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Baños confirma el No de la CUP a Mas, pero extiende la mano a seguir negociando

Con 62 votos a favor y 72 en contra, el primer intento de Artur Mas de ser investido president no ha tenido éxito. La CUP ha mantenido su promesa de no votar a este candidato de JxSí, pero ha mantenido «la mano extendida» para alcanzar un acuerdo. Una actitud similar a la mostrada por Mas en su réplica. El jueves se vivirá un nuevo episodio.

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El diputado de la CUP Antonio Baños ha tomado la palabra esta tarde en el pleno del Parlament para confirmar que, tal y como estaba anunciado, la Esquerra Independentista votará este atardecer en contra de la investidura de Artur Mas como president de la Generalitat. El president en funciones no conseguirá, por lo tanto, los 68 diputados que necesitaría hoy, por lo que se celebrará una nueva votación el próximo jueves, cuando Mas «solo» necesitará una mayoría simple que tampoco tiene ahora mismo asegurada.

Baños ha esgrimido los recortes y las privatizaciones de las últimas legislaturas, así como la corrupción, como algunas de las principales razones para oponerse a la investidura de Mas. Pero ha centrado sus argumentos sobre todo en la necesidad de «trascender el personalismo a través del consenso».

«Necesitamos un Govern fuerte, que funcione y que lo haga lo antes posible, trabajamos en ello, pero un Govern no es una sola persona», ha explicado Baños, que se ha dirigido directamente a Mas para decirle que «no saldrá de este hemiciclo nombrado capitán, pero la tripulación ya está preparada».

Asimismo, el diputado independentista se ha mostrado crítico con el discurso realizado ayer por Mas, del que no saben discrnir «si el nuevo Govern será autonomista o tendrá una matriz republicana». «Queremos, insisto una vez más, un Govern fuerte, republicano, que asuma sobre todo los retos de rescate social», ha añadido.

Baños, en un tono suave en todo momento, ha señalado que, en cualquier caso, siguen dispuestos a negociar para ponerse de acuerdo, para «ceder, aceptar y consensuar». «Tiene la mano extendida, tiene nuestros cuerpos ante los ataques del Estado, tiene la mesa en la que nos sentamos, tiene nuestras horas y nuestro compromiso, pero no tiene nuestro voto incondicional.

Mas se quita la etiqueta de personalista

El tono correcto ha dominado también la replica de Mas. La intención de no hacerse daño resulta evidente. Ha reconocido no estar «satisfecho» y ha tratado de expulsarse las acusaciones de «personalista», recordando, por ejemplo, que no ha asistido a ninguna manifestación de la Diada («mira si me podía haber lucido», ha señalado) y apuntando que el 9N fue posible gracias a la participación de 40.000 voluntarios.

No ha convencido a los diputados de la CUP. Menos aun cuando ha probado de contrarrestar las críticas por las privatizaciones con una defensa del modelo de gestión público-privado.

En cualquier caso, Mas ha señalado que cree que «hay margen para entenderse» y ha llegado a proponer una reunión de los 72 diputados independentistas (Junts pel Sí y la CUP) para elegir al president. Una reunión a la que Baños no ha hecho ascos siempre que se celebre de forma asamblearia y con votación secreta, cuestión algo contradictoria en si misma. El tono jocoso en este punto era evidente, pero enrocadas como están las posiciones, ya hay quien ha empezado a comprar la idea.