
Algunos lo han calificado de padre del Bilbo moderno. No es para tanto seguramente, pero la huella del arquitecto canadiense Frank Gehry ha quedado sin duda en el skyline de la capital vizcaina gracias al Museo Guggenheim, al que siguieron otras creaciones arquitectónicas en Euskal Herria. Ha fallecido este viernes, ya con 96 años.
No fue su única creación en Euskal Herria. De hecho, tenía prevista una segunda gran instalación que nunca se concretó por la crisis inmobiliaria, según apuntó el Ayuntamiento de Bilbo en 2014 sin dar más datos. Lo apuntó al colocar la primera piedra del puente de Zorrotzaurre, también obra suya y que lleva su nombre.
La joya de titanio junto a la ría de Bilbo fue de algún modo transportada luego por Frank Gehry a Arabako Errioxa, al levantar la bodega de Marqués de Riscal en Eltziego, que también revolucionó el turismo en la zona en sus primeros años.
Dos encuestas internacionales conocidas en 2010 situaban al Museo Guggenheim de Bilbo como uno de los principales iconos arquitectónicos mundiales del siglo XX. Para entonces ya llevaba trece años construido pero el edificio no ha perdido magia ni atractivo hasta la fecha.
Por citar otro ejemplo de su impacto, el museo bilbaino fue evocado por Barack Obama, presidente de Estados Unidos, cuando entregó a Gehry una de las llamadas Medallas Presidenciales en 2016.
Para el Guggenheim estudio la idiosincrasia y el arte vascos. Se sintió atraido por su simpleza y honradez y durante un tiempo barajó venirse a vivir a Mundaka
En una entrevista a ETB hace ahora tres años, recordaba que emprendió la carrera de arquitecto casi por casualidad, aconsejado por un profesor cuando aquello ni se le había pasado por la cabeza: «Yo venía de una familia pobre, trabajaba como camionero y estudiaba por las noches».
Dotado de un fino sentido del humor, el artista ironizaba con que aquella decisión «me ha ido bien». Y recordaba que cuando ganó el concurso de Bilbo había quien no estaba de acuerdo porque «a mí me tenían por un renegado que utilizaba materiales baratos». Además de la utilizacion de las placas del titanio y la luminosidad conseguida, fue aclamado por el modo en que integró el museo con el puente.
Estudio para ello la idiosincrasia y el arte vasco. Explicaba que le impactó «su claridad» y el hecho de que «si hacías un acuerdo no tenías que ponerlo por escrito, era para siempre». Tanto le enamoró Euskal Herria en esa época que valoró mudarse a Mundaka.
Nivel mundial
Gehry, que nació en Toronto y se trasladó a Los Ángeles cuando era un adolescente, ha muerto en su casa en la localidad californiana de Santa Mónica tras sufrir una enfermedad respiratoria, según reveló su jefa de gabinete, Meaghan Lloyd.
Como arquitecto comenzó a destacar en la década de los 70 por sus edificios de formas esculturales que combinan materiales industriales poco comunes con otros como el titanio y el vidrio. En esa misma época, empezó a desarrollar su faceta como diseñador de mobiliario con la colección Easy Edges, concebida como una línea de bajo coste, formada por catorce piezas de cartón, a la que seguiría Experimental Edges, con un carácter más artístico.
Desde finales de los años 80, el nombre de Frank Gehry se ha asociado al movimiento deconstructivista, caracterizado por la fragmentación y por la ruptura de un proceso de diseño lineal, que da como resultado edificios de una apariencia visual impactante. Entre los ejemplos más destacados de este lenguaje formal se encuentra el edificio Nationale-Nederlanden, conocido como Casa Danzante, de Praga (1996).
Entre sus obras destacan, además, el Museo Aeroespacial de California (1984), el Museo Vitra Design, en Weil am Rhein, Alemania (1989), el Museo de Arte Frederick Weisman en Minneapolis (1993), el edificio del Banco DZ en Berlín (1998), la Torre Gehry en Hannover (2001), el Centro Stata del Instituto Tecnológico de Cambridge (2003), el Walt Disney Concert Hall (2003) y el Centro Maggie's Dundee en Escocia (2003).
Gehry también ha trabajado en un museo de arte contemporáneo en París para la Fundación Louis Vuitton; el diseño de su primer parque infantil en Nueva York, en el extremo sur de la isla de Manhattan conocida como The Battery; y la reforma y recuperación del parque Mayer de Lisboa, que incluyó la restauración del Teatro Capitolio.

Plante de EH Bildu y C-Z a la Medalla de Oro a M. Torres por sus vínculos con Israel

Acusan a Lakua de acallar a una víctima en el acto de Gernika

‘La Revuelta’ astindu du Zetak-en ikuskizunak... eta Euskararen Nazioarteko Egunean

Desalojado el instituto de Martutene, el Ayuntamiento solo realoja a la mitad en La Sirena
