
Polonia aseguró que, tras el sobrevuelo de drones rusos en su espacio aéreo, «estamos más cerca de un conflicto abierto que en ningún otro momento desde la Segunda Guerra Mundial», en el incidente más grave en un país miembro de la OTAN relacionado con la invasión militar rusa en febrero de 2022.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, anunció en una comparecencia ante el Parlamento que su Gobierno invocará el artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte para formalizar consultas con el resto de aliados de la OTAN, una herramienta para momentos en los que «la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de un Estado miembro se ve amenazada».
El artículo 4 sería la antesala de alguna decisión o acción conjunta en nombre de la OTAN. La última vez que se aplicó este instrumento fue tras la invasión de Ucrania, y fue invocada por Estonia, en coordinación con Letonia, Lituania y Polonia.
DRONES DERRIBADOS
Tusk confirmó que durante la madrugada de ayer se registraron 19 violaciones del espacio aéreo polaco por parte de drones rusos y aseguró que se derribaron tres de los aparatos, el último de ellos a las 6.45 de la mañana. Posteriores hallazgos de restos elevaron a siete los aparatos aéreos no tripulados derribados y/o estrellados, además de un misil, que podría ser de fabricación polaca y utilizado para de derribarlos.
PARTICIPACIÓN DE LA OTAN
La portavoz de la OTAN, Allison Hart, confirmó que las defensas aéreas de la organización militar atlántica ayudaron al Ejército polaco a derribar los aparatos y añadió que fue el secretario general, Mark Rutte, informado por Tusk, quien llamó, asimismo, al secretario de Estado estadounidense, Mark Rubio.
El Mando Operativo de las Fuerzas Armadas de Polonia confirmó que, en aras a garantizar su seguridad aérea, recibió el apoyo del Mando Aéreo Aliado (Aircom, en inglés) durante el operativo, así como de la Koninklijke Luchtmacht de Países Bajos, especialmente de cazas F-35 holandeses.
Aviones aliados sobrevuelan regularmente el espacio aéreo polaco cada vez que los ataques rusos alcanzan la parte occidental del país vecino, fronteriza con Polonia.
Tusk afirmó, por contra, que es la primera vez que drones rusos son derribados sobre territorio de un Estado miembro de la OTAN, y aseguró que estaríamos ante una «probable provocación a gran escala» por parte de Rusia.
El primer ministro polaco confirmó la reapertura de los cuatro aeropuertos, entre ellos el de la capital del país, que permanecieron cerrados al tráfico civil temporalmente «no por la amenaza de un ataque, sino debido a las necesidades operativas de nuestros pilotos», subrayó Tusk.
El cierre temporal afectó a los aeropuertos Chopin de Varsovia, Varsovia-Modlin, Rzeszow-Jasionka y el de Lublin, la mayoría de los cuales pudo retomar su actividad a primera hora de la mañana.
La población fue alertada para que no se acercara a los drones derribados o a sus fragmentos. No hubo víctimas ni daños mayores, pese a que uno de los aparatos cayó en el tejado de un edificio en Wyryki-Wola (este).
BIELORRUSIA: «PERDIERON EL RUMBO»
El ministerio de Defensa ruso hizo público un comunicado en Telegram que no negaba la incursión y que, en todo caso, afirmaba, con un signo de admiración, que «no se planeaba alcanzar objetivos en territorio de Polonia».
Moscú mostró su disposición a «celebrar consultas sobre dicho asunto con el Ministerio de Defensa de Polonia».
Horas antes, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se remitía al Ministerio de Defensa ruso, pero no sin poner en duda la acusación al denunciar que «los dirigentes de la UE y la OTAN acusan diariamente a Rusia de provocaciones».
El encargado de negocios de Rusia en Polonia, Andréi Ordash, había ido más allá al afirmar que las acusaciones son «infundadas», ya que Varsovia «no ha presentado ninguna prueba de que esos drones tengan origen ruso».
El jefe del Estado Mayor del Ejército bielorruso aseguró que los drones rusos perdieron el rumbo debido a la actuación de los sistemas de lucha radioelectrónica rusos y ucranianos.
