Oyarzabal empala el balón que ha supuesto el 2-1 para la Real.
Oyarzabal empala el balón que ha supuesto el 2-1 para la Real. (Jon URBE | FOKU)
Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby

La Real derrota al Sevilla y saca la cabeza del agua aferrada a Oyarzabal como flotador

Los donostiarras suman la segunda victoria de la temporada y abandonan las posiciones de descenso merced a un doblete de su capitán (2-1). Partido de menos a más, con minutos muy buenos en el final de la primera parte y el arranque de la segunda, aunque ha habido que sufrir al final.

Bocanada de oxígeno. Había que ganar al Sevilla, por lo civil o por lo criminal, que diría Luis Aragonés, y los tres puntos se han quedado en Anoeta. Segunda victoria de la temporada y pequeña escalada hasta la posición 14ª, aunque falta por jugarse el resto de la jornada.

Una vez más ha aparecido el de siempre, Mikel Oyarzabal, para mostrar su letal eficacia desde los once metros primero, marcar el segundo como un ‘killer’ del área y tirar de su equipo con un despliegue físico y una entrega descomunales. Seguirá habiendo quien le ponga en duda, porque de todo tiene que haber en la viña del Señor.

Tras el cambio de dibujo en Vigo, Sergio Francisco ha regresado al habitual 4-3-3, con dos modificaciones en el once inicial. En el centro de la zaga Jon Martín ha entrado por Caleta-Car, formando línea con Aramburu, Zubeldia y Sergio Gómez. Se ha mantenido el centro del campo formado por Gorrotxa, Yangel y Brais, mientras que arriba Guedes ha entrado por Aihen –que actuó como tercer central en Balaídos–, junto a los habituales Barrenetxea y Oyarzabal.

No se habían cumplido ni 30 segundos cuando el Sevilla ha dado el primer susto con un centro desde la izquierda del veterano Alexis  Sánchez y un remate de Carmona que se ha ido alto por poco. Muchos ni se habían sentado y ya estaban al borde de necesitar desfibrilador.

Los hispalenses han comenzado mejor, con cuatro corners lanzados en el primer cuarto de hora, ante una Real que parecía atenazada por los nervios. Pero lo que son las cosas, Guedes ha metido un balón al corazón del área, Herrera y Cardoso han peleado por él y el esférico ha golpeado en el brazo extendido del defensor portugués. Once metros y Oyarzabal mostrando su altísima eficiencia –27 de 30 en Liga, 90%– para adelantar a los suyos (1-0, m.20).

Doble jarro de agua fría

Diez minutos ha tardado en empatar el Sevilla con una falta botada cerca del corner que Gudelj ha empalado desde el borde del área grande. El balón ha tocado en Gorrotxategi y se ha colado en la portería de Remiro (1-1, m.30). Como a perro flaco todo son pulgas, Yangel Herrera ha pedido el cambio por molestias en el soleo derecho –un músculo que se encuentra en la parte posterior de la pantorrilla–, y en su lugar ha salido Soler.

El partido era una montaña rusa, y un mal saque de banda de los sevillistas se ha convertido en un balón suelto en el área que Mikel ‘juega por decreto’ Oyarzabal ha cazado a la media vuelta para cruzar perfecta a la red de Odisseas (2-1, m.36).

Esta vez sí, el gol ha asentado a los blanquiazules, que han cerrado una primera mitad de menos a más e incluso han podido anotar el tercero en un remate de Soler con poco ángulo que ha tapado el meta griego. La Real se marchaba a vestuarios por delante, que no es poco.

A falta de la puntilla

No le ha debido gustar a Almeyda el desempeño de los suyos a la vuelta del descanso, porque no ha tardado ni diez minutos en realizar un triple cambio. La Real estaba cómoda, combinaba con calidad, y Soler la ha tenido en un disparo que buscaba la escuadra pero se le ha escapado por poco. El Sevilla estaba maduro, pero había que darle la puntilla.

No lo ha hecho, y poco ha poco los visitantes iban inclinando el campo a su favor.Sergio ha reaccionado con un triple cambio, metiendo a Aihen, Turrientes y Zakharyan por Barrenetxea, Brais y Guedes; adelantando la posición de Sergio Gómez (m.70).

Remiro no pasaba apuros, pero lo corto del resultado y la situación del equipo tenían a Anoeta en un sinvivir. Los realistas corrían tras cada balón como si no hubiese un mañana. Casi sentencia Sergio Gómez tras un error el meta sevillista, pero su disparo en una postura difícil se ha ido fuera.

Los tres minutos de alargue se han hecho eternos, pero un último despeje de puños del meta de Cascante y el pitido final del árbitro han sido una liberación.