Las amenazas de Donald Trump chocan de lleno contra uno de los pilares del sistema estadounidense; la libertad de expresión está recogida en la primera enmienda de la Constitución del país. Más de una vez, han sido los sectores conservadores los que han enarbolado esta bandera ante la «cultura de la cancelación» para reclamar discursos extremistas a favor de temas como el racismo o la homofobia.

En el monólogo del lunes Jimmy Kimmel dijo que el movimiento MAGA estaba «tratando desesperadamente de mostrar a este joven que asesinó a Charlie Kirk como alguien distinto a ellos», y que buscaban «sacar puntos políticos» por lo sucedido. Asimismo, comparó a Trump y a su reacción ante la muerte de Kirk con «un niño llorando por un pez dorado».

No se han hecho públicos los motivos por los que el autor del disparo habría cometido el atentado. Proviene de una familia mormón aficionada a las armas y seguidora de Trump, pero el gobernador del estado declaró que «había sido adoctrinado por la ideología de izquierdas».

Lo cierto es que las palabras del monólogo de Kimmel, por muy ofensivas que fueran para Trump y sus acólitos, difícilmente habrían ido más allá de una breve polémica hace unos meses. Pero Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicación (FCC), dijo que eran unas declaraciones «enfermizas» y advirtió, refiriéndose a Disney (dueña de la cadena ABC), que «estas compañías tienen vías para cambiar de conducta, para actuar sobre Kimmel, si no, la FCC tendrá un trabajo más». Horas después, la cadena informaba del cierre del programa de Jimmy Kimmel.

Técnicamente fue Nextstar, una empresa con decenas de cadenas locales que emiten la señal de ABC, la que lo canceló. Entre los planes de la empresa está la compra de otra compañía por seis mil millones de dólares. La FCC es la que otorga licencias y la que, sin ningún disimulo, ha forzado la cancelación del programa.

La medida ha causado una enorme conmoción en un país que se enorgullece ante todo el mundo por la libertad de expresión. Pero Trump sigue desbocado en su autoritarismo y, ya en el Air Force One en el que volvió de Inglaterra, declaró que «he leído que las cadenas estaban en mi contra en un 97%, y aun así gané con facilidad las elecciones», para seguir con la amenaza: «solo me dan mala publicidad. Tienen una licencia. Creo que tal vez se les debería revocar».

En un mensaje celebrando el despido de Kimmel, apuntó a otras dos estrellas televisivas, Jimmy Fallon y Seth Meyers, que cada noche siguen con sus críticas mordaces contra el presidente de EEUU: «Esto deja a Seth y Jimmy, dos perdedores, en la NBC de las noticias falsas. Sus datos de ausencia también son terribles. Hazlo, NBC!!».

Ambos presentadores, al igual que otros críticos como Jon Stewart o Stephen Colbert (cuyo show también será cancelado el año que viene), recordaron a Kimmel en sus programas del jueves. Utilizando el sarcasmo, repitieron las mentiras de Trump; dejando en evidencia lo ridículo que sería un panorama en el que todo el mundo alabara y rindiera pleitesía al inquilino de la Casa Blanca.

Trump se une a la turba contra Omar

La congresista demócrata Ilhan Omar vuelve a estar en el punto de mira de la ultraderecha. Esta vez ha sido el propio Donald Trump el que ha repetido las mentiras y bulos racistas que reaparecen cada cierto tiempo. «Esta gente que viene de otros países sin nada y nos dicen cómo hay que gobernar nuestro país. Debería ser destituida, y debería ocurrir pronto. Lo que dice es totalmente inaceptable».

La excusa para atacar a Omar esta vez ha sido un nuevo bulo sobre unas declaraciones sobre la muerte de Charlie Kirk. Lo cierto es que Omar condenó el atentado desde el primer momento. Aun así, varios congresistas republicanos intentaron censurar a la representante de Minnesota en la Cámara Baja en Washington. La moción, sin embargo, decayó, ya que cuatro republicanos se unieron a los demócratas para votar que no, alegando la importancia de la libertad de expresión. Trump, contrariado, atacó a la congresista de origen somalí desde el Aire Force One y llamó a que se inicie un proceso de para su destitución. U. URRUTIKOETXEA