariamente».

La sentencia no establece un plazo para que las exmonjas abandonen el convento. Además, la representación legal de las religiosas ya ha anunciado que recurrirá en la Audiencia de Burgos esta sentencia por lo que este proceso previsiblemente se dilatará en el tiempo.

Esta sentencia supone un nuevo paso en este conflicto que está teniendo gran eco mediático por sus peculiaridades. Saltó a la luz en 2024, cuando la comunidad de monjas clarisas de Urduña y Belorado anunció el abandono de lo que denominan como «Iglesia conciliar», regida por el Papa.

Se situaron a sí mismas bajo la tutela y jurisdicción de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, la llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, que no están en comunión con Roma y cuyo fundador fue excomulgado en 2019. Un personaje que entre otras muchas cosas se jactaba de admirar a Franco y negar el Holocausto.

El arzobispo Iceta (antes de Bilbo y ahora de Burgos) anunció entonces que tomaba el control de los monasterios de Belorado, Urduña y también Derio. Este último era situado por las clarisas como clave del litigio, puesto que afirmaron que se les había prohibido la venta de las instalaciones de Derio, con la que habrían intentado paliar sus problemas económicos. Iceta les ordenó desalojar Belorado, a lo que se negaron.

Luego trascendió que estas monjas están implicadas en hasta ocho procesos judiciales, no solo por desahucio, sino también por posibles coacciones y estafa.

«Movimientos» en Urduña

A la conclusión del juicio hace unos días, las exmonjas aseguraron que valorarían «en comunidad» si  «resistir o salir de manera voluntaria» en caso de una sentencia judicial contraria que ya se ha producido.

En el acto de juicio celebrado el martes, la jueza planteó a las partes si podía haber un acuerdo antes de la celebración de la vista. No se tuvo en cuenta esta opción. Las religiosas «nunca» se han planteado marcharse de Belorado, subrayaron.

Eso sí, ha habido movimientos en Urduña ante la sentencia, según dijo en ese momento la exabadesa de Belorado Laura García de Viedma.

Sentencia contundente

Las ocho exmonjas han sido condenadas también a pagar las costas del proceso en una sentencia que es muy tajante.

Así, la jueza estima íntegramente la demanda presentada por el Arzobispado después que las exmonjas no hayan demostrado ni la propiedad ni el uso legítimo del monasterio, como sí lo ha hecho la Iglesia católica, según su criterio.

La sentencia recoge explícitamente que el Arzobispado ha acreditado documentalmente la propiedad con el certificado del Registro de la Propiedad de Belorado y el certificado del catastro, pero «la parte demandada -las exmonjas- no ha demostrado que reúna título alguno que justifique y legitime el uso del inmueble frente a su titular».

Además, apunta que «la separación de la Iglesia católica es integral, de tal manera que no cabe distinguir entre separarse de aquella y no hacerlo de la propia entidad conventual, fundada por la misma con arreglo al Derecho Canónico».

Y afirma que las ocho exmonjas «no están sometidas al ámbito de aplicación del Derecho Canónico» desde el 8 de mayo de 2024, cuando firmaron el manifiesto de abandono de la Iglesia conciliar, por lo que «sus reuniones pasan a ser meras asambleas o reuniones de personas que conviven en una determinada comunidad».