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‘Vendrá la muerte y tendrá tus ojos’: la exaltación de los pequeños detalles

‘Vendrá la muerte y tendrá tus ojos’ es el relato de una pareja de mujeres que se ama y que se prepara para decirse adiós. La enfermedad de una de ellas avanza porque ha preferido no probar ningún tratamiento. El largometraje, de José Luis Torres Leiva, emplea primerísimos planos de gestos cotidianos que, pese a serlos, probablemente tengamos olvidados.

Las actrices Julieta Figueroa (dch.) y Amparo Noguera, junto al director José Luis Torres Leiva. (Juan Carlos RUIZ I FOKU).

La piel pecosa, su pelo rizado, esos ojos color miel… ¿cuándo miraste por última vez al detalle a la persona amada? Fijamente, con detenimiento, sin prisas. Solo por el placer de contemplar y amar…

Antes de que escribiera el guion de este largometraje que hoy ha entrado en competición en la Selección Oficial, el propio cineasta ha contado que le tocó vivir el fallecimiento de varios amigos que rondaban la cuarentena. Unos episodios dramáticos que le hicieron pensar en la muerte, irremediablemente. «Me di cuenta de su presencia en una época en la que no te la planteas. Siempre se proyecta el futuro y resulta que el presente pasa sin darnos cuenta», ha declarado tras la proyección en el Kursaal.

Ese es el inicio, la semilla de ‘Vendrá la muerte y tendrá tus ojos». «Habla de la muerte», ha corroborado, pero ha querido resaltar la presencia en el trabajo de los «afectos» y del «amor». «La situación extrema que les toca vivir a las protagonistas les hace plantearse su propia relación, sus gestos cotidianos que pasan inadvertidos. Por eso la mirada fija en la piel, en los ojos, quería exaltar el gesto, el detalle», ha agregado. «¿Cuántas veces hemos estado con la persona a la que queremos, y no le hemos mirado su piel? Quería recuperar eso», ha dicho.

Que la relación sentimental sea entre dos mujeres no ha sido algo casual, porque al regidor Torres Leiva le interesaba trabajar «la sensibilidad femenina». No obstante, lo que plantea no es la relación homosexual en sí, sino el amor entre dos personas. Y para ello se vale de detalles, de secuencias en las que no hay diálogo, sino miradas que hablan por sí solas. Preguntado por su predilección «por lo sensorial» en su carrera en el cine, ha afirmado que siempre lo ha planteado así, desde sus comienzos. «Me gusta expandir la película más allá de lo que se ve, y sentirlo. Es el cine que me llama la atención».

El título de la película encuentra su explicación en una poesía que el italiano Cesare Pavese escribió poco antes de quitarse la vida. «Es un poema muy potente, que me interesa especialmente por la manera en que plantea la muerte y el amor», ha explicado el director chileno.