
El partido más esperado de esta fase de grupos de la Champions para el Athletic se ha saldado con un empate a estas alturas insuficiente para los de Valverde. Han tuteado al campeón PSG en una primera parte con buenas sensaciones y pocas ocasiones, pero en la segunda han sufrido mucho cuando los de Luis Enrique han dado un paso adelante.
Cita con la historia en La Catedral, el Athletic se medía al vigente campeón europeo entrenado por el mejor entrenador masculino del 2025. Ni más ni menos. Esto no ocurre en Bilbo todos los años, por lo que el partido empezaba con un novedoso mosaico en Tribuna Este que rompía con la monotonía de otras citas históricas en San Mamés. Además de ello, desde Iñigo Cabacas Herri Harmaila desplegaban un tifo dónde se leía: ‘Bagara, Bagire, Bagare, Bagera, Ekin ta bultza denok batera’.
Rugía La Catedral y con la melodía de las estrellas de fondo, se les notaba ya motivados a los leones. No tenían mucho margen de error, con cuatro puntos en el bolsillo y con la necesidad de llegar al doble dígito para superar la primera fase. Eso sí, con la confianza inyectada desde el sábado noche tras pasar por encima al Atlético de Madrid.
Valverde solo podía contar con Vivían como central natural, ya que Paredes estaba sancionado y Laporte lesionado. Es por ello, que atrás le acompañaría Yuri, precisamente era un duelo especial para el de Zarautz, ya que jugaba contra su ex-equipo. Adama, se colocaba en el lateral izquierdo y en la zona ofensiva toda la artillería, con Nico y Sancet como hombres con más peligro.
Por su parte, los parisinos contaban con varias bajas sensibles, así como: Dembelé (ganador del balón de oro), Chavalier, Beraldo, Achraf y el sancionado Lucas Hernández. Los de Luis Enrique estaban acompañados por 2.500 aficionados franceses que se colocaban en la tribuna visitante y algunos sin camiseta todo el partido, animaban incansablemente. En la previa, afortunadamente, no hubo disturbios. En 2011, en cambio, si los hubo con los seguidores parisinos.
San Mamés, a rebosar
Empezaba el partido con mucho ritmo, los leones no se cortaban a la hora de ir a la ataque, sobre todo por la banda de dos correcaminos como Adama y Nico. Pero, el PSG no era menos y cualquier combinación entre los hombres de arriba creaba pánico en la grada.
De hecho, la primera clara era para los franceses en el minuto 18. Un contraataque tan vertical como veloz entre Vitinha y Ruben Neves terminaba en un desmarcado Fabián que se adentraba en el área. Por suerte para Simón, el centrocampista español caía al suelo y su lanzamiento se iba desviado.
Con 51.717 gargantas dejándose la voz, se palpaba un ambiente de otra gran noche europea, San Mamés era consciente de que los leones se la jugaban. Cada saque de esquina y falta a favor era celebrado casi como si un gol se tratara. Precisamente, tuvo el primer aviso serio el conjunto vasco. A la media hora de juego una falta sacada por Berenguer que se fue envenenando, terminaba obligando a Safonov a estirarse y a meter miedo en el cuerpo de los parisinos.
Al borde del descanso llegaba la más clara del encuentro. Jugada de izquierda a derecha de los franceses, que terminaba con un centro raso preciso de Zaire-Emery para que rematara Mayulu solo, a placer. Sin embargo, Unai Simón se estiraba con todo y paraba a bocajarro. Intervención estelar. Se llevaba las manos a la cabeza Luis Enrique que la vio dentro.
Providencial Simón
Quedaba todo el pescado por vender en la segunda mitad, que empezaba con la sustitución de Marquinhos con molestias, el ucraniano Zabarnyi entraba en su lugar. Los de Luis Enrique empezaron igual de fuertes que como terminaron la primera parte, incluso con una marcha más, ya que gozaron de dos grandes ocasiones.
Aunque los parisinos, se encontraron con Simón por partida doble. Primero fue Mayulu, que tenía el rol de sustituir a Dembélé, quien la tuvo en una jugada calcada a la última de la primera parte. Minutos más tarde, el portero alavés ante un disparo fortísimo, raso, de Zaïre-Emery, se iba al suelo para evitar el gol rival.
En el minuto 64, tras una triangulación exquisita, Barcola entraba dentro del área y en el mano a mano con Simón, el francés enviaba la pelota al larguero. Estaban perdonando demasiado los pupilos de Luis Enrique, acostumbrados a realizar goleadas en la Ligue 1.
Los leones no entraron bien al segundo tiempo y Valverde optaba por cambiar la parcela ofensiva con el cachorro Hierro acompañado de Unai Gómez arriba. Era todo un material fresco para presionar arriba en la salida de balón desde atrás del PSG.
El campeón de Europa no encontraba la manera de conectar con sus hombre de arriba, a pesar de la entrada de otros jugadores de talla mundial como Doué, Golden Boy de este año.
Estaban los nervios a flor de piel en el partido, con los visitantes cansados y jugando de lado a lado el esférico, pero sin prisa. Daban por bueno el punto, ya que seguían terceros en la clasificación con una jornada menos por disputarse.
El Athletic lo intentaba por mediación de Nico Williams, escorado en la banda derecha esta vez. Su hermano Iñaki, convocado, no estaba listo todavía para reaparecer. No consiguieron intimidar demasiado los leones al meta rival, en un partido más físico que vistoso del que rascan un punto. Veremos si suficiente para alargar el sueño europeo.
Luis Enrique alucinó con el ambiente
Tras el partido, el entrenador asturiano del PSG aseguró no sentirse «frustrado» por haber sumado solo un punto en un partido «muy intenso» y disputado en «un ambiente increíble». Elogió a San Mamés y el ánimo de la hinchada, «acorde a la historia del Athletic».
También destacó la actuación de Unai Simón, al que felicitó personalmente en el césped: «Arriesgamos cuando le pusimos, pero ha demostrado con creces que tiene un nivel top. Se lo merece, es un chico maravilloso. Al final del partido le dicho '¿tienes que hacer el mejor partido contra mí? Ya no te convoco», bromeó el exseleccionador.
Para Txingurri Valverde, el punto «supone continuar con la senda para intentar meternos en esa onda positiva que dan los buenos resultados porque refuerzan al equipo. Hay que recuperarse bien de la paliza para el domingo y aprovechar esta situación. Hemos salvado bien la semana», consideró.
«De cara a la clasificación nos mantenemos vivos aunque nos obliga a ganar los dos partidos -Atalanta en Bérgamo y Sporting de Portugal en San Mamés-, pero nos prepararemos para conseguirlo», añadió un Valverde que destacó que «el público ha ayudado muchísimo» a su equipo en un partido en el que han tenido que "trabajar desde el primer minuto al último».

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