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Elkarrizketa
Maitane Tirapu
Antropóloga

«El estado de conservación del ‘hombre de Loizu’ y su singularidad lo elevan a nivel europeo»

La antropóloga Maitane Tirapu forma parte del equipo interdisciplinar que participa en el estudio del ‘hombre de Loizu’, los restos humanos con una antigüedad de 11.700 años localizados en Nafarroa. Destaca la importancia de este hallazgo, que permitirá conocer cómo era la vida en esa remota época.

La antropóloga Maitane Tirapu muestra la mandíbula del ‘hombre de Loizu’ durante la presentación del hallazgo. (Idoia ZABALETA/FOKU)

Los restos localizados en una cueva del valle de Erro se van a convertir en una máquina del tiempo a través de la cual, los expertos que están analizándolos desde diferentes vertientes nos acercarán a cómo era la vida hace 11.700 años.

Se espera obtener información sobre el origen de ‘el hombre de Loizu’, la actividad que desarrolló en vida, qué comía, las enfermedades que pudo sufrir e incluso las circunstancias de su muerte, que pudo producirse de modo violento, y de su enterramiento siguiendo un rito. Una puerta al pasado por la que nos adentramos de la mano experta de Maitane Tirapu.

Usted forma parte del equipo que investiga el ‘hombre de Loizu’. Estamos ante un hallazgo muy importante y que puede arrojar luz sobre una época de la que no se cuentan con muchos restos en ese estado.
No solo en ese estado; de por sí, es bastante singular hallar esqueletos completos de esa época. Solo hay otro en la Península Ibérica, hallado en la Cueva de los Azules, en Asturias. Pertenecen a la misma época, pero el de Asturias es 500 años más reciente. En lo que respecta al excelente estado de conservación de los restos, la singularidad asciende a niveles europeos.

En esa época, ¿estamos hablando de una población básicamente nómada, de grupos de  cazadores que se desplazaban por la zona del Pirineo sin un asentamiento estable?
Eso es. A pesar de que el ‘hombre de Loizu’ corresponde a una época de transición entre el Paleolítico (cazadores-recolectores nómadas) y el Neolítico (agricultores y primeros asentamientos), su modo de vida era más cercano al de sus antepasados cazadores. En esta época, en torno al 10.000 a.C, se produjo un gran cambio climático  que dio paso del Pleistoceno al Holozeno y que alteró significativamente el paisaje y como consecuencia, los modos de vida de sus pobladores. Se inició la extinción de los grandes mamíferos y se extendieron las zonas boscosas. Los pobladores de este período pasan a subsistir con la recolección y la caza de pequeños mamíferos, como las cabras montesas, rebecos, etc, y continúan siendo nómadas.

Falleció cuando tenía entre 17 y 21 años. ¿Qué esperanza de vida había entonces?
Para esta cronología es difícil calcular una esperanza de vida. Hay que tener en cuenta que solo hay dos casos en la Península Ibérica. Lo único que puedo comentar es que sería relativamente baja. No creo que muchos individuos superaran los 40 años.

¿La cueva donde ha sido localizado solo habría sido empleada para depositar el cuerpo o se han encontrado restos de alguna otra actividad?

En principio, no es previsible que haya más restos óseos o de actividad humana. Se ha revisado la totalidad de la cueva topografiada hasta la fecha y no se han encontrado más indicios.

Por la forma en que fue depositado el cuerpo, estamos ante un enterramiento. ¿Se tenía ya constancia de ritos funerarios en esta época?
Una vez más nos encontramos en la situación de que hay pocos hallazgos de esta época. El hábitat de estos pobladores es algo más conocido, hay varios yacimientos. Sin embargo, en lo que respecta a sus ritos o costumbres funerarias, sabemos muy poco. Lo que sí puedo decir es que el de la Cueva de los Azules estaba inhumado en una fosa, mientras que este estaba depositado directamente sobre el suelo de la cavidad.

¿Por qué cubrieron el cadáver con sedimento rojo?
El uso de colorantes en los enterramientos prehistóricos es relativamente común. Es un acto simbólico asociado al rito funerario. No obstante, conocer su significado es prácticamente imposible.

Y el sudario, ¿qué serían?, ¿pieles?
Eso es. Hay que tener en cuenta que en esa cronología no hay materiales tejidos en sí. Debemos imaginarnos algo así como un fardo o paquete funerario elaborado, probablemente, con pieles.

