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Los países garantes piden pasos de distensión en Colombia

Los países garantes de los diálogos de paz de La Habana instaron al Gobierno de Colombia y a las FARC al «desescalamiento urgente» del conflicto y pidieron medidas de «construcción de confianza». Horas antes, Juan Manuel Santos anunció cambios en la cúpula militar.


El incremento de la tensión en Colombia llevó ayer a Cuba y Noruega, los países garantes de los diálogos de paz colombianos, y Venezuela y Chile, como acompañantes, a instar al Gobierno de Juan Manuel Santos y a las FARC al «desescalamiento urgente del conflicto armado» y les pidieron medidas «de construcción de confianza», al tiempo que reafirmaron su compromiso con el proceso de La Habana.

«Instamos a las partes a restringir al máximo las acciones de todo tipo que causan víctimas y sufrimiento en Colombia», dijeron en una declaración leída en La Habana, al considerar que «esos pasos son imprescindibles para garantizar las condiciones y el clima propicio que permitan lograr acuerdos sobre las cuestiones pendientes, incluyendo la adopción de un acuerdo de cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y lo referido a los derechos de las víctimas».

Tras ese comunicado, los negociadores de las FARC aseguraron que «desean firmar la paz» con el Gobierno y se mostraron dispuestos a declarar una nueva tregua «sin sometimiento penal, delación de armas y concentración». Para la guerrilla, el Gobierno debe explicar a los colombianos por qué «ha desaprovechado la situación para convertir (la tregua unilateral) en bilateral y definitiva».

En su mensaje de ayer, las FARC se refirieron a las recientes declaraciones del jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, quien este fin de semana dijo en una entrevista que el proceso de paz pasa por su «peor momento». «No queremos hoy darle espacio a las voces agoreras del fracaso de los diálogos, ni a la desmesura de las palabras de quienes teniendo en sus manos la sagrada responsabilidad de construir la paz, flaquean frente a las adversidades, usan tonos de ultimátum y amenazan con abandonar la búsqueda de la reconciliación», aseveró Iván Márquez, quien agregó que ambas partes deben «cuidar este proceso como la niña de los ojos» haciendo que impere «el sentido común»..

Unas horas antes, Juan Manuel Santos, había anunciado un cambio en la cúpula militar al relavar a los comandantes del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada. El nuevo comandante del Ejército será el general Alberto Mejía Ferrero, quien reemplaza al también general Jaime Lasprilla, un oficial con fama de duro con las guerrillas. En la Jefatura de la Fuerza Aérea Santos nombró al general Carlos Bueno en sustitución del general Guillermo León León. Al frente de la Armada, el presidente colocó al almirante Leonardo Santamaría, que reemplaza al también almirante Hernando Wills.

Los relevos fueron calificados por Santos como «normales, necesarios», en una institución que «requiere renovación permanente», y se producen dos semanas después de que Luis Carlos Villegas asumiera como ministro de Defensa con la misión de conducir a la tropa a un eventual posconflicto y al mismo tiempo «no bajar la guardia».

Santos aseguró que los nuevos mandos seguirán transitando por el «difícil camino» de la «búsqueda de la paz», que definió como «una victoria de nuestras Fuerzas (Armadas)», a las que atribuyó que «la posibilidad de la paz sea una realidad».