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Araba Sin Garoña pide pasos concretos contra la reapertura en lugar de «actos de pasarela»

La iniciativa Araba Sin Garoña no asistirá al acto convocado por las Juntas para el día 19 de marzo. Alberto Frías reclama pasos concretos para impedir la reapertura de la central burgalesa, en lugar de «actos de pasarela».

Comparecencia de Araba Sin Garoña. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)

El portavoz de la iniciativa Araba Sin Garoña, Alberto Frías, ha insistido en que ha llegado el momento de «pasar de las palabras a los hechos». «Hay que dar pasos concretos para cerrar Garoña, más allá de declaraciones», ha señalado tras criticar los «actos de pasarela», en alusión a la concentración convocada por las Juntas Generales para el próximo sábado.

En una rueda de prensa, Frías ha afirmado que la «parálisis institucional no puede cubrir con actos de cara a la galería», y ha reivindicado la adopción de medidas concretas por parte de las distintas administraciones.

En este sentido, ha pedido a los ayuntamientos de la parte occidental de Araba que renuncien al canon que reciben por estar cerca de la central nuclear, ya que, a su parecer, «es una contradicción en sí misma» oponerse a la reapertura planta y cobrar por su presencia.

Y ha reclamado, una vez más, la creación de una comisión interinstitucional que trabaje para evitar su reapertura. «No se trataría de crear otro organismo burocrático, sino de apretar mucho más las tuercas en cuestiones como el Plan de Emergencia Nuclear», ha destacado.

A este respecto, ha recordado que la Juntas Generales pueden emprender actuaciones fiscales que ayudarían al cierre definitivo de Garoña. Sin embargo, ha lamentado que «las instituciones no se están atreviendo a dar el paso».

Además, Frías ha manifestado que resulta «increíble» que el lehendakari, Iñigo Urkullu, se haya reunido en varias ocasiones con el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y que durante esos encuentros nunca haya estado sobre la mesa el cierre de la central, propiedad al 50% de Endesa e Iberdrola.

Por último, ha censurado que, cinco años después, «no se han aprendido las lecciones de Fukushima».