Cinco ‘conexiones vascas‘ del PSG
El rival del Athletic este miércoles en Champions siempre ha agitado el mercado de fichajes en los últimos años. En algunos casos el PSG se ha llevado a futbolistas vascos; en otros, sus ‘descartes’ han aterrizado en nuestros clubes. Un camino de ida y vuelta en cinco ejemplos.

El año cero del nuevo PSG, riquísimo y chic, fue sin duda 2011, cuando Nasser Al-Khelaifi y su fondo de inversión Qatar Sports Investment compraron el club. Anteriormente los parisinos, nacidos en 1970 de una separación del Paris FC, tenían su importancia en el fútbol francés pero en ningún caso al nivel actual, dominadores absolutos en su liga y al fin campeones de Europa.
Un dominio concretado también en el mercado, con campañas faraónicas y fichajes más lujosos que los hoteles de la Place Vendôme de Paris: de Ibrahimovic a Messi, de Neymar a Mbappé, de Beckham a Dembelé, siempre unas cuantas estrellas que han acumulado títulos para el PSG.
Y con ellas también una avalancha de fichajes menores que no dejaron tantas huellas, en algún caso un simple rato, aves de paso, que venían de clubes vascos o que luego han recalado en ellos. Repasemos cinco de estos jugadores (hay más).
Yuri Berchiche
Pues sí, él, no es un homónimo. Aunque muchos lo hayan olvidado, el zurdo de Zarautz tuvo una breve experiencia al Paris Saint-Germain, una temporada bajo las órdenes de Unai Emery, que evidentemente lo conocía mejor que otros entrenadores.
Entre 2017 y 2018, después de haberse ido de la Real Sociedad, Yuri fue el lateral titular del PSG, que durante aquel mismo verano de su llegada se trajo a París ni más ni menos que a Neymar, a cambio de 222 millones de euros, y a Kylian Mbappé. Resultaba obvio que con ambos en el escaparate otros fichajes pasarían desapercibidos.
El zarauztarra llegó a París el mismo verano que Mbappé y Neymar y completó una temporada sólida
El hueco que Yuri tenía que tapar no era fácil, puesto que el anterior lateral izquierdo del PSG había sido el brasileño Maxwell, elegante y esencial a la vez. El zarauztarra, este miércoles rival de los parisinos, completó una temporada sólida: 32 partidos y 2 goles. Sumó el pleno de siempre en las competiciones francesas (Ligue 1, Coupe de France, Copa de la Liga) y también el mismo típico K.O. en los octavos de final de la Champions: fue contra el Real Madrid, compartiendo el puesto de titular con Kurzawa y viéndoselas en su banda con Cristiano Ronaldo.
En verano de 2018 sería vendido al Athletic. Probablemente una venta allanada por los gastos excesivos del PSG, que de alguna manera tenía que encajar sus múltiples operaciones en los parámetros del fair play financiero.
Gonçalo Guedes
Compañero de Yuri durante solamente pocas semanas, el actual jugador de la Real Sociedad tuvo su brevísimo paso por el Paris Saint-Germain entre enero y agosto de 2017, cuando fue cedido al Valencia. Una de esas operaciones clásicas de la fiebre parisina por sumar plantilla, después de una dura pelea con el Manchester United y a posteriori con muy poco sentido: 30 millones al Benfica para luego utilizarlo solo durante un puñado de partidos.
Es verdad que por aquel entonces el portugués tenía solamente 20 años y presentaba buenísimos números, además de hacer recordar un ídolo que había dejado huella en forma de goles en el Parque de los Príncipes; sí, él: Pauleta, delantero centro símbolo del PSG de la era pre-Qatar.
Guedes llegó a París apodado «el nuevo Ronaldo» y como sucesor del ídolo Pauleta, pero apenas fue alineado 293 minutos
Apodado «el nuevo Ronaldo» por parte de algunos medios de comunicación, Guedes apenas tuvo espacio en el equipo entrenado por Unai Emery, y además se topó con una de las pocas temporadas sin pleno en Francia, puesto que el Mónaco de Mbappé se proclamó campeón de la Ligue 1.
Para el portugués, hoy txuri-urdin, apenas fueron 293 minutos en 13 partidos en París, alineado de titular en una sola ocasión, contra el modesto Niort en la Coupe de France: su única aportación efectiva, una asistencia en el 5-0 contra el Bastia en la liga francesa.
Salvatore Sirigu
El suyo fue un fichaje muy valiente por parte del PSG, que se desplazó hasta Palermo para llevárselo, en 2011. Al fin y al cabo, después del inmortal Gigi Buffon era entonces el segundo mejor portero italiano, un convocado regular (aunque sin jugar) de la selección azzurra. El arquero nacido en Cerdeña, con sus ojos claros y su metro y 92 centímetros de altura, fue el último baluarte defensivo de los parisinos hasta 2016, con un rendimiento bastante notable.