Bielorrusia, aliada de Rusia, confirmó que derribó en su territorio parte de los drones que se habían desviado de su destino original, al tiempo que destacó que Polonia le advirtió de la aproximación de aparatos no tripulados hacia su frontera. Ucrania confirmó que Rusia lanzó 415 drones y 40 misiles contra su territorio.
UCRANIA: «ATAQUE DELIBERADO»
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, subrayó que «las crecientes pruebas indican que este movimiento, la dirección del ataque, no fue un accidente». «Ha habido incidentes previos sobre drones rusos cruzando la frontera y viajando una corta distancia en países vecinos -reconoció-, pero esta vez documentamos una escala mucho mayor y un ataque deliberado», sentenció.
En agosto, Varsovia denunció a Moscú tras la explosión de un dron en el este del país, calificando también el incidente de «provocación deliberada». En 2023, un misil ruso cruzó el espacio aéreo polaco mientras sobrevolaba la frontera que comparte con Ucrania. En noviembre de 2022, un misil ucraniano cayó sobre la localidad polaca de Przewodow, cerca de la frontera, matando a dos civiles.
Los más importantes dirigentes occidentales, desde el propio Rutte hasta los líderes francés y alemán, Emmanuel Macron y Friedrich Merz, denunciaron lo que tildaron de «temeridad» rusa, intencionada, según la UE.
Alerta por maniobras ruso-bielorrusas
Estas incursiones «sin precedente», según Polonia, miembro de la Unión Europea y de la Alianza Atlántica, se producen en vísperas de los importantes ejercicios militares conjuntos ruso-bielorrusos, denominados Zapad-2025 (Oeste-2025), programados del 12 al 16 de septiembre, y que tendrán lugar tanto en territorio ruso como en suelo bielorruso.
Bielorrusia, exrepública soviética fronteriza con Polonia, es un aliado clave de Rusia, que utilizó su territorio para lanzar su ofensiva contra Ucrania en febrero de 2022.
Varsovia anunció antes del ataque el cierre de su frontera con Bielorrusia a partir de hoy jueves y, en respuesta a las maniobras Zapad, anunció un ejercicio militar en su territorio que se espera reúna a un total de 30.000 soldados, incluidos los de países aliados. El período de descanso diario para las tropas movilizadas también se ha reducido a seis horas en las regiones orientales fronterizas con Ucrania y Bielorrusia, en comparación con las 12 horas en otras partes del país.
La crisis coincide con la expulsión por parte de Polonia y de Moldavia de diplomáticos bielorrusos a los que acusan de espionaje.
Consenso occidental, con algún matiz, sobre su intencionalidad
La jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, apuntó que la violación del espacio aéreo polaco parecía ser «un acto intencionado, no accidental».
Romain Le Quiniou, director de Euro Créativ, un centro de estudios especializado en Europa del Este, habló de precedentes: «Desde 2022 se han producido múltiples intrusiones de drones enemigos en Polonia, Rumanía, Lituania e incluso Croacia».
El diario ucraniano “Defence Express” aseguró que en julio se encontraron tarjetas SIM utilizadas en Polonia y Lituania, que podrían servir como guía a través de las redes de telefonía móvil de esos países, a bordo de drones rusos derribados en Ucrania.
«[Vladimir] Putin está poniendo a prueba nuestra determinación de proteger a Polonia y a los países bálticos», afirmó Dick Durbin, un destacado senador demócrata estadounidense.
Hay quien relacionó lo sucedido con las inminentes maniobras ruso-bielorrusas.
Mick Ryan, del Centro de Investigación Lowy de Australia, lo vinculó con los planes europeos de enviar tropas en caso de un acuerdo de paz. Estaríamos ante una «prueba en caso de que la OTAN establezca bases en el este de Polonia para apoyar una futura presencia en Ucrania», señaló el experto.
El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius (SPD), matizó al recordar que no estamos ante un ataque ruso en el sentido militar, sino ante una violación del espacio aéreo. Por su parte, el titular español de Exteriores, José Manuel Albares, llamó a la «firmeza pero sin precipitación».
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