Alessandro Ruta

‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, medio siglo de una película especial

El film de Milos Forman con Jack Nicholson de protagonista fue estrenado el 19 de noviembre de 1975 y es un himno a la libertad, contra la crueldad de las instituciones. Ganaría cinco Oscar, los más prestigiosos, como solamente han hecho otras dos películas a lo largo de la historia de los premios.

Nicholson y Fletcher en el centro, con los Oscar a mejor actor y actriz principal.
Nicholson y Fletcher en el centro, con los Oscar a mejor actor y actriz principal. (United Artist- Fantasy Films via AFP)

Mejor película, mejor director, mejor actor y actriz protagonista, mejor guion: este es un pleno en los Oscar que normalmente define a un film como de excelente calidad. 

Solamente tres han conseguido este ‘Big Five’ en la historia del cine: ‘Sucedió una noche’ (1934), ‘El silencio de los corderos’ (1991) y este film estrenado hace ahora medio siglo, el 19 de noviembre de 1975, ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’. Una auténtica obra maestra de Milos Forman.

Una peli conmovedora y amarga, mucho más impactante que una simple historia de dos horas sobre un instituto de salud mental donde un paciente intenta romper el orden. Supone algo más ancestral, un cuento sobre el control y la libertad, con unos personajes imposibles de olvidar gracias a su eficacia.  



‘Mister McMurphy’

Pocas obras han sabido mantener tal hilo de tensión entre dos personajes como ocurre en este film. Por un lado Randle Patrick McMurphy, el pequeño criminal que intenta suavizar su pena haciendo creer que está ‘loco’ y entrando en una clínica psiquiátrica. Por otro, miss Ratched, la enfermera responsable de la estructura, cuya vida rutinaria y gélida no puede más que chocar con la exuberancia de su inquieto paciente.

Todo se dilucida en este sutil juego de equilibrios y de intentos de rupturas de los mismos. El personaje interpretado por Jack Nicholson representa al rebelde, en una época de grandes cambios sociales. Resulta terriblemente eficaz la escena donde acusa a los otros pacientes de haberse acostumbrado a la rutina pastilla-ejercicio físico-charla, y más aún sabiendo que algunos de ellos están allí sin tener un trastorno mental real, sino como un efecto-placebo. 

La enfermera Ratched, que llama ‘mister’ a todos para dotarles de seriedad y oficialidad, no podría estar en un extremo más alejado. Probablemente, no lo sabemos, no quiere ser tan cruel. Sin embargo, el hecho es que lo consigue, con gestos repetitivos que resultan la encarnación de la institución hospitalaria totalitaria. Nadie podría hacer su trabajo de manera tan estricta, porque desde su perspectiva no hay otra alternativa de vida. 

Louise Fletcher (a la derecha) bordó el inquietante papel. (United Artist via AFP)

Un papel de gran nivel actoral, que Louise Fletcher supo realizar perfectamente, logrando la actuación de su vida. Se dice que después de los tres meses de grabación esta actriz, que no había sido la primera opción para la producción, se presentó a la fiesta que celebraba la peli vestida para un party, como tocaba, y todos se quedaron sorprendidos, acostumbrados en verla durante tanto tiempo como una enfermera sádica y muy callada en el ámbito privado. 

Jefe y Billy

En un filme que pivota sobre la rebeldía y el engaño, no cabe duda de que probablemente el personaje más efectivo, el único que realmente consigue salir de la rutina, sea Jefe, el nativo americano. Supuestamente mudo y retrasado mental, en realidad está jugando su partida exactamente como McMurphy, del cual se transforma en primer colega y cómplice. Este también es un toque genial de la película, por el giro que le da a la historia en el momento donde quizás el asunto se estaba estancando. 

Jefe tampoco es idiota, pero sabe esperar, utiliza otra estrategia, y tiene que ‘salvar’ a Randle en la tremenda escena final, que en realidad es la penúltima. La última, de hecho, es cuando el indiano, este mastodóntico hombre que durante la primera mitad de la peli está callado, consigue romper la barrera entre la institución hospitalaria y el exterior. Es el único que logra la libertad después de haber arriesgado realmente la vida, gracias al ejemplo de su amigo McMurphy. Todo lo contrario que Billy, un chaval pillado in fraganti por miss Ratched y que acaba suicidándose por la vergüenza. 

Jefe es sobre todo el narrador del libro que inspiró a Milos Forman y a los productores, y es el que cuenta en primera persona toda la historia. Pero si en las páginas de la novela de Ken Kesey podemos percibir el desarrollo desde el punto de vista del nativo americano, la película resulta notable por decirnos claramente con quién está, es decir McMurphy. Un cambio de perspectiva que hubiera podido suponer un obstáculo para el medio cinematográfico y que por contra supuso una decisión muy acertada, aunque Kesey nunca viera la obra de Forman. 

Un Forman que sabía muy bien lo que podía ser una institución agobiante como la del hospital de Miss Fletcher, habiendo nacido en Checoslovaquia durante la ocupación nazi y luego escapando del régimen comunista, antes de ‘Alguien voló sobre el nido de cuco’ y después de la Primavera de Praga.