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Ataques xenófobos a Zaporeak y migrantes en Lesbos: «puñetazos, zarandeos y mucho miedo»

Miembros de la ONG vasca Zaporeak han sido atacados este domingo en la isla de Lesbos por grupos xenófobos que han destrozado sus vehículos y han propinado golpes a sus ocupantes. El ataque ha sido uno de los que se han producido ante la llegada de migrantes de las costas griegas.

Grupos xenófobos impiden desembarcar a los ocupantes de una embarcación. (Aris MESSINIS/AFP)

Miembros de la ONG vasca Zaporeak y migrantes a los que estaban prestando apoyo han sido atacados hoy en la isla de Lesbos.

«Puñetazos, golpes, zarandeos y mucho miedo ante la embestida de un grupo de fascistas que se estaban manifestando cerca de la ciudad en Mitilini», ha señalado Zaporeak en redes sociales y en un comunicado.

Los participantes de un reparto de comida regresaban de esta labor cuando han sufrido la agresión que ha dejado daños físicos y sicológicos, además del destrozo de la furgoneta y coches en los que iban.

Zaporeak, ONG que aúna solidaridad y gastronomía y se dedica a alimentar a refugiados bloqueados en Grecia, ha añadido que los atacantes se han ensañado también con las personas refugiadas que iban en el interior y que han vivido «otro episodio de odio y venganza».

Jornada de ataques

El ataque a Zaporeak ha sido uno de las múltiples agresiones xenófobas que se han producido este domingo en Lesbos contra refugiados que intentan llegar a Europa. Cientos de personas han llegado a las islas del Egeo tras la decisión de Turquía de dejar de frenar a quienes buscan asilo en la UE.

En Lesbos, grupos de personas han incendiado un centro de acogida de migrantes desocupado cerca de la playa de Skala Sykamineas. El centro, perteneciente a la ONU, fue cerrado en enero y acogía a migrantes antes de ser trasladados a otro alojamiento en la isla.

Antes de que que los llegados ayer pudieran ser alojados, unas 150 personas se concentraron en la playa, lo bloquearon y le dieron fuego.

Mientras, alrededor de 70 personas llegadas en varias embarcaciones se encontraban aún en la playa al comienzo de la noche, a la intemperie. Al menos medio millar de personas han llegado a diferentes puntos de la isla durante este domingo.

Los ataques xenófobos se han repetido contra autobuses que trasladaban a los migrantes, así como a periodistas que se encontraban en la zona.

Igualmente, al grito de «volved a Turquía, han impedido atracar a una pequeña embarcación con medio centenar de personas a bordo, que tras varios días a la deriva había logrado llegar a la costa.

Gases lacrimógenos

La policía fronteriza griega ha vuelto a dispersar este domingo con gas lacrimógeno a los refugiados que esperan desde hace días en el lado turco ante el paso fronterizo de Pazarkule, cerca de Edirne, con la esperanza frustrada de poder pasar a la Unión Europea (UE).

Densas humaredas de gas lacrimógeno se dispersaban por el bosque fronterizo, donde varios miles de refugiados, la mayoría de Siria, Irak, Pakistán, Afganistán o Somalia, acampan desde el pasado viernes, a pesar de las cargas del sábado y de la madrugada de este domingo.

Según un portavoz de la asociación turca UMHD de ayuda a los refugiados, se estima que unas 30.000 personas se hallan en la zona fronteriza.

Esta multitud que se agolpa en la frontera es consecuencia de la decisión de Turquía de dejar de frenar el paso de como forma de presión hacia sus aliados de la OTAN.

Ankara, que acoge en territorio turco a 3,6 millones de refugiados, busca apoyo a la guerra que libra en territorio sirio y ha dejado a un lado el papel de guarda fronterizo por el que le pagan sus socios europeos.

Desde el sábado por la tarde la Policía turca ha vetado el acceso de la prensa a la zona de aduanas, pero permite el de migrantes que siguen afluyendo a la frontera, si bien otros ya se han cansado de esperar y abandonan la zona.

Las noticias difundidas a través de las redes sociales de que la UE abriría sus fronteras e incluso transportes gratuitos organizados por el Gobierno turco han llevado a miles de personas hasta la frontera, con la esperanza de que el Gobierno griego cambie de idea. Pero la respuesta sigue siendo policial. Grecia dice haber impedido el paso a cerca de 10.000 personas.  

Aun así, este domingo aún han llegado unas 2.000 personas más al puesto fronterizo de Pazarkule.

La Unión Europea ha mostrado su respaldo a la política griega, mientras la ONU ha apelado este domingo a no utilizar «una fuerza excesiva».