El enviado del presidente Donald Trump para Ucrania, Keith Kellogg, planteó la posibilidad de ataques «en profundidad» de Ucrania contra Rusia con armas proporcionadas por Estados Unidos, tras el reciente giro de la postura del mandatario sobre el conflicto. Confirmó que Washington ha avalado algunos de los ataques lanzados por las fuerzas armadas ucranianas en los últimos meses contra territorio ruso; el último, en la madrugada de ayer en Briansk.

En una entrevista con Fox News, Kellogg fue consultado sobre si Trump había autorizado ataques en territorio ruso, días después de que Moscú fuera acusada de enviar aviones de combate y drones que violaron el espacio aéreo de varias naciones europeas.

«Leyendo lo que ha dicho (Trump) y lo que ha dicho el vicepresidente (JD) Vance, así como (el secretario de Estado Marco) Rubio, la respuesta es sí», afirmó Kellogg. «Hay que utilizar la capacidad de atacar a fondo. No existen los santuarios», dijo Kellogg, quien matizó que no siempre los ataques han contado con el aval de Washington.

Kellogg explicó que en este momento de la guerra, Kiev «tiene la oportunidad de desa- fiar a Rusia de manera mucho más agresiva» si opta por hacerlo y logra el armamento adecuado. Aunque subrayó la necesidad de actuar con cautela para evitar una escalada mayor que implique a otros.

Un armamento detrás del cual está el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que pidió a la Administración Trump el suministro de misiles de largo alcance Tomahawk, pero que aún no cuenta con la autorización del mandatario.

En una entrevista en el mismo canal, el vicepresidente, JD Vance, indicó que Washington está evaluando la venta de misiles de crucero Tomahawk a Europa para ser entregados a Ucrania. «Como dijo el presidente, lo estamos considerando», declaró Vance, y añadió que EEUU está examinando «varias solicitudes de los europeos». Trump tomará «la decisión final» en «el mejor interés de Estados Unidos», agregó.

«MUY GRAVE»

Rusia, por su parte, calificó de «muy grave» la posible adquisición de este tipo de arsenal y la noticia de que EEUU ha dado el visto bueno a algunos ataques en territorio ruso, aunque dijo que «analizará cuidadosamente» todo antes de adoptar una postura.

«¿Quién puede lanzar estos misiles? ¿Solo los ucranianos, o debería hacerlo el personal militar estadounidense? ¿Quién asigna los objetivos, los estadounidenses o los propios ucranianos?», se preguntó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien, no obstante, quiso restar importancia al posible acceso de Ucrania a este tipo de armas. «No existe una panacea capaz de cambiar la situación en el frente para el régimen de Kiev. No existe un arma mágica. Ya sean los Tomahawks u otros misiles, no pueden cambiar nada», dijo.

Trump manifestó la semana pasada, tras reunirse con Zelenski, que Kiev estaba en condiciones, con la ayuda de la Unión Europea, de luchar y recuperar «toda Ucrania a su estado original», marcando así un giro en su postura, después de que en febrero le dijera a su homólogo que no tenía «las cartas» para ganarle a Rusia.

Mientras, sobre el terreno, continúan los ataques rusos y ucranianos. Un ataque nocturno masivo con cientos de drones y misiles rusos, que duró varias horas, dejó en la madrugada del domingo al menos cuatro muertos, entre ellos una niña de 12 años, en Kiev. Y el lanzamiento de drones ucranianos contra territrorio ruso mató una mujer y a su nieto de 6 en la ciudad de Voskresensk, a unos 90 kilómetros de Moscú.

Aumentar el gasto en defensa para que Europa sea influyente

El presidente del Consejo Europeo, António Costa respaldó el incremento de la inversión en defensa, como están haciendo los socios de la UE, si es que Europa quiere ser libre, autónoma, influyente y que su voz se escuche.

Dijo que la UE tiene en su ADN «la cooperación, el diálogo y el multilateralismo», y entre sus principios, «la democracia, la igualdad, los derechos humanos, y un sistema comercial justo y predecible». Pero advirtió de que en este nuevo mundo «más peligroso y más áspero» hay que defender el modelo europeo: «Cuando nuestros aliados nos inspiran menos confianza y nuestros adversarios incrementan sus amenazas, tenemos que ser capaces de valernos por nosotros mismos».

«Si queremos ser libres y autónomos, no podemos depender de otras potencias militarmente» y si Europa quiere ser influyente y que se le escuche, «no va a ser suficiente con enarbolar grandes principios, emitir comunicados o blandir nuestro poder económico». GARA