Aparte de los huesos, ¿se ha encontrado algún objeto con el que fuera enterrado?
No. El colorante rojizo es el único elemento documentado en relación con el individuo o el rito de enterramiento.



El cráneo presenta un agujero al parecer debido al impacto de un proyectil. ¿Pero de qué estaríamos hablando: una lanza, una flecha...? ¿En cualquier caso, algo elaborado por el ser humano?
En principio, lo que hemos podido documentar hasta el momento es que el cráneo presenta un orificio. Es verdad que llama la atención y que presenta algunos signos correspondientes con un traumatismo cercano a la muerte. Sin embargo, será necesario esperar a los resultados del estudio antropológico para saber más. Hay que ser cautos.

¿En el resto de los huesos se ha encontrado algún otro signo de violencia o de haber sufrido un accidente?
En principio no se han identificado más signos de posibles traumatismos. Igualmente será necesario esperar al estudio paleopatológico.

¿Y sobre posibles enfermedades?
Parece que el individuo presenta algunos signos de otras posibles enfermedades. Sin embargo, a día de hoy, no podemos especificar mucho más. Habrá que esperar al estudio de laboratorio.

¿Qué más cosas se puede llegar a saber a partir del análisis de los huesos?
Lo primero que podemos saber a través del estudio de los restos óseos es el perfil biológico: sexo, edad y estatura. Sin embargo, no es lo único que podemos saber. Con el estudio de las zonas de inserción de los huesos, por ejemplo, podemos documentar marcadores de actividad que nos pueden aportar información acerca de los trabajos realizados por el individuo y con los dientes, podemos obtener información sobre la dieta y procedencia, podemos saber si el individuo era local o vino de otro lugar.

¿Qué se conoce sobre la alimentación en esa época?
Vamos a poder saber qué comía gracias al estudio de los isótopos estables de carbono y nitrógeno. En principio cabría esperar que el ‘hombre de Loizu’ basara su dieta en el consumo de productos de la zona, pero no tiene por qué ser así. Con el análisis podremos saber si su dieta se basaba más en la ingesta de vegetales o en alimentos de origen animal; si consumía únicamente animales de origen terrestre o si incluía en su dieta los de origen fluvial así como marítimo. Esto último parece menos probable, pero en el caso de que se diera, nos hablaría a su vez de los desplazamientos de las poblaciones. En principio, lo establecido sería algo así como una dieta basada sobre todo en la recolección de frutos y plantas, con ingestas menos frecuentes de alimentos de origen animal. Veremos si los análisis confirman o desmienten.

¿Qué parte de los restos puede aportar más información?, ¿el ADN?
La verdad que el estudio del genoma completo del ‘hombre de Loizu’ podría aportar muchísima información sobre su ancestría, sus posibles características físicas, no visibles en el hueso, y la predisposición a padecer ciertas enfermedades.

¿Cuándo se podrían conocer los primeros resultados de esos análisis?
Es difícil saberlo. Es un trabajo interdisciplinar. Hay muchas personas trabajando en el estudio, así como, muchos laboratorios. En principio, la idea es presentar los resultados a lo largo de este año.

¿Se puede llegar a registrar algún otro hallazgo de estas características en la misma cueva? ¿Queda mucho espacio por explorar en Errotalde?
Parece que no. Los espeleólogos de SAKON han topografiado gran parte de la cavidad y parece que no hay más evidencias de actividad humana en la cueva.



El Gobierno navarro ha anunciado que su intención es exponer al público el hombre de Loizu. ¿Pero sería cerca de la zona del hallazgo?
No sé si se expondrá en el Museo de Navarra o en algún lugar habilitado en el ayuntamiento de Erro o similar. Habrá que esperar primero a terminar con el estudio de los huesos.

¿Se ha barajado la posibilidad de cotejar el ADN del ‘hombre de Loizu’ con la actual población de la zona de Erro para comprobar si existen vinculos?
Con el estudio del ADN se va a saber si el ‘hombre de Loizu’ era originario del valle de Erro y de Navarra, o si venía de otro sitio, incluso si durante su vida se movió. Para establecer relaciones con la gente del valle de Erro que vive hoy en día, tendría que haber un parentesco. Y hacer análisis aleatorios para establecer un parentesco sería una lotería y supondría un dineral. En principio, no tiene mucho sentido.