
Tras más de un año resistiendo contra viento y marea en el cargo, Carlos Mazón ha anunciado este lunes que dimite como president de la Generalitat valenciana por las negligencias en la gestión de la dana, que costaron más de 200 víctimas mortales. No anticipa elecciones, que era una de las opciones sobre la mesa. La comparecencia ha resultado bastante surrealista y algo confusa, puesto que en todo momento se ha presentado como víctima y además ha evitado verbalizar la palabra ‘dimisión’ optando por fórmulas ambiguas como que el legislativo deberá elegir nuevo jefe de Govern. Ha sido horas después cuando ha registrado su dimisión.
La decisión ha sido anunciada en una comparecencia a primera hora de este lunes, justo poco antes de que comparezca en el juzgado una testigo clave: la periodista Maribel Vilaplana, con la que Mazón comió aquel 30 de octubre de 2024 con una sobremesa larguísima, de modo que no tomó las riendas de la gestión de las inundaciones hasta cerca de las 20.30.
Tras los gritos e insultos que le dirigieron las víctimas la pasada semana en el funeral de Estado por la dana, Mazón había abierto un periodo de reflexión. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que había sido casi un convidado de piedra en esta crisis, le telefoneó finalmente el domingo para darle el empujón final a la dimisión y aparentemente consensuar el modo de ejecutarla.
Un año después, Mazón ha reconocido errores como no pedir ayuda al Estado («aunque luego vimos que nos querían dejar solos por estrategia política»), no combatir los bulos «y, sobre todo, mantener la agenda de ese día». «Debí haber tenido la visión política de cancelarla y desplazarme al otro lado de la provincia», ha dicho.
«Voy a vivir con estos errores todo mi vida. He pedido perdón y hoy lo vuelvo a repetir, pero ninguno fue por cálculo político o por mala fe», ha aseverado.
En paralelo, no obstante, se ha quejado de que «se ha convertido en deporte nacional llamarme ‘asesino’». Ha citado algunos bulos que han circulado sobre su actuación aquella tarde, incluido el «repugnante ataque machista que no voy ni a mencionar». «Estos meses han sido durísimos. Ya no tenemos más fuerza ni yo ni mi familia», ha añadido. Y también: «Por voluntad personal habría dimitido hace tiempo, ha habido momentos insoportables»
¿Por qué no ha dimitido antes? Mazón se ha escudado en el argumento de que tenía que centrarse en la gestión de «un tsunami de unas consecuencia inimaginables», por lo que no había margen para valorar «mi situación personal», algo que ha hecho ahora.
«Esta tierra está acostumbrada a las gotas frías, pero no es a esta fuerza de la naturaleza», ha alegado respecto a lo ocurrido hace un año, remarcando la idea de que todo era imposible de prever y que por tanto no hubo negligencia en su actuación.
Antes de anunciar la decisión, ha responsabilizado indirectamente al Gobierno español afirmando que «todo lo hemos hecho solos».
Vilaplana ante el Juzgado
Por lo que respecta a la posterior comparecencia judicial, no ha ofrecido novedades sustanciales.
La periodista Maribel Vilaplana ha afirmado a la jueza que durante la comida de trabajo que mantuvo ese día con Carlos Mazón, éste estaba comunicado, «atendía su teléfono móvil», «hablaba y también escribía».
Vilaplana se ha pronunciado en estos términos en su declaración, en calidad de testigo, en el Juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja, órgano que investiga la gestión de la dana que ha dejado 229 víctimas mortales, además de cuantiosos daños personales y materiales.
La comunicadora estaba citada en el juzgado a las 9.30 horas aunque se ha presentado media hora antes, a las 9.03 horas, cabizbaja y sin hacer ninguna declaración a la nube de periodistas que le esperaban en la puerta. También se encontraba un hombre que perdió a su madre el día de la riada, quien le ha exhibido su foto y le ha pedido que «diga la verdad».
Al comienzo de su declaración, la jueza instructora le ha pedido a Vilaplana el tique del parking donde dejó el coche el día de la dana y al que, según desveló recientemente, le acompañó Mazón tras la comida de trabajo. La periodista no ha podido aportarlo al afirmar que no disponía del mismo, con lo que la magistrada lo reclamará a su banco y a la empresa que gestiona el aparcamiento.
Seguidamente, la periodista ha ido describiendo la comida que mantuvo con el ya expresidente, que se prolongó durante cuatro horas, desde las 15 hasta las 18.45 horas. Ha comentado que en el transcurso de la comida Mazón recibía llamadas en su móvil, «se levantaba y las atendía», ha dicho. También ha señalado que le entregaron un sobre con documentos que firmó.
«Yo tengo la percepción de escucharle poco hablar. Él estaría más escuchando que hablando», ha comentado, para agregar que no le comentaba «nada» de las conversaciones que mantenía. «Nunca me comenta nada ni oigo palabras como dana, Cecopi o lluvias», ha apostillado.
Preguntada por un vídeo que recibió en su móvil sobre las 17.30 horas en el que aparecía Utiel (València) inundado, la comunicadora ha lamentado que se le está «utilizando». Ha indicado que lo recibió en un chat familiar, que se trataba de un link que le pasó su exmarido, que no abrió. Puso un emoticono de sorpresa. «Me atormenta no haber abierto ese link porque si lo hubiese visto antes, hubiera dicho... 'ostras'», ha señalado. Ha indicado que cree que miró el mensaje familiar en una de las ocasiones en las que Mazón se había levantado de la mesa.
Relevo en marcha
Volviendo a la situación creada por la dimisión de Mazón, tanto su renuncia como la no convocatoria de elecciones anticipadas por su parte ponen en marcha el proceso para la designación de un nuevo president o presidenta de la Generalitat, un período durante el cual Mazón y su Consell seguirán en funciones.
Así, según recoge el reglamento de Les Corts, los grupos parlamentarios dispondrán de 12 días hábiles -hasta el 19 de noviembre- para presentar ante la Mesa de Les Corts las propuestas de candidatos.
Transcurrido ese plazo, la Presidencia de Les Corts, oída la Junta de Síndics, fijará la fecha de celebración del pleno de investidura entre los tres y los siete días siguientes y propondrá como candidato o candidata a aquel que en las consultas realizadas haya obtenido mayor apoyo por parte de los grupos políticos.
Esto implica que el pleno de investidura podría celebrarse entre el 24 y el 28 de noviembre.
Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato o candidata obtuviera la confianza de Les Corts, la presidenta, por acuerdo de la Mesa, disolverá la Cámara y se convocarán nuevas elecciones.
No se atisban problemas para que el PP designe un nuevo candidato que sea apoyado por Vox. La obsesión de Alberto Núñez Feijóo parecía evitar nuevas elecciones ante el riesgo de que el partido de ultraderecha capitalizara la pésima gestión del asunto por parte del PP, tanto hace un año como ahora.

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