
El Gobierno de Sudáfrica sospecha que la llegada la semana pasada a este país de un avión con más de 150 palestinos a bordo apunta a la existencia de «una clara agenda para limpiar de palestinos Gaza y Cisjordania».
«El Gobierno de Sudáfrica sospecha de las circunstancias que rodean a la llegada del avión y los pasajeros que iban en él. Este asunto está siendo investigado», ha señalado el ministro de Exteriores sudafricano, Ronald Lamola, quien ha subrayado la preocupación de su Gobierno por este suceso.
Así, ha indicado que «parece ser parte de una agenda más alta para sacar a palestinos de Palestina y enviarlos a distintas partes del mundo. Es claramente una operación orquestada, ya que no solo están siendo enviados a Sudáfrica».
No es un caso aislado
En este sentido, Lamola ha hecho hincapié en que no ha sido un caso aislado sino que «hay otros países a los que han llegado estos aviones».
«No queremos que haya más vuelos en esta dirección, ya que son parte de una agenda clara para limpiar de palestinos Gaza y Cisjordania, algo en lo que Sudáfrica está en contra», ha apostillado Lamola.
La Policía Fronteriza mantuvo a los palestinos en el avión durante trece horas tras su llegada al país africano durante la jornada del jueves dado que no tenían sellos de salida desde Israel, si bien finalmente el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, les permitió entrar con una exención de visado de 90 días.
El vuelo aterrizó en el Aeropuerto Internacional OR Tambo de Johannesburgo, sin que hubiera sido coordinado por las autoridades de Sudáfrica y el Estado palestino.
Entidad fraudulenta
De hecho, el Ministerio de Exteriores de la Autoridad Palestina también ha denunciado un plan de desplazamiento forzado organizado por «entidades que engañan a (nuestra) población».
Las autoridades palestinas han asegurado que los organizadores del vuelo cobraron dinero a los pasajeros procedentes de Gaza para transportarlos de forma «irregular e irresponsable».
Además, mantienen que esta «fraudulenta» entidad se desentendió de toda responsabilidad cuando surgieron complicaciones.
La sospecha encaja con los planes sionistas para Gaza y con la idea que el presidente estadounidense, Donald Trump, esbozó a principios de año proponiendo reubicar a gazatíes fuera de Palestina para convertir la Franja en un lucrativo negocio turístico.
A los 153 pasajeros se les permitió salir de Gaza para abordar un vuelo chárter en el Aeropuerto Ramonsin conocer su destino y en Nairobi cambiaron de aeronave y aerolínea, según la ONG sudafricana Gift the Givers, que los atendió a su llegada.
La llegada inesperada hizo que las autoridades sudafricanas tardaran trece horas en reaccionar ante viajeros sin visado, billete de vuelta ni pasaportes sellados.
Según el Ministerio de Exteriores palestino, las salidas fueron dirigidas por una presunta organización humanitaria llamada Al-Majd que «proporciona ayuda y rescate a comunidades musulmanas en zonas de conflicto y guerra», pero a la que nadie conoce, tampoco acredita pruebas de sus proyectos previos y que no presenta actividad en sus redes sociales.
De acuerdo a su web, lanzada en febrero, la entidad fue fundada en 2010 en Alemania y tiene una sede no especificada en el barrio de Sheij Jarrah de Jerusalén.
Alerta por trata de personas
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Jerusalén, Unicef y laONG israelí pro derechos humanos Physicians for Human Rights aseguraron a Efe que no habían oído hablar de Al-Majd hasta que se difundió la noticia.
Según medios como el israelí “Haaretz” y la cadena qatarí Al Jazeera, la organización ofrecía la posibilidad de comenzar una nueva vida en entornos libres de violencia por un precio de entre 1.400 y 2.700 dólares por miembro de familia, pues bebés o niños pequeños también pagaban, una opción por la que algunos gazatíes optaron desesperados a pesar de la incertidumbre acerca de su fiabilidad.
El Ministerio de Exteriores palestino ha advertido a los residentes de Gaza que «eviten caer en las redes de trata de personas, traficantes de sangre y agentes de desplazamiento».
Contradicción con la versión de Israel
La Oficina de Emigración Voluntaria de Israel, dependiente del Ministerio de Defensa, remitió a Al-Majd a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para ayudar a coordinar las salidas y trabajaron junto al Cogat, el organismo militar israelí a cargo de los asuntos civiles en los territorios ocupados.
El Cogat aseguró a Efe que el grupo de gazatíes abandonó la Franja con su beneplácito después de haber recibido «la aprobación de un tercer país (Sudáfrica) para acogerlos», un extremo que no concuerda con lo expresado por el Gobierno sudafricano.
La oenegé Gift the Givers indicó que no es el primer caso y que el pasado 28 de octubre llegó otro avión a Sudáfrica con 180 gazatíes bajo el mismo procedimiento y también a través de Al-Majd.

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