
El pasado domingo, una trabajadora de 55 años del Hospital de Cruces de Barakaldo falleció a consecuencia de un accidente laboral no traumático, según ha informado este miércoles el sindicato LAB.
La central ha detallado que la mujer, M.L.I., se encontraba trabajando «totalmente sola, en una zona en la que habitualmente no hay nadie, y fue encontrada por otra trabajadora en el suelo, estando todavía consciente. Se llamó a Urgencias y fue trasladada por sus propias compañeras en silla de ruedas hasta Urgencias del hospital, donde falleció».
Tras mostrar su «más sincero apoyo y solidaridad con la familia, como a los y las compañeras de la trabajadora fallecida», LAB recuerda en su comunicado que «nos encontramos ante un accidente de trabajo de los denominados ‘no traumáticos’, pero que detrás de los mismos se esconden condiciones de empleo, trabajo y vida que condicionan nuestra salud. La salud no es neutra, está influida por dónde vivimos, qué comemos y sobre todo, en qué lugares y en qué condiciones trabajamos, como, por ejemplo, la temporalidad, la turnicidad, trabajo en solitario, el estrés, autoritarismo de las jefaturas, etc».
Un riesgo «evitable»
Sobre las circunstancias de la empleada, señala que «al personal del servicio de cocina del Hospital de Cruces, al cual estaba adscrita la trabajadora, se le asignan tareas como hacer las camas de los equipos médicos del hospital, en zonas de trabajo en solitario, sin que ello haya sido contemplado como un riesgo evitable en la evaluación de riesgos».
El sindicato indica que «a pesar de las denuncias reiteradas de las secciones sindicales, Osakidetza mantiene una grave deficiencia de seguridad que sigue sin resolverse. En un hospital de esta magnitud, numerosos trabajadores (propios y subcontratados) cumplen largas jornadas en completa soledad». Y considera «evidente que, aunque la dirección de Osakidetza está obligada legalmente a eliminar riesgos evitables, ha decidido priorizar el ahorro económico sobre la vida, al no considerar estadísticamente relevante el coste de prevenir una posible muerte».
Añade que «tenemos claro que el único camino para acabar con esta lacra individual, familiar y social que suponen los accidentes de trabajo es por medio de la lucha y la organización. El cambio vendrá de la transformación del modelo de relaciones laborales y de las reglas de juego. Tenemos que transitar hacia un nuevo modelo que prime la vida y la salud de los trabajadores y trabajadoras».
Y por ello, desde LAB «nos unimos a las posibles respuestas que se puedan plantear desde la Junta de Personal del Hospital de Cruces».

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