El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, amenazó este viernes con destruir la ciudad de Gaza si Hamas no acepta las condiciones israelíes para un acuerdo de alto el fuego.

Tras anunciar esta semana la aprobación del plan para invadir definitivamente la capital gazatí, Katz advirtió que «si no se ponen de acuerdo, Gaza, la capital de Hamas, se convertirá en Rafah y Beit Hanoun. Tal como prometí, así será». Ambas localidades, situadas al norte de Gaza, han quedado vacías de población y arrasadas por bombardeos, demoliciones sistemáticas y maquinaria pesada del Ejército israelí.

Las condiciones planteadas por Israel son dos: el desarme total de la resistencia palestina y la entrega de los cautivos —unos 50— que siguen en manos de Hamas. Katz insistió en que «pronto las puertas del infierno se abrirán» sobre el grupo en Gaza «hasta que acepten las condiciones de Israel para poner fin a la guerra».

Por su parte, Qatar, mediador junto a Egipto, informó de que Hamas aceptó el martes una propuesta de alto el fuego «casi idéntica» a otras que Israel ya había avalado anteriormente. «Todo lo que puedo afirmar es que casi el 98% de lo acordado por los israelíes estaba contenido en esta propuesta reciente», aseguró el portavoz del Ministerio de Exteriores catarí, Majed al Ansari.

No es la primera vez que Israel rehúye un acuerdo aceptado por Hamas. En mayo de 2024, la organización islamista palestina avaló una propuesta de alto el fuego mediada por Egipto y Catar, que incluía tregua en fases, liberación de rehenes e inicio de reconstrucción en Gaza. Israel, sin embargo, rechazó el plan alegando que no cumplía sus exigencias y mantuvo su ofensiva militar.

Así, Israel sigue sin responder a la propuesta, pero mantiene las mismas condiciones que planteó hace ya 22 meses.

37 MUERTOS MÁS

Mientras no hay respuesta oficial de Israel a las negociaciones, los bombardeos persisten sobre la Franja. En la madrugada de ayer, al menos 37 palestinos murieron en distintos ataques israelíes, la mayoría de ellos en la ciudad de Gaza.

Según fuentes médicas, desde la medianoche al menos 19 personas fallecieron en la capital gazatí; 12 de ellas en un ataque de artillería contra la escuela Amr Ibn Al As y sus alrededores.

Además, una familia con tres hijos murió al ser bombardeada la tienda de campaña en la que se refugiaba en la calle Al Jalaa; mientras que otra madre y su hijo perdieron la vida cerca de una mezquita en el asediado barrio de Sabra.

Israel mantenía ataques intensos en el este y el sur de Gaza, especialmente en el barrio de Zeitún, con un saldo de nuevas víctimas civiles y una destrucción generalizada. La operación terrestre podría comenzar en cuestión de días, después de que anoche el primer ministro, Benjamín Netanyahu, anunciara haber aprobado los planes del Ejército.

Desde el 8 de agosto, más de 50 estructuras residenciales han sido atacadas en la capital, con al menos 87 muertos, según datos de la Agencia de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Las mesas de negociación no desvían los objetivos israelíes: expulsar a los gazatíes y hacerse con el control de la Franja. Lo demás, son brindis a la muerte.