Adelantado en la titularidad por el alemán Kevin Trapp, Sirigu se marcharía al Sevilla en la primera mitad de la temporada 2016-17 y a Osasuna para la segunda parte del campeonato que para los rojillos acabaría con el descenso. Cuando llegó a Iruñea la situación ya era realmente desesperada para el equipo que había empezando entrenando Enrique Martín tras el inesperada ascenso en Girona en 2016.
Sirigu dio un rendimiento notable en París y dejó un momento estelar para Osasuna: dos penaltis detenidos en el Calderón en apenas 100 segundos
Sirigu sumó los minutos que deseaba y dejó buena imagen en Iruñea, aunque no sirviera para encarrilar una temporada penosa. Su momento cumbre, espectacular y reflejo de su nivel, fue una de esas actuaciones que tienes que repasar varias veces para ver si ocurrieron de verdad: el 15 de abril de 2017, Sirigu detuvo dos penaltis –a Carrasco y Thomas– del Atletico de Madrid en apenas 100 segundos.
No era la primera vez que un portero de Osasuna paraba dos penaltis en un partido (Sergio Herrera detendría tres en Cádiz un año después), pero aquellos dos minutos escasos del sardo marcan aún un récord absoluto en la historia de la Liga.
Quique de Lucas
También el Alavés tiene su exjugador del Paris Saint-Germain: el extremo catalán llegó al PSG cedido por el Espanyol a mitad de la temporada 2000-01.
Este caso nos recuerda además cómo hubo una época en que los parisinos no estaban forrados como ahora y tenían que pescar sus ‘chollos’ en el mercado como cualquier otro equipo medio. De hecho, imaginarse ahora la misma situación sería casi cómico, con todo el respecto para el Espanyol, por aquel entonces campeón de la Copa también gracias a las jugadas del chaval de L'Hospitalet de Llobregat.
El catalán pasó por el PSG antes de llegar a Mendizorrotza, en una época en que los parisinos todavía tenían que buscar sus ‘chollos’ en el mercado como el resto
El fichaje no funcionó. Fueron cinco partidos para De Lucas con el PSG, apenas tres veces titular en una campaña con cambio de entrenador, de Philippe Bergeroo a Luis Fernández. Una cartulina amarilla, 250 minutos jugados, ningún gol o asistencia: en pocas palabras, seis meses desperdiciados antes de volver a Catalunya.
En 2003 llegaría el salto al ‘Glorioso’, donde le fue bastante mejor: se quedaría durante cuatro temporadas de altibajos, incluido el descenso a Segunda División. El Alavés fue a la postre el equipo donde el llamado ‘Brad Pitt de la liga’ jugó más en su carrera.
Mikel Arteta
Acabamos con la conexión PSG-Euskal Herria más famosa desde el prisma actual, por lo menos en cuanto a nombre: del Antiguoko a Londres pasando por Barcelona y París, así fue la hoja de ruta del actual entrenador del Arsenal, nacido para ser un líder en el medio campo junto con su ‘gemelo’ Xabi Alonso.
La etapa parisina le llegó a Arteta cuando acababa de convertirse en mayor de edad y tras el paso por la Masía ya dictaba sus ritmos en el equipo de Luis Fernández, un entrenador que estaba futbolísticamente enamorado de él.
A Arteta lo llevó a París un Luis Fernández enamorado de juego, cuando acababa de cumplir la mayoría de edad y ya se veía sin sitio en Barcelona por la eclosión de Xavi
No había todavía debutado en equipos profesionales el muchacho. En París tuvo que vivir en un hotel con un brasileño un poquitín mayor que él pero muy dotado técnicamente: se llamaba Ronaldo de Assis Moreira pero todos le conocían como Ronaldinho.
En sus 18 meses en el PSG, entre enero del 2001 y junio del 2002, Arteta ganaría solamente una Copa Intertoto, pero se haría un nombre entre los aficionados y los expertos, que confirmarían todo lo bueno que se decía sobre él en Barcelona. Allí se había quedado sin hueco ante la eclosión de Xavi y más tarde Iniesta, pero tras París le esperaban grandes años en la Premier, primero como jugador y luego como técnico.
Una relación que hubiera podido atarse de nuevo en 2023, cuando el Paris Saint-Germain necesitaba un nuevo entrenador y contactó con el donostiarra. Fue finalmente a por Luis Enrique mientras Arteta recaló en el Arsenal. A los dos les va de maravilla.

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